Caso Milagros: defensa del cantinero apelará fallo por "falta de pruebas"

Según informó El País y confirmó El Observador con el escrito presentado por la defensa, se presentó como uno de los argumentos la "carencia de elementos de convicción suficientes". El abogado defensor, Javier Deana, expuso que "no existe prueba suficiente o idónea a fin de determinar la participación del imputado en un acto de explotación sexual de menores", delito por el que fue procesado el pasado 30 de octubre por el juez penal de Pando, Emilio Baccelli.

La apelación que se presentó dice que "en ninguno de los testimonios de familiares y amigos se acredita el ejercicio de la prostitución" de Milagros Cuello u otra menor en la cantina.

El pedido de procesamiento de la fiscal, Alicia Ghione, manifiesta que "los testigos explicaron que la cantina era en realidad una whiskería, un lugar donde se expedían bebidas alcohólicas, y donde concurrían hombres y mujeres mayores y menores de edad, mujeres trabajadoras sexuales y trans, los que bailaban o tomaban como forma de conseguir allí sus clientes", y que en el fondo había "piezas que eran alquiladas por las trabajadores sexuales".

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En diálogo con El Observador, Deana dijo que solo una testigo "vinculó a la cantina con el delito, por algo que habría escuchado", de las 12 personas que declararon por este caso. 

"Las amigas quedan sorprendidas y dijeron que no sabían que ejercía la prostitución. Los otros dos procesados sí tuvieron relaciones con ella y es cierto que tú no podés tener relaciones sexuales con una menor, pero no existía vínculo con mi cliente", agregó el defensor.

En la solicitud, la defensa agrega que los familiares directos de Milagros –madre, padre y hermana– manifestaron "que cuando concurrieron al local en compañía de la menor o porque la encontraron allí, era para bailar, negando el consumo de alcohol, estupefacientes o el trabajo sexual".

Consultada por El Observador, la madre de Milagros negó haber concurrido al local ni tener conocimiento de la situación que atravesaba Milagros. En su declaración en el juzgado expresó que vio a su hija junto con la hermana en dirección a la cantina porque "iban a bailar", pero que desconocía la existencia de explotación sexual en el lugar, que es lo que se investiga en este caso. 

El abogado defensor explicó que la cantina recibía inspecciones del INAU y contaba con las habilitaciones correspondientes, sin haber sido clausurado por la presunción de este delito.

Deana explicó que el juez imputó el delito de forma genérica porque "se presume que si vio a la niña ahí, se podía haber prostituido, entonces la tenía que haber echado". 

"Si hay 12 personas, declara toda la familia y dicen que ella no ejercía la prostitución. Pero si en el lugar había trans decimos que eso es una whiskería, está mal.  La declaración no observa que era una whiskería, una sola testigo lo dice", manifestó el abogado.

Milagros recibió una llamada a las 23:30 horas del 3 de diciembre de 2016, e inmediatamente le avisó a su padre que iba hasta la plaza de Pando, a unas ocho cuadras de su casa, y regresaba enseguida. Desde ese momento no se sabe nada de ella.

Además del dueño de la cantina, la Justicia procesó a otros dos hombres por un delito de retribución para cometer actos sexuales contra menores de edad.