Economía y Empresas > APOYO
Cámaras piden rol más activo del Estado para mitigar desaceleración
Reclamaron suba del dólar, baja de impuestos y mejor inserción externa
Tiempo de lectura: -'
25 de junio de 2015 a las 05:00
Si bien descartan que sus sectores se encuentren en crisis, los representantes de las principales cámaras empresariales del agro, la industria y la construcción entienden que el panorama cambió y se enfrentan a un contexto menos auspicioso, que ya impacta sobre el mercado laboral. En este escenario, reclaman al gobierno un rol más activo en ciertas áreas. Algunos de ellos exigen un dólar más alto, beneficios fiscales a los sectores más afectados, una reducción de los aportes patronales y de los costos de los servicios públicos, una mejora en la infraestructura, y un esfuerzo mayor para abrir nuevos mercados y captar inversiones externas.
En un almuerzo organizado por ADM en Punta Cala, expusieron los presidentes de algunas de las principales gremiales del país: Washington Corallo –de la Cámara de Industrias (CIU)–, Ignacio Otegui –de la Cámara de la Construcción (CCU)–, Pedro Otegui –Cámara Mercantil (CMPP)– y Ricardo Reilly –Asociación Rural del Uruguay (ARU)–.
Los expositores no trazaron un escenario catastrófico, pero llamaron la atención sobre el impacto que ya está teniendo el cambio en el ciclo económico en los distintos sectores. "No estoy diciendo que estamos en escenario de crisis, estamos lejos (mejor) de la situación que teníamos en 2008 y 2009", dijo Ignacio Otegui. Sin embargo, el referente de la construcción sostuvo que en los últimos tres años cayó en 14 mil el número de empleos directos ocupados en las obras y que hay datos que sugieren un incremento en los niveles de informalidad.
En el caso de la industria, el presidente de su gremial, Washington Corallo, dijo que en los últimos tres años la caída del empleo en el sector es de entre 8 mil y 10 mil puestos, en un contexto en el cual un tercio de los sectores se encuentra en caída, un tercio en una meseta de su actividad y un último tercio se mantiene en crecimiento.
La necesidad de una mejora en la integración internacional del comercio uruguayo fue puesta en el debe por todos los expositores. Según dijo Pedro Otegui, "esta administración está trabajando de forma importante en este tema, pero Uruguay ha perdido un tiempo valiosísimo en no haber realizado acuerdos comerciales con otros países".
Corallo, por su parte, si bien reconoció la necesidad de "abrir nuevos mercados", señaló que el gobierno debe ser "muy cuidadoso" y estudiar cada posibilidad con detenimiento para que los acuerdos "sean compatibles con la industria nacional existente y no supongan un riesgo para los puestos de trabajo".
De la mano del pedido de mayor apertura, viene el reclamo por una mejor competitividad, tanto en precios como en la calidad de los productos. Respecto al tipo de cambio, Reilly de la ARU sostuvo que "en un país dependiente de la exportación, su vida depende también de la sintonía que tiene el tipo de cambio con los competidores y los socios comerciales".
En ese sentido, señaló que los estudios de la gremial muestran que el precio del dólar debería estar en "alrededor de $ 30" –ayer cerró a $ 26,828–. Sostuvo que la suba de los últimos dos años ayudó al sector, pero que todavía "estamos 12% por debajo del o que deberíamos en comparación con la canasta de monedas de los países con los cuales negociamos".
Por el lado de los costos, no faltó el pedido de una reducción de impuestos y tarifas. Corallo propuso "beneficios fiscales diferenciales", que alivien la situación de los sectores más afectados por el cambio en el ciclo económico. Estos pueden ser una reducción de impuestos o aportes patronales, o incluso de las tarifas públicas.
Para Pedro Otegui, "Uruguay es caro para producir en el campo e industrializar", y planteó la revisión de los aportes patronales, que suponen una "brecha entre los ingreos neto en el bolsillo de un trabajador y el costo para una empresa, que en algunos casos llegan a 60%".
