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Calabacín, choclo y durazno, el trío que los consumidores más deben buscar en los puestos

La oferta es abundante, de calidad óptima y a precios por debajo de lo habitual; uno lo impusieron los argentinos, otro impacta con una variedad súper dulce y el tercero no debe ir a la heladera
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07 de febrero de 2019 a las 05:04

Calabacín, choclo y durazno son, al inicio de febrero, las estrellas de la canasta hortifrutícola nacional. La inversión en esos rubros es aconsejada para el consumidor, dado que hay una oferta muy buena en cantidad y calidad y a precios accesibles.

 

Pablo Pacheco –encargado del área de información comercial del Mercado Modelo– explicó a El Observador que se está en plena zafra nacional del maíz dulce, un típico cultivo de verano en estas latitudes, con el ingreso al Mercado Modelo de choclos de alta calidad, lo que contrasta con momentos de fines de invierno, primavera u otoño en el que la oferta procede sobre todo desde invernáculos.

Detrás de la oferta existe un intenso trabajo de selección de variedades tendiente a brindar al mercado choclos mejores, de sabor intenso, dulce o súper dulce.

Se trata de un producto de muy buena respuesta al almacenamiento en frío. Es ideal conservarlo a temperaturas próximas a 0° C, que es cuando mejor responde, aconsejándose que se deposite en la parte baja del refrigerador dentro de sus chalas, sin pelarlo, lo que permite que los granos no se deshidraten y mantengan la humedad adecuada.

 

Pasando al calabacín, es un producto que comenzó a llegar masivamente al mercado y que se lo puede aprovechar totalmente fresco, con todo el contenido de agua, sin ser afectado por el proceso de degradación que naturalmente se produce en todo producto durante su almacenamiento, con el consecuente sacrificio de calidad. Es habitual encontrar calabacín el resto del año en el mercado, pero sin esas propiedades que ahora lo hacen particularmente atractivo.

Se trata, remarcó Pacheco, de un producto cuya presencia en el mercado y consumo ha crecido mucho en los últimos años, tanto que ha ido reemplazando buena parte del consumo de zapallo kabutiá, que sigue siendo el dominante, pero dando cada vez más espacio al calabacín por las virtudes de este último zapallo.

El calabacín es más sencillo de pelar, permite un muy buen aprovechamiento incluso por la practicidad del uso del cuello que es aprovechable y es muy rico.

Un dato llamativo es que este producto es clásico en Argentina y se hizo conocer en Uruguay en ciudades de mucho intercambio con las argentinas –como Salto– y en Punta del Este donde los turistas procedentes de ese país lo solicitaban, siendo denominado al otro lado del río zapallo anco, recibiendo en inglés el nombre butternut (zapallo de nuez), dado su sabor suave y agradable.

En durazno está finalizando la época de mayor oferta de las variedades Dixieland y Rey del Monte, dos de las más ricas y por lo tanto de las más buscadas, aunque podrá encontrarlos frescos durante varios días más en los distintos puntos de venta minoristas.

No obstante, la oferta en esta fruta se extenderá de la mano de variedades de producción más tardía, como el Pavía, también de sabor agradable y demandada.

Pacheco instó a que la gente consuma durazno cuando el nivel de madurez es el adecuado. Eso sucede cuando la fruta comienza a ponerse más blanda, a liberar buen aroma y tener coloraciones amarillas por debajo de los tonos rojizos en la piel. Aclaró que “no está mal comprarlo cuando aún se lo ve duro y verdoso”, pero en ese caso debe esperarse algún día y consumirlo cuando exprese las características más apreciadas, como la dulzura.

Como en el caso de la banana, es fundamental no utilizar el refrigerador para almacenar el durazno, porque en esas condiciones no se concreta una buena maduración y aparecen daños a nivel de la pulpa. Quien quiera consumir duraznos con menor temperatura puede, previo a ingerirlo, “darle un golpe de frío” en la heladera.

 

Valores interesantes para los consumidores

Desde el puesto de Bianco Hnos, en el Mercado Agrícola Montevideo, se informó a El Observador que los precios esta semana son $ 48 el kilo en durazno, $ 25 la unidad en choclo y $ 36 el kilo en calabacín. Son valores interesantes para los consumidores. En choclo y calabacín destaca la estabilidad del precio, pues esos valores no han tenido cambios en los últimos meses. En durazno, consecuencia de una cosecha que mermó considerablemente por perjuicios que el estado del tiempo causó en las plantaciones, en el verano pasado el precio estaba a esta altura hasta en $ 75, muy por encima de lo actual, cuando hay una zafra con buenas producciones en volumen y calidad.

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