Las vacaciones son uno de los momentos más esperados y placenteros del año, sobre todo, cuando hay un viaje programado de por medio. Sin embargo, pueden tener un lado B: la ansiedad, los miedos y los temores que pueden aparecer a medida que se acerca la fecha de partir.
El hecho de estar en un lugar nuevo y desconocido, ausentarse por un período largo de tiempo, querer dejar todo terminado antes de salir o que la casa quede sola puede producir distintos niveles de ansiedad e incluso, si una persona es propensa, ataques de pánico, palpitaciones, mareos y vértigo.
El síndrome del estrés pre vacacional existe y se debe al exceso de preocupación que puede ocasionar el momento próximo a viajar.
Este síndrome trae síntomas como aumento del cansancio, ansiedad y falta de concentración y, en la mayoría de los casos, suele alivianarse cuando la persona llega al destino.
Todas las situaciones en torno a la organización de un viaje y el momento de arribo al lugar de destino son posibles detonantes de diversos niveles de ansiedad y posibles afecciones emocionales y físicas para quienes las padecen.
La licenciada Dalila Acuña, de los Centros de Diagnóstico DIM de Argentina, explica que la ansiedad es una emoción común a todos, ya que su función es prepararnos mental, conductual y fisiológicamente, para situaciones de incertidumbre. “Tener cierto grado de ansiedad nos va a permitir estar atentos, anticipar obstáculos y desenvolvernos satisfactoriamente”, comentó la especialista. Pero si bien es positivo tenerla, cuando se torna excesiva, puede convertirse en crónica y generar un trastorno.
La ansiedad se vuelve negativa cuando ante cualquier estímulo la respuesta resulta desproporcionada y termina limitando la forma en la que se desenvuelven las personas habitualmente, como por ejemplo, no atender llamadas telefónicas porque podría ser una mala noticia o no hacer algo que estaba planificado con anterioridad.
Si la ansiedad se presenta ante situaciones puntuales y no limita la vida cotidiana, la especialista recomienda algunas actividades para disfrutar al máximo las vacaciones: hacer actividad física, escuchar al cuerpo cuando necesita descansar, alimentarse de forma variada y saludable, respirar lenta y profundamente, evitar sobrecargarse de trabajo u obligaciones, no posponer tareas importantes y realizar actividades placenteras de manera intencional.
Mantenerse despierto hasta tarde en la noche antes de viajar es un síntoma de estrés que puede generar un ataque de ansiedad. Lo recomendable en estos casos sería armar una lista previa de cosas para hacer antes de salir de vacaciones. Y si la ansiedad continúa el día del viaje, llevar a mano un libro o armar una lista de reproducción con canciones favoritas son algunas de las alternativas para distraerse.
Además, algunos tips para llegar mucho más relajado al momento de viajar son:
Fuente: El Cronista - RIPE
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