Con una banda de 17 murguistas que se presentarán como rematadores ambulantes en los barrios de Montevideo, Asaltantes con Patente va tras el bicampeonato en el concurso del carnaval uruguayo, que comenzará este lunes 23 de enero.
Hace una docena de años que no hay un doblete murguero; el último lo logró A Contramano en 2009 y 2010.
La murga campeona en 2022 procurará interrumpir una alternancia extendida durante 10 carnavales y para eso cada noche se prepara en las instalaciones de la Agrupación de Funcionarios de UTE (AUTE), en la avenida Agraciada, ante unos 200 espectadores que ingresan gratuitamente. Varios ya se conocen de memoria los fragmentos clave del show.
Los murguistas, a veces en rondas privadas, por momentos delante de una larga secuencia de micrófonos, ejercitan interpretando cuartetas, enlaces, gestos escénicos y otros contenidos. A algunas partes que exigen mucho al coro las repasan decenas de veces. Un par de muchachos mueven el libreto en el burro —así le dicen a una estructura de hierro que contiene un nylon donde se lee el libreto—. En un cuarto vecino, varias personas cosen aprontando trajes y sombreros. En la cantina la venta de choripanes, hamburguesas, papas fritas y hasta alfajores es un éxito. Así, durante cuatro o cinco horas, cada noche en ese local de La Aguada adornado por banderas de una decena de empresas que apoyan a la murga calientan las gargantas quienes cargan con la mochila de defender el título.
El espectáculo se denomina ¿Quién da más?. Maximiliano Pérez, director artístico y uno de los "todo terreno" en Asaltantes (hace de todo un poco), explicó a El Observador que en vez de esperar la murga a los espectadores en un remate para ofrecerles cosas, irán con sus caras pintadas y disfrazados de barrio en barrio ofreciendo lo que haya para subastar.
Ese eje temático queda expuesto desde el comienzo de los 45 minutos del show, en el saludo inicial.
Luego, dos cupleteros irán presentando los remates: Pérez es el rematador y Germán Medina (figura máxima en murgas en el carnaval del año pasado) su secretario.
¿Qué se rematará? En un clásico popurrí de murga se invitará a la gente a proponer qué subastar y de ahí y de lo que la murga ya tiene para rematar se irán hilvanando los segmentos: el bloqueo mediático, la educación, el narcotráfico y la salud mental, por ejemplo. En todos los casos con crítica, ironía y humor, pero también invitando a reflexionar, se explicó.
Durante el ensayo un vecino admitió que uno de los momentos que genera más encanto en la gente es un cuplé titulado La tapadita. La murga cuenta que Luis Lacalle Pou, el presidente de la República, utiliza la estrategia de ambientar diferentes sucesos para que quede disimulado el verdaderamente más importante: su incipiente calvicie.
Otro momento sobresaliente, según pudo ver El Observador, será el segmento dedicado a los "urunarcos".
La despedida de la murga tiene como tema, dado que esos remates ambulantes suceden en la capital, el de la historia de Montevideo, utilizando como recurso a un abuelo que le cuenta al nieto una historia mágica y fabulosa sobre cómo se creó la ciudad, qué pasó en esa ciudad, qué sucede ahora y qué se anhela para la ciudad.
“Somos 17 arriba del escenario y muchos más abajo”, resaltó Maxi Pérez, quien entiende que el éxito depende, en el caso de Asaltantes, del trabajo colectivo. "Tenemos solistas preciosos como Matías Bravo y Alejandra Díaz, también a Germán Medina que debe ser el mejor humorista de estos tiempos, pero primero está el colectivo. Es como en la selección de fútbol: se precisa el zaguero que tranque, al lateral que trepe y arriba al 9 que haga los goles”, aseguró.
Martín Angiolini, el director escénico, señaló a El Observador que la murga está en la etapa de “terminar de limar el espectáculo”, y que está el anhelo de “disfrutar del carnaval, cosa que ya estamos haciendo en cada ensayo, queremos hacer muchos tablados y pasarla bien, pero también que nos vaya lindo en el concurso y para eso estamos tratando de mejorar en cada ensayo”.
El coro, con sus aportes y los de Pablo Riquero, “está precioso, nos gusta mucho lo que estamos haciendo”, remarcó. Recordó que los trabajos iniciales, por parte del equipo elaborador de los textos, arrancaron en el otoño, y en el invierno fue comenzando el resto. “Son siete u ocho meses, en los 45 minutos hay de 40 a 50 músicas distintas en los ocho bloques”, mencionó a modo de ejemplo de la exigencia que el show demanda. Algo que se extiende al vestuario, accesorios, textos y a cada uno de los factores a considerar.
También dijo que cada uno de los componentes está seleccionado especialmente, “para que el colectivo siga siendo tan fuerte como lo fue el año pasado, pero sabiendo que lo importante es el grupo, no la individualidad” (ver más adelante la ficha técnica del conjunto).
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá