El gobierno transitorio de Bolivia y partidos minoritarios expresaron este martes su descontento por la fijación de las elecciones el 6 de septiembre, mientras el jefe de Epidemiología no descartó que se posterguen ante el incremento de casos de covid-19.
La fecha de los comicios "fue impuesta por el MAS (Movimiento Al Socialismo, partido del expresidente Evo Morales), por quienes tienen mayoría en la Asamblea (Legislativa), y por algún candidato opositor como el señor (Carlos) Mesa", afirmó el ministro de Desarrollo Productivo, Óscar Ortiz.
La presidenta Jeanine Áñez recién promulgó el domingo la ley que convoca a las elecciones generales el 6 de septiembre, proyecto había sido aprobado el 30 de abril por el Congreso, dominado por el MAS.
En septiembre Bolivia estará en el pico de la pandemia, dijo Ortiz, prominente miembro del partido de Áñez, y quien obtuvo 4% de los votos como candidato en las anuladas elecciones presidenciales de octubre de 2019.
Bolivia, con 11 millones de habitantes, acumula 25.000 contagiados y 820 fallecidos, y se prevé que en septiembre la cifra de infectados trepe a 130.000. A fines de julio el gobierno estima que el número de fallecidos podría ubicarse entre 4.000 y 7.000.
"Posiblemente no podamos ni ir a las urnas" en septiembre, dijo el director de Epidemiología del ministerio de Salud, Virgilio Prieto, ante el avance del coronavirus, que hasta ahora solo ha registrado alzas de casos y decesos.
"No hay un solo departamento que no esté empezando a subir su curva, ni siquiera se están manteniendo, todos están elevando los indicadores", indicó.
El partido del expresidente Evo Morales (2006-2019), el MAS, que controla el Congreso bicameral, se mostró flexible sobre la fecha de las elecciones.
Sergio Choque, presidente de la Cámara de Diputados (del MAS), dijo sobre la fecha de los comicios que "nada está oleado y sacramentado".
"Habrá que ver el grado de avance de esta enfermedad", señaló, aunque insistió en que no se debe buscar un criterio político, sino que "tiene que ser un científico entendido en la materia" quien asesore sobre qué hacer.
Por su parte, el candidato de Creemos (derecha radical), Luis Fernando Camacho, pieza clave en las protestas que condujeron a la renuncia de Morales en noviembre, se pronunció contra la fecha de las elecciones.
"Presidenta, la historia la va a juzgar y espero tenga la humildad para pedir perdón a Dios por obligar a su pueblo a elegir entre votar o morir. ¿Queremos elecciones? Sí, pero no a costa de la vida y el sufrimiento de muchos bolivianos", dijo.
La candidata a la vicepresidencia Ruth Nina, quien acompaña a Feliciano Mamani, cuyo partido de Acción Nacional Boliviano tiene una intención de voto del 1,9%, también se opone a la fecha de los comicios por el riesgo de contagio de covid-19.
Carlos Cordero, analista y académico de la Universidad Católica de Bolivia, consideró que "en el fondo, el gobierno no quiere que haya elecciones, porque son partidos absolutamente minoritarios, irrelevantes en el escenario político".
En tanto, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, buscó quitar presión al tema al afirmar que "habrá muchas similitudes" entre la votación y "un trámite bancario".
Los bancos han estado atestados pese a que Bolivia ingresó en cuarentena en marzo por el coronavirus.
Un último sondeo de marzo ubicó al delfín de Morales, el economista Luis Arce, como favorito del electorado con 33,3% de las preferencias, seguido del centrista Carlos Mesa (18,3%) y Áñez (16,9%).
AFP
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