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Así celebran a la muerte los mexicanos en Uruguay

El Día de Muertos es una de las festividades más importantes de la cultura mexicana y la comunidad presente en Uruguay tiene un lugar dónde celebrarlo
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02 de noviembre de 2018 a las 05:00

Este año, el altar de Francisco Agustín Arroyo será diferente. Estarán las catrinas, los alebrijes para espantar a los malos espíritus, habrá flores, velas, estarán las fotos de sus abuelos, de tíos, de algún sobrino que se le adelantó. El pan de muerto, el mezcal y el tequila esperarán por los comensales de este y del otro lado. Se festejará, pero no será igual. Este año habrá un rostro nuevo, uno que hasta hace pocas semanas también planeaba armar su propio altar. Hoy el altar de muertos del embajador de México en Uruguay sumará un rostro amigo que se despidió de este mundo hace pocos días. 

“Fue una muerte dolorosa. Pero hoy Jesús Gallardo es el muerto que venero. Era un pintor, un paisajista tremendo que fue mi amigo. Pero aquí lo tengo, y recordarlo así es una manera de que nos acompañe, de que nuestro corazón lata y fluya hacia su memoria”, dice. 

El altar de Jesús Gallardo

El homenaje a Gallardo no es, sin embargo, lo que domina el Espacio Cultural ubicado en la embajada del país norteamericano. Lo que enseguida capta la atención del visitante es un enorme despliegue de calaveras, papeles de colores, guirnaldas, pancartas, flores y velas. Es el altar de muertos de la embajada, que cada año se inaugura para celebrar los dos días que forman parte de la festividad de Día de muertos y que busca mantener una de las tradiciones más arraigadas y características de esa cultura. Este año está dedicado a  la memoria del poeta mexicano Efraín Huerta.

Según el diplomático, la comunidad mexicana asciende a unos 800 miembros, de los cuales la mitad están registrados en la embajada. En estos días de fiesta, aprovechan para reunirse a celebrar la muerte, y muchos se juntan allí, en la embajada.

“Nosotros tenemos como asignatura difundir y mantener las tradiciones de México. Y esta es una de las más importantes, porque los mexicanos somos una cultura que tiene una relación muy extraña con la muerte. No nos asusta, nos gusta decir que las calaveras nos pelan los dientes (que les hacen reír). Esta relación viene de una tradición prehispánica. La traemos en las raíces, en nuestros genes”.

El culto a la muerte en México es único. Hay culturas asiáticas que mantienen ciertas similitudes, pero en pocas partes del mundo el despliegue festivo es tan inmenso como en tierras aztecas, o tan variado. En Campeche, por ejemplo, las personas sacan los huesos de sus familiares y los limpian en rituales anuales. En Michoacán y otros estados céntricos, los cementerios y los márgenes de los lagos se iluminan con miles de velas, mientras las personas comen, toman y cantan alrededor de las lápidas. En las ciudades más grandes, los desfiles acaparan las principales calles e imprimen el toque más “comercial” de la festividad. Pero lo que siempre está presente es el altar. En cada casa, en cada lugar donde haya una persona digna de ser recordada. Incluso en Uruguay.

Como explica Arroyo, la celebración del día de muertos se divide entre el 1 y el 2 de noviembre. El primer día se celebra a la muerte “chiquita”, la de los niños. El 2 es el día de los difuntos mayores. 

Para entender lo arraigado que está este culto en las raíces mexicanas basta consignar que durante la colonización española y la posterior evangelización de los indígenas fue tan complicado erradicar su visión festiva del “más allá”, que los sacerdotes españoles decidieron anexar las creencias católicas a la fiesta. De ahí surge el Día de muertos modernos y por eso hoy en cualquier altar mexicano también está presente la virgen de Guadalupe, patrona del país. Dos antípodas, el paganismo y el catolicismo, unidas por una tradición que tiene siglos.

“Festejar así es una manera de que estén aquí con nosotros. De alguna u otra manera, los mexicanos pensamos que ellos nos sienten y nos ven. A veces hasta se nos materializan. La muerte para nosotros es una presencia transversal. A los difuntos los tenemos presentes porque mientras ellos estén en nuestra mente nunca morirán del todo”, dice Arroyo. 

El Día de Muertos mexicano tuvo una especial y reciente visibilización con la película de Pixar Coco, que se desarrolla durante esa festividad. La historia se ubica en un pueblo ficticio inspirado en la localidad de Guanajuato, y puso en el primer plano mundial a las tradiciones del país, así como también incentivó el interés extranjero en la relación entre México y la muerte. “Es un retrato casi fiel. Hay muchas de las cuestiones y las tradiciones mexicanas que están. Claro, con un toque de Hollywood”. 

Más allá de esta popularidad comercial instalada en el último tiempo, el Día de muertos sigue siendo para los mexicanos una fecha de fiesta familiar que difiere mucho de las costumbres locales. Por eso destaca tanto, produce sorpresa y también, una sana envidia. “Es la fiesta de los muertos para el gozo de los vivos”, dice Arroyo, y ese es el mejor resumen. 

Agenda de muertos

Museo Precolombino e Indígena (MAPI)
El sábado a las 15.30 el museo de la Ciudad Vieja invita a las familias a conocer cómo se hace el típico pan que se come en esta celebración. Costo: $ 200.  
Escaramuza
La librería viene celebrando desde el 29 de octubre con gastronomía temática. Este viernes habrá horario extendido hasta las 23.00 horas.

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