Antes de la pandemia, el CEO y presidente para Latinoamérica de la alemana Ottobock viajaba unas cinco veces al año a la casa matriz; pero al dueño de la compañía lo veía más seguido en Uruguay. Es que el propietario de la compañía es un enamorado de Punta del Este y solía hacer visitas relámpago en forma regular al balneario uruguayo.
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