Las intensas precipitaciones que hubo en el país este jueves fueron útiles en varios establecimientos productivos, pero llegaron tarde en otros casos, donde ya no se puede corregir los perjuicios generados por el déficit hídrico acumulado durante varios meses, pese a algunos episodios de lluvias esporádicos que hubo en ese período.
En los cultivos de soja, ya muy próximos a la fecha de cosecha, hay chacras en los que estas lluvias se añaden a otras que también habían sido oportunas y habrá rendimientos buenos o al menos aceptables en la oleaginos, por ejemplo en las zonas norte y sur del litoral, no obstante en el área núcleo, como en Soriano, no se produjeron a tiempo para evitar que las cosechas tengan rendimientos discretos. Incluso hay casos de productores que directivamente enfardaron la soja o ingresaron ganado sobre ella, dado que no les valía la pena recoger el grano.
"Esta lluvia a algunos cultivos les llegan muy tarde", admitió Roberto Verdera, gerente general de la cooperativa mercedaria Calmer, aunque dijo que en otros casos "está todavía la chance de mantener algún potencial de rendimiento".
En la zona de Dolores y Mercedes, comentó, “hay de todo”, porque el agua cayó de modo desparejo, pero admitió que “ha llovido muy bien para lo que fueron las últimas precipitaciones”, y se espera que continúe lloviendo.
Los registros de precipitaciones acumuladas hasta el mediodía mostraban cifras de 50, 60 y hasta 70 mm en algunos campos, informó.
"Estas lluvias ayudan en la etapa final del llenado de grano, pero (las plantas de soja) ya perdieron mucha flor y mucha potencialidad", añadió Verdera.
En el sector lamentan que la merma productiva que habrá en muchas chacras quitará kilos del grano en el rendimiento final por hectárea y eso no permitirá aprovechar el excelente precio que el mercado brinda para el producto, entorno a los US$ 500 por tonelada, al menos US$ 100 más que hace un año.
Considerando el manejo comercial habitual, la mayoría de los agricultores van adelantando ventas para ir asegurando ingresos y mucho recurrieron a esa estrategia cuando el precio estaba incluso por debajo de los US$ 400; lo que les resta vender es poco o incluso nada en caso que el rendimiento sea bajo.
En las cuentas nacionales, manejó una fuente consultada por El Observador, de obtenerse un promedio nacional de 2.000 kilos por hectárea en cerca de un millón de hectáreas se conseguiría una producción de unos dos millones de toneladas y eso puede reportarle al país entorno a los US$ 1.000 millones, unos US$ 250 millones más que en la zafra pasada, aunque todavía es prematuro para hacer cuentas con altas probabilidades de acertar.
La heterogeneidad de las precipitaciones también fue característico en Tacuarembó, donde comenzó a llover esta tarde, según contó Joaquín Villagrán, presidente de la Asociación Rural de Tacuarembó (ART).
En ese departamento en la soja “ya se jugó el partido y el agua está llegando tarde, aunque hay algunas que pueden recuperar algo ”, expresó.
Por su parte, el arroz paró la trilla este jueves por la lluvia, pero se prevé que este episodio no tenga grandes efectos en la cosecha del cereal.
Para la producción ganadera las precipitaciones también fueron bienvenidas y “totalmente esperadas”, aunque, según Villagran, hay zonas de Tacuarembó que estaban complicadas por la falta de agua que hubo durante el verano y van a seguir complicadas.
Los efectos en el crecimiento del forraje se sentirán en el invierno y “por más que llueva ahora, esa pérdida no se recupera, porque no llueve pasto ni kilos de ganado”, graficó.
Las lluvias de estas horas atrasarán un poco los destetes, pero la perspectiva es buena “porque de aquí en más habrá agua para hacer un perfil, una buena cobertura, un verdeo o una pradera. Es un agua muy buena y bienvenida”, indicó y reiteró que las secuelas del déficit hídrico se sentirán sí en invierno.
El ganado, dijo, viene un punto por debajo del nivel corporal que tenía en esta misma época del año pasado, porque ha tenido una menor ganancia en kilos a raíz de la seca.
Fabián Hernández, presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF), agregó que “la lluvia es muy oportuna, era necesaria por la implantación de pasturas que se estaba dando y para arrancar el otoño con buena cantidad de agua en el suelo”.
Según detalló, en la localidad de Mendoza llovieron 85 mm y la semana pasada 40. La lluvia de estas horas, dijo, “ha sido bastante uniforme a nivel departamental”.
La producción lechera se ha reducido, la cantidad de ganado en ordeñe no es mucho porque están en época de partos, pero según destacó, Florida venía con una producción lechera con remisiones por encima de las cifras del año pasado.
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