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Cierre de tres colegios sacude el fin de año de padres y docentes en Uruguay
Para decenas de familias, el regalo de Navidad no fue el esperado: cerró el colegio privado al que asisten —o mejor dicho asistieron— sus hijos. Primaria recibió la notificación oficial del cierre de al menos tres instituciones. Otras, en tanto, hacen números para “sobrevivir” el próximo año lectivo.
“Después de 42 años en la zona, debemos cerrar definitivamente nuestras puertas”. Así comenzó su mensaje de despedida el colegio Ceija, una institución “histórica” al este de Paso de la Arena. Aquel colegio que había incursionado en la enseñanza formal con el jardín de Alicia, anunció su cese.
El colegio bilingüe New Zealand, quien ya había bajado la cortina de Secundaria, ahora anunció el cierre de toda la institución. Por su ubicación —en el corazón de Carrasco— y por su propuesta idiomática era desde fines de la década de 1990 un colegio al que asistían estudiantes de diferentes nacionalidades.
También confirmó a Primaria su cierre el Centro de Educación Integral Constructivista, más conocido por su sigla CEIC. “Es con un nudo en la garganta y el corazón lleno de gratitud que comparto con ustedes una decisión que ha sido increíblemente difícil de tomar (…) nos vemos obligados a cerrar las puertas del colegio”, reza la carta que la directora María Teresa Basso les envió a las familias. Ella había fundado la institución junto a su esposo Carlos, en 1996. Pero “la impactante disminución de la matrícula en la pandemia” no le dio tregua para sobrevivir un año más.
El censo poblacional confirmó lo que los colegios vienen padeciendo: en Uruguay cada vez nacen menos niños, y la baja de la población en edad escolar es más baja incluso que la que se proyectaba para dentro de un cuarto de siglo.
A eso se le suma la crisis económica de la pandemia que obligó a un incremento de los pedidos de becas, mudanzas de las familias tras la habilitación del teletrabajo y un aumento de la oferta de la enseñanza pública.
Las asociaciones de instituciones privadas están "muy preocupadas" por la baja de alumnos y la tendencia a la baja se sigue confirmando. De ahí que este año haya habido publicidad para inscripciones como nunca antes.
Hay otros colegios que están haciendo números: El Observador confirmó el caso de un colegio católico en la costa de Canelones, otro en Malvín, y un tercero en Pocitos, cuyos nombres por ahora se omiten para evitar que la noticia precipite una decisión.
Otras instituciones, como es el caso del colegio St. George´s cierra el ciclo de bachillerato, al menos para 2024 y con la esperanza de que se reabra en 2025. Coincide que el último tramo de la enseñanza obligatoria es la más cara (implica laboratorios, más docentes y profesores con mejores pagos), para un público más reducido (porque muchos quedan en el camino). A la vez que este 2024 significa el comienzo de la aplicación de la transformación curricular en lo que otrora era cuarto de liceo.
El sindicato de enseñanza privada (Sintep) ya advirtió por despidos “arbitrario” en el sector y no descarta la realización de un paro para el día que comiencen las clases: lunes 4 de marzo.
