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Cambio de imagen

Son jóvenes, gobiernan a países europeos y Canadá, pero acostumbran levantar las viejas ideas del liberalismo humanista
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02 de septiembre de 2017 a las 05:00
Las imágenes de Emmanuel Macron y Justin Trudeau, en una actitud distendida, parados en un balcón al frente de la inmensidad del mar Jonio en un día particularmente primaveral, desde lo alto de la ciudad siciliana de Taormina, parecen postales de dos actores en el Festival de Cannes.

Impecablemente vestidos, ambos jefes de Estado hablan de empleo, seguridad y el cambio climático, mientras se escuchan los disparos de decenas de cámaras de fotos.

Hasta el reportero gráfico más impasible se daba cuenta de la fuerza de esas idílicas fotos, tomadas durante un receso de la Cumbre del G7, el 26 de mayo, y que se convertirían en un fenómeno viral en las redes sociales.

Aunque son más que un conjunto de imágenes que incitaban a hacer clic en los botones "Me gusta", "Comentar" o "Compartir": representan la expresión viva de un nuevo semblante que surge en la política internacional.

Cuando el mundo aún se sobresalta con los gestos estridentes de un desencajado Donald Trump, aparece Macron en escena, con una actitud e ideas políticas que se presentan por lo menos alejadas del presidente estadounidense.

Macron en el Palacio de Eliseo viene a reforzar una corriente de liberalismo humanista, que recoge banderas de la Tercera Vía, en la que también se podrían ubicar a otras caras políticas jóvenes, aunque diferentes, como la del mencionado primer ministro de Canadá, Trudeau; el de República de Irlanda, Leo Varadkar; y también al exprimer ministro de Italia Mateo Renzi.

Florent Frasson-Quenoz, un académico francés especializado en relaciones internacionales y en seguridad internacional, dijo a El Observador que esas "nuevas caras que se presentan al mundo son numerosas y emblemáticas, son figuras diferentes (...) que evocan la renovación, el cambio. Pero muchas de ellos no representan un cambio, sino la voluntad de seguir defendiendo una 'cierta idea' del liberalismo, un liberalismo humanista".

El "liberalismo humanista" al que se refiere sigue en general los lineamientos de la socialdemocracia, opuesto a las ideas del neoliberalismo o del conservadurismo social.

"En otras palabras, la corriente intelectual que desde el renacimiento europeo irriga los movimientos políticos e intelectuales en el viejo continente", prosiguió este profesor de la Universidad Externado de Colombia.

Caras nuevas no significa entonces políticos o políticas nuevas porque un cambio en el elenco de gobierno "no es suficiente para hablar de novedad". Por ahora, es un nuevo talante en el sentido de sangre nueva, más que novedosas ideas o políticas desde la dirección del gobierno, excepto en el uso de las nuevas tecnologías en los asuntos públicos.

Un ejemplo, el bromance –un término que surge de la unión de las palabras en inglés brother (hermano) y romance (romance), que significa la existencia de un vínculo intenso, no sexual, entre dos hombres– que protagonizaron los presidentes acicalados, que fue tema de tendencia en las redes sociales.

Los gestos entre los jefes de Francia y Canadá, visibles en el diálogo fraterno en el balcón siciliano, muestran la evidente empatía que existe entre ambos, y que reconoció el propio Macron desde su cuenta de Twitter: "La amistad franco-canadiense tiene una nueva cara. Justin Trudeau, tenemos que responder a los desafíos de nuestra generación", algo que los dos presidentes se han mostrado dispuestos a aprovechar.

Macron es hoy la cara más relevante de una tendencia humanista y progresista, y es por ello que cae sobre sus espaldas una enorme responsabilidad sobre el futuro político de una corriente influida de ideas políticas y económicas de la Tercera Vía.

El discurso de Macron para enfrentar problemas políticos, sociales y económicos, según el académico francés, "viene de la misma fábrica que la del excanciller (alemán, Gerhard) Schröder y del exprimer ministro (Tony) Blair", dos de los exponentes principales de la Tercera Vía de fines de la década de 1990 que se fue apagando con el tiempo.

Un planteo de los antiguos referentes de la Tercera Vía, que también se refleja en los nuevos políticos, especialmente en Macron, se puede resumir así: "Para mantener unos niveles aceptables de confort, tenemos que aceptar el orden de las cosas y sacrificar a algunos de nosotros".

La Tercera Vía convoca a mandatarios o expresidentes y dirigentes políticos de Estados Unidos, Europa y América Latina. Entre ellos, se destacan el presidente Juan Manuel Santos (Colombia) y los exmandatarios Tony Blair (Reino Unido), Bill Clinton (Estados Unidos), Felipe González (España), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y Ricardo Lagos (Chile).

