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Así es la vida en la cárcel de Florida donde Gustavo Penadés esperará su juicio
El exsenador del Partido Nacional Gustavo Penadés está recluido en la cárcel de Florida, un centro penitenciario que tiene un mejor nivel de vida que el promedio de las cárceles en Uruguay.
Imputado por 22 delitos vinculados al abuso sexual, Penadés fue derivado al centro el mismo martes en el que se realizó la audiencia. Si bien inicialmente el exdirigente blanco alegó motivos de salud para tratar de evitar la prisión preventiva por 180 días, los exámenes realizados por el Instituto Técnico Forense (ITF) determinaron que podía estar recluido.
Una vez en ese centro, según dijeron fuentes vinculadas a su reclusión, Penadés quiso comprar colchones para todos sus compañeros del módulo pero las autoridades de la cárcel no se lo permitieron por lo que solo se compró para él. Todos los presos están autorizados para llevar su propio colchón si quieren.
El centro inaugurado en 2019 tiene muy "buenos niveles de vida y de rehabilitación" en comparación con otras penitenciarías, aseguraron operadores penitenciarios a El Observador. Se trata del mismo centro en el que está recluido el excustodio presidencial Alejandro Astesiano.
Fuentes de esa cárcel contaron que las instalaciones se mantienen en buen estado ya que hay un continuo reacondicionamiento. Una parte de esas mejoras las realizan los reclusos, quienes aplican sus habilidades aprendidas en distintos talleres. Además, realizan contrataciones externas. Agregaron que algunas veces se ven "roces", pero las tratan de disuadir rápidamente.
En principio, en 15 días Penadés estará trabajando en alguna de las tareas que tiene la cárcel. El 18 de octubre tendrá que someterse a una pericia psicológica.
Celdas para seis personas
La Unidad 19 tiene cinco pabellones: cuatro masculinos y uno femenino. De los masculinos hay un pabellón para quienes se encuentran en prisión preventiva, donde se encuentra Penadés, otro para primarios, otro para reincidentes y otro de "máxima seguridad", que es donde se alojan los presos con condenas por delitos de abuso sexual y violencia doméstica.
El pabellón femenino se divide en un área para mujeres trans y otro para madres con hijos.
Cada celda mide 12 metros cuadrados y tiene capacidad para alojar a seis personas. También cuentan con un baño por cada celda, además de los ducheros de agua caliente que son para todo el pabellón. En el pabellón de los que cumplen prisión preventiva hay apenas ocho presos, contando a Penadés.
Las celdas están equipadas con estanterías, zapateras y cortinas hechas en distintos talleres.
También tienen una televisión en el comedor, a la que pueden acceder todos los reclusos.
"Algunas veces se juntan varios y pagan el DirecTV o cable", detallaron fuentes del centro.
Las visitas están permitidas durante los fines de semana para todos, excepto para quienes están en régimen de prisión preventiva, que la tienen los miércoles.
Estudiar o trabajar
Los protocolos establecen que, cuando un preso ingresa al centro, ya sea por prisión preventiva o con condena firme, permanece recluido siete días en una celda individual, donde se le practican entrevistas psicológicas y análisis médicos. Con esa información y el legajo del preso se podrá decidir a qué pabellón y celda sería ideal trasladar al recluso.
A los 14 días de reclusión, si ha tenido un buen comportamiento y adaptación el preso comienza a hacer actividades en la quinta donde trabajan la tierra y cultivan frutas y verduras.
En el centro también está la posibilidad de terminar primaria, secundaria y realizar talleres de distintas áreas. Actualmente tienen talleres de carpintería en aluminio, electricidad, tapiz y bisutería.
"No es una unidad que permita que la persona recluida esté sin hacer nada. O tienen que trabajar o tienen que estudiar", enfatizaron desde el centro.
La comunicación con el exterior es controlada y los reclusos pueden usar sus celulares únicamente en las "barracas", que están al frente de cada pabellón y son utilizadas como "pre-egreso" hacia la salida.
Rutina
Las rutinas comienzan alrededor de las 7:00 cuando se sirve el desayuno en el comedor y los presos retornan a sus celdas. Luego de que pase la enfermera con la dosis de medicación para quienes corresponda, los operadores carcelarios revisan que las "celdas estén ordenadas y las camas tendidas" para salir a hacer trabajos de quinta.
Si el recluso se encuentra estudiando, los tutores los van a buscar personalmente a la quinta. El almuerzo se sirve a las 12:00 y luego se retorna a las actividades de quinta, ejercicio o talleres.
La producción de las quintas en las que trabajan los presos se usa para su propia alimentación. También se pueden donar a otros centros carcelarios cuando se acumulan excedentes.
Según fuentes de la cárcel, la comida es de "buena calidad" comparado con otras unidades penitenciarias.
De noche, se sirve el típico guiso carcelario. "Tiene todas las verduras, carne de vaca y pollo", señalaron.
De las mejores
La Unidad 19 de la cárcel de Florida es una de las que tiene menor densidad de población de las del interior. En 2022 tuvo un promedio de 108% densidad de población por plazas habilitadas, según el informe anual del Comisionado Parlamentario. Entre los centros del interior solo Colonia (Unidad 14) tiene una densidad inferior: 92%. En la zona metropolitana sí hay varias que están por debajo del 100%.
Además, está entre los centros donde todos los presos tienen al menos una hora libre diaria de patio, es, siempre según el informe del comisionado para las cárceles, de las que generan oportunidades de integración social y también tiene cerca del 75% de la población con acceso a actividades educativas. Además, el 86% realizó alguna actividad laboral en el último mes, dice el informe.
