El Cacique Medina lo conocía bien, por eso no dudó y lo mandó a la cancha desde el primer partido de la temporada. Y Christian Oliva no lo defraudó. El pibe se puso la camiseta del primer equipo de Nacional y no la prestó más. Jugó tan bien que fue elegido como mejor volante de marca y jugador revelación en la encuesta Fútbolx100 que al final de cada temporada realiza Referí.
Su vida empezó a cambiar este año. De tomarse tres ómnibus para viajar desde Delta del Tigre a Los Céspedes, luego pedirle prestado el auto a su padre y tener ahora el propio. De jugar en Tercera división, sin haber integrado jamás una selección juvenil, a convertirse en el futbolista más cotizado del club, aunque su ficha se negoció a mitad de año en US$ 2.100.000, comprada por el empresario libanés nacionalizado venezolano Edmundo Kabchi, gerenciador de Boston River.
“En lo personal estoy contento, para mi fue un buen año. En lo grupal no se consiguieron los objetivos y me deja triste, porque además no se si me voy o me quedo y quería haber ganado el Uruguayo o la Sudamericana con Nacional, pero no se pudo. Ojalá que me pueda quedar seis meses más en Nacional”, dijo a Referí. Su representante es Martín Plada.
Oliva deslumbró a propios y extraños durante el primer semestre, cuando debutó en Primera división con 21 años. Después su rendimiento no fue el mismo: “El primero fue un gran semestre, el segundo creo que no fue malo, pero no resalté como el primero, aunque igual quedé contento por ser mi debut en Primera” explicó la revelación del año.
También reconoció que todo lo que se habló de la renovación de su contrato lo sacó un poco del foco: “En el Intermedio tuve muchos llamados. Fue bravo, porque tenía la cabeza en cualquier lado. No es por poner excusas pero en los primeros partidos no estaba bien, después puse la cabeza en Nacional y la sigo teniendo”.
Recordó que durante esos días lo llamaron “varios representantes con propuestas que tenían y también un club, pero nada fijo”.
Nació en Delta del Tigre en Ciudad del Plata. Su madre es ama de casa y su padre capataz de la construcción. Tiene una hermana mayor, un hermano menor y un sobrino. Cursó hasta quinto de liceo, opción Biológico, y aún debe tres materias. Jugó en Sexta y Séptima división de Nacional. Después se fue a Bella Vista porque no lo iban a tener en cuenta en los tricolores.
Regresó en 2016 y tuvo un ascenso fulminante de la mano de Medina (primero en Tercera, después en Primera), quien le pidió tranquilidad cuando lo mandó a la cancha en el equipo principal: “Me dijo que tenía su confianza, que le diera juego al equipo y que intentara el cambio de orientación”, contó la revelación del campeonato y mejor volante de marca.
Este año Nacional tuvo un quiebre después del torneo Intermedio. Acabó con las manos vacías, sin el Campeonato Uruguayo (también sin la Copa Sudamericana) después de liderar la Tabla Anual durante varios meses: “Veníamos peleando dos competencias, apostamos más a la Sudamericana, tuvimos un mal partido y quedamos afuera, después perdimos puntos en el Uruguayo y nos perjudicó”, analizó el futbolista.
El encuentro contra Fluminense en el Gran Parque Central que lo eliminó de la Copa fue un golpe duro: “Fue raro el partido, una mala noche que a todos nos puede pasar y lo pagamos caro. Teníamos la cabeza en la Sudamericana”, reveló.
Después llegó la derrota frente a Peñarol: “Eso pegó duro, bastante, pero hay que seguir adelante ahora y pensar en la próxima temporada y en el clásico de enero”.
Aquellos tiempos en que demoraba dos horas y media para llegar y otro tanto para regresar a casa en el ómnibus, ya son historia. “Durante el viaje escuchaba música, cumbia, reggaetón, plena, de todo, y también dormía, porque era bastante largo el traslado”, contó el volante a Referí que hizo todo ese sacrificio por el solo hecho de cumplir el sueño de “jugar en Nacional”. Ese sueño lo cumplió y con creces: en su primer año en Primera se quedó con la llave del mediocampo.
Nació el 1° de junio de 1996, en Delta del Tigre, San José
En Sexta y Séptima división jugó en Nacional. Después se fue a Bella Vista, donde permaneció hasta 2016, cuando regresó a los tricolores. En 2017 jugó en Tercera división con Alexander Medina como entrenador y este año ascendió junto al entrenador al plantel de Primera. Nunca jugó en las selecciones juveniles de Uruguay. Debutó en un partido oficial el 26 de enero en el clásico por la Supercopa, ingresando a los 66 minutos por Luis Aguiar. El 31 de enero frente a Chapecoense por la Copa Libertadores integró el equipo titular por primera vez y ya no salió mas.
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