Opinión > ANÁLISIS

Canadá, el segundo en derrotar a la prohibición del cannabis

Cada vez hay más competencia en el mercado agrícola de más crecimiento en el mundo y con mayor potencial de mercado, negocios e inversiones
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21 de octubre de 2018 a las 05:01

La agricultura mundial cambió radicalmente esta semana. Canadá es el segundo país en el mundo en derrotar al prohibicionismo en torno al cultivo, producción y exportación de la cannabis sativa y sus derivados. Cientos de miles de canadienses festejaron la libertad alborozados, mientras decenas de empresarios miraron las gráficas para ver en cuántos cientos de millones de dólares el valor de sus empresas se reproduce en la bolsa de Toronto o el Nasdaq. La semana previa, como para ir templando los ánimos, Coca Cola había anunciado su interés en explorar bebidas con CBD, la sigla que todos más tarde o más temprano irán conociendo. Siguiendo los pasos sacrificados de quienes lograron en Uruguay poner en el mercado yerba mate con el mismo componente cannábico, el cannabidiol.

El reencuentro entre homo sapiens y cannabis sativa es ya irreversible. Luego de miles de años de convivencia y unas pocas décadas de prohibición, la situación es ahora irreversible. El camino sinuoso que abrieron los  californianos primero, los coloradenses después y en el que Uruguay marcó un hito, se ha convertido ahora en una autopista cuyo problema es que la expectativa económica que genera es tal, que puede generar una burbuja como las puntocom en 1998. 

Se abre el mundo de los alimentos, las bebidas, los perfumes, las cremas, pero sobre todo el camino a sustituir los opiáceos, el tabaco, y a dar una solución a problemas como la epilepsia y tantos otros. Las empresas canadienses que se dedican al cannabis en gran escala valen miles de millones de dólares. Una vez que pase la burbuja quedará un ecosistema empresarial altamente innovador, que usa la ciencia más sofisticada y construye las cadenas de más alto valor del agronegocio a nivel mundial: hacer medicinas de alto valor desde plantas. La genética molecular ahora lo permite. 

Al mismo tiempo, en lo social, se cae como un castillo de naipes la visión demoníaca respecto a la planta que hábilmente se implantó en los años 40, pero que nunca tuvo sustento científico. El cannabis ya es legal en demasiados países y el resultado práctico de la legalización es demasiado bueno como para que haya una marcha atrás, y su interés en relación a la salud humana no para de crecer. Cualquier escéptico puede ir a Colorado a ver cómo baja el crimen, el consumo problemático de alcohol, y no se genera ninguno de los temidos problemas que el prohibicionismo auguró. 

Tampoco aquí quienes profetizaron robos a farmacias u otros problemas tienen nada para decir sobre el sistema que funciona desde hace cinco años dejando de perseguir a la gente por las plantas que tenga en la intimidad de su hogar y que desde hace un año y medio permite a quien se inscriba, dejar de ir a comprar flores a una boca de pasta base.
El prohibicionismo cae porque no tiene base científica. Con moderación una persona adulta puede disfrutar de dar unas pitadas, como otros lo hacen de beber una jarra de cerveza o unas copas de vino: es algo para mayores, es algo para hacerlo disfrutando de la amistad, que preferiblemente no debe hacerse todos los días y nunca menores de 18 años. Pasado eso, nadie morirá ni quedará con menor uso de sus facultades intelectuales. Y además, bajará el consumo de alcohol y tabaco por lo que  el resultado sanitario para la sociedad en el mediano plazo es favorable.

El prohibicionismo además es inviable en tiempos de internet, salvo que la policía estatal se vuelva inadmisiblemente entrometida en la vida privada. Los cultivadores ya tienen una red virtual y real que hace que la revolución de las macetas no tenga marcha atrás.
 El hecho tiene una importancia económica fundamental y gigantesca para Uruguay, porque vale la pena explicarlo una vez más, el negocio importante es el del cannabis no psicoactivo. Y todavía hoy divide aguas políticas. No genera consenso ni en el partido de gobierno ni en la oposición. Electoralmente el discurso asustador puede ser rendidor.  Pero para el partido de gobierno es un tema relativamente resuelto. El desafío es que esta gigantesca oportunidad que se ha abierto para Uruguay, y en tiempos de elecciones será interesante ver qué  posturas asumen los diferentes candidatos.

La velocidad de la explosión es tan alta, que se ha vendido una empresa de origen uruguayo dedicada al cannabis en más de US$ 200 millones y casi no se ha comentado. Todos deberíamos saber qué son Aurora, Canopy, Aphria, empresas que están rediseñando la agricultura y la medicina globalmente y que pueden dar un envión genuino a la economía uruguaya.

La revolución de la genómica lleva a una nueva medicina, una nueva alimentación, millones quieren CBD en sus dietas. 
La oposición tiene aquí un tema de enorme importancia. Será liberal y moderna ¿o será conservadora e insistirá con un discurso que intenta sostener un castillo de naipes? Si elige el camino del conservadurismo respecto a este tema, puede tener un cierto rédito de muy corto plazo, pero a largo plazo habrá elegido la tendencia equivocada de la historia. Negarse al desarrollo de la industria cannábica a esta altura resultaría carísimo para la imagen presente de Uruguay y para el futuro del país.  Los políticos que apuesten al discurso antiguo, deben saber que  la ciencia que abre puertas todos los días, no se detendrá.

Es también un llamado de atención para el nuevo rector de la Universidad de la República, para los decanos de Agronomía, de Ciencias, de Veterinaria, de Diseño Industrial, de Química, de Ingeniería y, por supuesto, de Medicina. Ya, para ayer,  se precisan cátedras que estudien esta planta en serio y no académicos conservadores que se nieguen a ver la realidad porque no se las enseñaron en sus años mozos de estudiantes en el siglo pasado. 

Ahora tenemos competencia directa y en el futuro tendremos cada vez más. Los inversores están interesados en Uruguay, que debe competir con otros lugares interesantes del mundo, Canadá, Suiza, el Silicon Valley, Israel. ¿Está la oposición en condiciones de dar certeza a los inversores?

Ahora tenemos competencia directa y en el futuro tendremos cada vez más. Los inversores están interesados en Uruguay, que debe competir con otros lugares interesantes del mundo, Canadá, Suiza, el Silicon Valley, Israel.

¿Uruguay quedará en la historia como el pionero que vio como todos lo pasaban de largo? Los políticos uruguayos contrarios al cannabis tienen que pensar tres veces qué postura tomar. 
La apuesta decidida traerá otras inversiones igualmente interesantes. Es urgente pensar en agricultura orgánica, control biológico, agricultura vertical, hidroponía y aeroponía. Es una enorme oportunidad aprender a extraer y destilar cannabinoides, terpenos y flavonoides. Conocer más sobre las plantas uruguayas y su potencial como medicinas o suplementos alimenticios ¿Qué valor puede llegar a tener la marcela? ¿Y la carqueja? ¿Y la corteza de coronilla? La genética molecular, la nanotecnología, la bioinformática lo están cambiando todo. Esta semana legalizó Canadá, y así lo confirmamos: la agricultura ha cambiado para siempre. Ni Trump, ni Bolsonaro, ni Maduro: ¡chapeau, monsieur Justin Trudeau! 

 

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