Las medidas para “achatar la curva” de covid-19 en Uruguay, entre ellos el confinamiento voluntario de marzo y abril, tuvieron mejor resultado que el esperado, y permitieron un cambio en la conceptualización de la enfermedad en el país: el de dejar atrás el concepto de reducir una epidemia inevitable, para pasar a otra etapa de control de la enfermedad por períodos extensos de tiempo, con decrecimiento sistemático de casos. En ese escenario, el mayor desafío está en la posibilidad de contener la aparición de brotes puntuales, como el que ocurrió la semana pasada en Médica Uruguaya, que actualmente se encamina a su control.
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