El cuidado de las cuentas públicas y la mejora en la eficiencia del gasto es también un pedido del sector empresarial en su conjunto. Sin embargo, Ignacio Otegui enfatizó que "si la única variable de ajuste es la inversión pública", el gobierno estará "hipotecando la posibilidad de crecimiento económico en el corto plazo". Según sostuvo, "sería un error esperar todo" de los proyectos de Participación Público Privada (PPP).
En un almuerzo organizado por ADM en Punta Cala, expusieron los presidentes de algunas de las principales gremiales del país: Washington Corallo –de la Cámara de Industrias (CIU)–, Ignacio Otegui –de la Cámara de la Construcción (CCU)–, Pedro Otegui –Cámara Mercantil (CMPP)– y Ricardo Reilly –Asociación Rural del Uruguay (ARU)–.
Los expositores no trazaron un escenario catastrófico, pero llamaron la atención sobre el impacto que ya está teniendo el cambio en el ciclo económico en los distintos sectores. "No estoy diciendo que estamos en escenario de crisis, estamos lejos (mejor) de la situación que teníamos en 2008 y 2009", dijo Ignacio Otegui. Sin embargo, el referente de la construcción sostuvo que en los últimos tres años cayó en 14 mil el número de empleos directos ocupados en las obras y que hay datos que sugieren un incremento en los niveles de informalidad.
En el caso de la industria, el presidente de su gremial, Washington Corallo, dijo que en los últimos tres años la caída del empleo en el sector es de entre 8 mil y 10 mil puestos, en un contexto en el cual un tercio de los sectores se encuentra en caída, un tercio en una meseta de su actividad y un último tercio se mantiene en crecimiento.
La necesidad de una mejora en la integración internacional del comercio uruguayo fue puesta en el debe por todos los expositores. Según dijo Pedro Otegui, "esta administración está trabajando de forma importante en este tema, pero Uruguay ha perdido un tiempo valiosísimo en no haber realizado acuerdos comerciales con otros países".
Corallo, por su parte, si bien reconoció la necesidad de "abrir nuevos mercados", señaló que el gobierno debe ser "muy cuidadoso" y estudiar cada posibilidad con detenimiento para que los acuerdos "sean compatibles con la industria nacional existente y no supongan un riesgo para los puestos de trabajo".
De la mano del pedido de mayor apertura, viene el reclamo por una mejor competitividad, tanto en precios como en la calidad de los productos. Respecto al tipo de cambio, Reilly de la ARU sostuvo que "en un país dependiente de la exportación, su vida depende también de la sintonía que tiene el tipo de cambio con los competidores y los socios comerciales".
En ese sentido, señaló que los estudios de la gremial muestran que el precio del dólar debería estar en "alrededor de $ 30" –ayer cerró a $ 26,828–. Sostuvo que la suba de los últimos dos años ayudó al sector, pero que todavía "estamos 12% por debajo del o que deberíamos en comparación con la canasta de monedas de los países con los cuales negociamos".
Por el lado de los costos, no faltó el pedido de una reducción de impuestos y tarifas. Corallo propuso "beneficios fiscales diferenciales", que alivien la situación de los sectores más afectados por el cambio en el ciclo económico. Estos pueden ser una reducción de impuestos o aportes patronales, o incluso de las tarifas públicas.
Para Pedro Otegui, "Uruguay es caro para producir en el campo e industrializar", y planteó la revisión de los aportes patronales, que suponen una "brecha entre los ingreos neto en el bolsillo de un trabajador y el costo para una empresa, que en algunos casos llegan a 60%".
El cuidado de las cuentas públicas y la mejora en la eficiencia del gasto es también un pedido del sector empresarial en su conjunto. Sin embargo, Ignacio Otegui enfatizó que "si la única variable de ajuste es la inversión pública", el gobierno estará "hipotecando la posibilidad de crecimiento económico en el corto plazo". Según sostuvo, "sería un error esperar todo" de los proyectos de Participación Público Privada (PPP).
