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Armenia denunció una grave situación humanitaria en el enclave y pidió la intervención de la ONU

Reclamó una reunión del Consejo de Seguridad para garantizar la circulación por el corredor de Lachin y acusó a Bakú de “crear condiciones de vida insoportables para la población”
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13 de agosto de 2023 a las 16:19

Armenia hizo un llamado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que convoque una reunión de emergencia sobre lo que calificó una “situación humanitaria en deterioro” en el enclave de Nagorno-Karabaj después de acusar a Azerbaiyán de bloquear los suministros a la región en disputa mediante corte del corredor de Lachin.

“La grave escasez de bienes esenciales, incluidos alimentos, medicamentos y combustible, se exacerbó particularmente desde el 15 de junio de 2023, cuando Azerbaiyán bloqueó por completo el corredor de Lachin, la única carretera que conecta Nagorno-Karabaj con Armenia y el mundo exterior, negando cualquier forma de acceso, incluido el humanitario”, escribió en una carta el representante permanente de Armenia ante la ONU, Mher Margaryan.

Durante meses, Erevan acusó a Bakú de detener el tráfico a través de la carretera corta y montañosa que une Armenia con los asentamientos poblados por armenios en la región disidente de Nagorno-Karabaj. “La continua obstrucción deliberada del suministro de gas natural y electricidad por parte de Azerbaiyán ha sido perjudicial para la población y sus medios de subsistencia”, denuncia el texto, que también hace referencia a la “grave escasez” de medicinas y alimentos.

Armenia y Azerbaiyán se disputan el enclave desde finales de la década 1980, un diferendo que provocó dos guerras. La primera la ganó Armenia a principios de la década de 1990 y se libró en el territorio de Azerbaiyán poblado principalmente por personas de origen armenio.

De la segunda, en 2020, Erevan salió mal parado. El plan de batalla de Bakú, centrado en los drones que Turquía le proveyó, determinó que Armenia sufriera una significativa pérdida del control territorial que mantenía hasta entonces en Nagorno-Karajab.

Rusia fue el mediador de los “alto el fuego” que pusieron fin a las dos confrontaciones. Según el acuerdo de 2020, las fuerzas de paz rusas protegerán hasta 2025 el corredor de Lachin. Moscú, por lejos el actor más poderoso de la región, mantiene vínculos tanto con Armenia como con Azerbaiyán. En ambos casos se remontan a los días del imperio zarista.

“El gobierno armenio exige la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU como el principal órgano para salvaguardar la seguridad global. Esta situación ha provocado un aumento de la mortalidad debido a varias enfermedades. La población de Nagorno-Karabaj se encuentra hoy al borde de una verdadera catástrofe humanitaria”, advirtió el diplomático.

Erevan acusa a Azerbaiyán de “crear deliberadamente condiciones de vida insoportables para la población”, decisión que califica como una “atrocidad” diseñada para obligar a los armenios a abandonar sus hogares.

Mientras tanto, Armenia y los grupos de ayuda internacional advirtieron que la situación humanitaria en Nagorno-Karabaj es grave y se está deteriorando debido a la escasez de alimentos, medicamentos y energía.

Por su parte, observadores locales alertaron sobre la posibilidad de un nuevo conflicto armado. Incluso el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, estimó como “muy probable” una nueva guerra. “Mientras no se firme un tratado de paz y los parlamentos de los dos países no lo hayan ratificado, por supuesto que una guerra es muy probable”, dijo Pashinyan.

Durante el último conflicto, Erevan tuvo que ceder territorios a Azerbaiyán dentro y alrededor del enclave, guerra en la que murieron unas 6.500 personas. Desde entonces, el proceso de paz entre los dos países caucásicos está en punto muerto y las tentativas de mediación de la Unión Europea (UE), los Estados Unidos y Rusia dieron escasos resultados.

La tensión se agravó a inicios de este mes, cuando Azerbaiyán, alegando diversos pretextos, cerró la circulación por el corredor de Lachin. “No estamos hablando de la preparación de un genocidio, sino de un genocidio en curso”, dijo Pashinyan, agregando que el ejército azerbaiyano convirtió a Nagorno-Karabaj en un “gueto”.

La última ronda de negociaciones de paz, el 15 de julio en Bruselas, no propició ningún avance. El dirigente armenio considera que las potencias occidentales y Rusia deben acentuar la presión para que Azerbaiyán levante el bloqueo. Por su parte, Moscú, que dispone de un contingente de soldados de paz en el lugar, no logró contener la crisis.

Según Pashinyan, “las líneas rojas” de su país para negociar con Azerbaiyán son “la integridad territorial, la soberanía de Armenia y los derechos y la seguridad de los armenios en Nagorno-Karabaj”.

En las anteriores negociaciones, bajo mediación occidental, Ereván aceptó reconocer a Nagorno-Karabaj como parte integrante de Azerbaiyán, pero exigió mecanismos internacionales para garantizar los derechos y la seguridad de la población de origen armenio.

(Con información de AFP)

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