Días después del altercado diplomático transmitido en vivo y en directo entre Alberto Fernández y su par del Uruguay, Luis Lacalle Pou, en ocasión del acto conmemorativo de los 30 años del Mercosur, la Argentina finalmente cedió a las pretensiones de sus socios en la unión aduanera (Brasil, Paraguay y la mencionada Banda Oriental) para transformar paulatinamente la asociación y reducir el perfil proteccionista mediante una rebaja consensuada de las tarifas aplicadas a las importaciones.
El pasado 26 de marzo, Fernández lideró un encuentro virtual con sus pares de Brasil, Jaír Bolsonaro; Paraguay, Mario Abdo; el uruguayo Lacalle Pou, y los mandatarios de Chile, Sebastián Piñera, y Bolivia, Luis Arce, como invitados. El evento planificado para ser un hito meramente celebratorio devino en un abierto debate entre mandatarios, cuando el presidente uruguayo, reclamó que el bloque deje de ser "un lastre" y se flexibilice para negociar nuevos acuerdos. Fernández replicó sugiriendo que, de ser un lastre, "se tomen otro barco".
Después de bajar los humos en público, el gobierno aceptó abrir una instancia de negociación a la que es presionado desde enero de 2020. La cancillería notificó a los demás socios que Argentina, ejerciendo la presidencia rotativa del bloque, presentará una propuesta de rebaja del Arancel Externo Común (AEC), el esqueleto vertebral de la unión aduanera lanzada en 1991, donde habitan 295 millones de personas y se comercian bienes y servicios anualmente por US$ 478.000 millones.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería, Jorge Neme, anunció el fin de semana que Argentina "tiene armada una propuesta de reducción del AEC que apunta a consolidar la competitividad". El funcionario tucumano subrayó que tal propuesta apunta a bajar aranceles en insumos, y no en bienes finales, como impulsan gobiernos más aperturistas.
La solución argentina pareció en respuesta a la decisión de Brasil de avanzar en una una rebaja unilateral de aranceles puesta en práctica a fines de marzo, que retrajo entre 1% y 2% los derechos de importación en ciertos bienes tecnológicos, como celulares, computadoras y tablets, pero también equipamentos médicos, y máquinas para la industria alimenticia y médica. El gobierno de Bolsonaro pretende una reducción del 50% de los aranceles, llevando el promedio del bloque del 11% al 5%.
Sin embargo, el gobierno argentino sostiene que hay que "defender" a sectores sensibles por su impacto "para no erosionar nuestras estructuras productivas". Los sectores industriales, por ahora, quedarían fuera de la discusión.
En la misma sintonía, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, rechazó la propuesta de rebaja arancelaria, y se declaró "más cerca de la posición de Alberto Fernández" en la polémica desatada con su par del Uruguay. Para Acevedo, "Argentina no puede competir con las altísimas tasas de interés que actualmente tiene".
El Cronista-RIPE
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