Cadenas de mensajes, audios por whatsapp, publicaciones en redes sociales, videos virales. La información circula al instante por diversas plataformas, pero no todo lo que ves es real.
Desde El Observador armamos esta guía básica para que evites caer en la propagación de desinformación sobre el nuevo coronavirus.
Si la información te parece muy rara, extravagante o exclusiva, probablemente no sea verdad. Este tipo de cadenas normalmente tratan de generar una reacción emocional para poder viralizarse.
Tené en cuenta que una mentira maquillada con datos reales puede pasar inadvertida si no prestás atención. Muchas veces se utilizan imágenes reales para darle una apariencia más realista a una noticia falsa.
La mayoría de los mensajes que circulan simulan ser escritos por médicos o especialistas. Pero “un médico de la ciudad de Wuhan” es un dato demasiado vago para ser fiable. Si figura el nombre del experto podés googlearlo, chequear cuál es su especialidad y si tiene otras referencias.
Si se trata de una supuesta noticia debés preguntarte si es un medio reconocido. ¿Alguna vez viste esa página en internet? ¿Puede ser confiable? Recurrí a fuentes seguras.
En caso de que se trate de una publicación en redes es recomendable visitar el perfil del emisario del mensaje. Fijate si se trata de una persona real, no de un bot o una cuenta falsa. Mirá qué tipo de contenido genera y corroborá que esa publicación realmente exista.
Es importante tener en cuenta quién te comparte la información. Preguntate si esa persona puede tener otras intenciones al compartirla.
Si te mandan un audio o un mensaje casero preguntale a tu contacto si conoce a la persona en cuestión.
Contrastá la información que te llega con otros medios.
Chequeá información con fuentes oficiales como el Ministerio de Salud Pública (MSP) o la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Recurrí a medios de comunicación.
Si se trata de información verdadera es probable que alguna fuente confiable haya publicado algo al respecto.
No compartas artículos, audios, mensajes o videos, sin antes conocer su contenido.
No compartas cadenas de mensajes ni audios cuando no sepas de dónde provienen.
No difundas información “por las dudas”, tratá de compartir datos que ya hayas confirmado.
Evitá el hostigamiento de aquellos que contrajeron el nuevo coronavirus en redes sociales.
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