Hibatullah, una niña abandonada, tiene tres años y llama “abuelo” a Ibrahim Osman, el hombre que la adoptó como propia salvándola

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Bebés abandonados: el drama de la guerra siria

Tan sólo en dos años, desde inicios de 2021 hasta finales de 2022, más de 100 niños fueron abandonados en el país, aunque la cifra real puede ser mucho mayor, habida cuenta de la poca información suministrada oficialmente.
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26 de mayo de 2023 a las 05:04

Como una cruda postal de los efectos devastadores de la guerra en Siria, Ibrahim Osman, un habitante de Hazano, un pueblo en el noroste de ese país, de 59 años, relata su vivencia a la agencia de noticias AFP: “Una fría noche de invierno, hace tres años, cuando salí a rezar, descubrí un bulto delante de la mezquita. Era una bebé recién nacida, abandonada. La llevé a casa y le dije a mi esposa ‘te traigo un regalo’”. Y así llamó a la pequeña que el matrimonio decidió criar como propia, Hibatullah, “Regalo de Dios”.

Hibatullah es una de las decenas y decenas de recién nacidos abandonados delante de las mezquitas, de los hospitales o, incluso, debajo de los olivos característicos de la región. Una realidad atroz que se agravó con la pobreza y la desesperación desatadas por la guerra que cayó sobre Siria desde hace más de 12 años.

La organización Sirios por la Verdad y la Justicia (STJ, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, registra los abusos cometidos contra los Derechos Humanos en Siria. Y documenta “unos pocos casos de abandono infantil” antes de que la guerra estallase en 2011. Pero entre principios de 2021 y finales de 2022, las cifras cambiaron: más de 100 niños abandonados en el país, aunque la STJ cree que la cifra real es mucho mayor, habida cuenta de la poca información.

“Las cifras aumentaron dramáticamente desde que comenzó el conflicto, por las repercusiones sociales y económicas de la guerra”, señalaron. Y la cantidad afecta tanto las zonas controladas por el gobierno como las que están bajo dominio de los rebeldes.

Pobreza, inestabilidad, inseguridad, matrimonios infantiles, embarazos extramatrimoniales y abusos sexuales son las causas enumeradas por la organización para el aumento de los abandonos.

La adopción está prohibida en Siria, pero Osman y su mujer igual pidieron permiso a las autoridades locales para criar a Hibatullah, algo que aún les fue denegado oficialmente. “Dije a mis hijos que, si me muero, ella debería tener parte de mi herencia, aunque nunca pueda ser declarada legalmente parte de la familia”, dice.

Hoy, con tres años, la niña de sandalias rosas y pelo recogido en coletas, llama “abuelo” a Osman.

Muertos, desplazados, abandonados

El número de muertos en Siria por la guerra llega a más de 500.000. Los desplazados suman millones, devastando las infraestructuras del país.

Un funcionario del Departamento de Sanidad, Zaher Hajjo, dice que “en los 10 primeros meses del año pasado se registró el abandono de 53 recién nacidos en las zonas controladas por el gobierno”.

Por su parte, el presidente sirio Bashar al Ássad dictó un decreto para crear instalaciones para los niños, que serían registrados automáticamente como árabes, sirios y musulmanes.

En la provincia de Idlib, situada en el noroeste sirio y controlada por rebeldes, los trabajadores sociales de uno de estos principales centros para niños abandonados asisten a los bebés que encuentran y los envuelven con mantas en cunas elementales, decoradas con pintura violeta y moños. La precariedad es absoluta. Y los asistentes, pocos. Por eso entre las paredes blancas y sobre la alfombra marrón y beige de la habitación, una mujer acuna a un bebé con su mano izquierda, mientras con la detecha sostiene el biberón que alimenta a otro.

El responsable del programa de ese centro, Faisal al Hammud, cuenta a AFP una de las tantas trágicas historias que llegan con los pequeños encontrados: “una de las bebas que acogimos había sido encontrada bajo un olivo, tras ser atacada por un gato. La sangre le corría por la cara y el cuerpo”.

Hoy, la niña fue entregada en guarda a una familia. Los trabajadores hacen un seguimiento para asegurarse de que los bebés reciban un buen trato y de “que no se produzca tráfico de niños”, dice Hammud.

Desde su apertura en 2019, el centro ya recogió 26 bebés, de los cuales 9 fueron hallados este año, confirma Abdullah Abdullah, funcionario de asuntos civiles de las autoridades rebeldes de Idlib.

En la terrible actualidad siria, más de cuatro millones de personas viven en zonas del norte y el noroeste del país controladas por yihadistas y grupos respaldados por Turquía, 90% de las cuales dependen de ayuda para sobrevivir.

Y la peor tragedia la viven los más vulnerables, los niños. “La guerra tiene la mayor parte de la culpa, pero también las familias que los abandonan”, dice Abdullah. Y afirma: “Los niños son las víctimas”.

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