Todos ellos, que reivindican la idea de "mercado hasta donde sea posible y Estado donde sea necesario" –para desmarcarse de los extremos del socialismo marxista y el capitalismo a ultranza–, se habían reunido en Cartagena de Indias, Colombia, el 30 de junio de 2014, para analizar una suerte de relanzamiento de la Tercera Vía que había perdido su impulso original de fines de la década de 1990, pero con ningún resultado a la vista.

"Si bien la cara de Macron es nueva, tanto su formación como su trayectoria nos recuerdan que la novedad es difícil de conseguir", afirmó el experto.

Aún sin el sello de algo inédito en la política, hacía tiempo que un dirigente político –y francés– no despertaba tanto interés como la figura de Macron.

Uno de tantos ejemplos, se expone en un artículo de Kemal Dervis y Caroline Conroy, miembros de la Brookings Institution, en el que explican lo que puede suponer una gestión del joven presidente francés que prometió "desarrollar un nuevo contrato social" para intentar saltar las vallas de las clásicas derecha e izquierda que obstaculizan el cambio.

"Con Macron podría surgir gradualmente un nuevo sistema político progresista que combine una síntesis de políticas sociales y liberalización", escriben estos analistas de una organización de políticas públicas sin fines de lucro con sede en Washington DC.

De todos modos, al presidente francés ya se le ha agotado la luna de miel con el público y con la gente, sobre todo a partir de que lanzó su polémica reforma laboral con la que busca terminar con el estructural desempleo francés, pero que al flexibilizar el mercado laboral ha despertado la ira de la izquierda y los sindicatos, que lo tachan como "más de lo mismo" de política de derecha.

Además, no lo han ayudado algunos errores de políticos y de comunicación, como el rol exagerado de su mujer Brigitte, o el excesivo gasto en maquillaje (26 mil euros) desde que asumió el pasado 14 de mayo. Todo eso hecho que su imagen cayera 14 puntos hasta el 40%.

Pero sobre todo, obliga a barajar y dar de nuevo, para averiguar quién es de verdad Emmanuel Macron: el líder de esa nueva tercera vía o solo un buen producto de marketing para ganar una elección.

37 por ciento

De los franceses está conforme con la gestión del presidente centrista Emmanuel Macron, según un reciente sondeo de opinión pública.

Una reforma bastante compleja y resistida

El presidente francés, Emmanuel Macron, presentó este jueves una difícil reforma que flexibiliza el mercado laboral, resistida por sindicatos y sectores de izquierda, en un momento de una caída de su popularidad, según encuestas.

La reforma del rígido código laboral francés para dar mayor flexibilidad en las empresas es una de las prioridades del joven presidente centrista de 39 años, que espera reactivar el empleo en Francia, donde el paro roza el 10%.

El texto, fruto de varias semanas de conversaciones con sindicatos y organizaciones patronales, se cristaliza mediante ordenanzas para evitar un largo proceso de debate legislativo, pero algunos sindicatos y la izquierda radical han convocado manifestaciones.

La nueva legislación aspira a reforzar el papel negociador de las empresas sobre las condiciones laborales y limitar las indemnizaciones por despido improcedente para favorecer las contrataciones.

"Se trata de una reforma profunda y ambiciosa", anticipó Macron en una entrevista con el semanario Le Point. "Desde hace 30 años, Francia es la única gran nación europea que no ha ganado al desempleo masivo", dijo.

PROPUESTAS INNOVADORAS

Emmanuel Macron (39), Presidente de Francia

Emmanuel Macron
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Diplomado en Filosofía y Ciencias Políticas, se graduó en finanzas de la Escuela Nacional de Administración.

Con una trayectoria como banquero, integró el gobierno de François Hollande, que abandonó para lanzar ¡En marcha!, movimiento con el que ganó la elección.

Justin Trudeau (46), Primer ministro de Canadá

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Licenciado en literatura inglesa y educación, hijo del exprimer ministro Pierre Trudeau, definió políticas sobre equidad de género y diversidad. Está a favor del aborto y la legalización de la marihuana.

Leo Varadkar (38), Primer ministro de Irlanda

Varadkar
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Médico, hijo de un inmigrante indio y una irlandesa, homosexual y del partido de centroderecha Fine Gael.

Liberal y favor de la igualdad sexual y el aborto, dice que su gobierno no es "ni de izquierda ni derecha".

Matteo Renzi (42), Exprimer ministro de Italia


Matteo Renzi
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Abogado, primer ministro entre 2014 y 2016, cargo al que renunció al perder un referéndum constitucional.Líder del Partido Democrático, aspira de nuevo al gobierno con ideas similares a las Macron.

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