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Corrupción y falso testimonio: el escándalo con el que llega Croacia a la final del Mundial

Acusan a un representante de controlar todas las decisiones de la selección; perseguido por la justicia se escapó a Bosnia antes del Mundial
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11 de julio de 2018 a las 17:44
"Rezamos a Dios para que todos pierdan": ese viejo grafiti resumiendo el divorcio entre los hinchas croatas y su selección parece hoy incongruente con la realidad que vive un país que canta por la gloria de sus héroes, finalistas del Mundial-2018 tras ganarle a Inglaterra.

Si bien esas antiguas inscripciones tendían a escasear, la tensión era grande, como lo probaban los violentos incidentes provocados por los hinchas durante la Eurocopa-2016 para sabotear la campaña francesa de la Cuadriculada o las canciones pro-nazis entonadas voluntariamente para que la UEFA aplicara multas a su Federación.

Resulta que sus responsables y su presidente, Davor Suker, son vistos como peones en manos de Zdravko Mamic, un controvertido hombre de negocios, acusado de haber manipulado el fútbol croata para ganar millones de dólares en transferencias y decidir todo de acuerdo con sus intereses.

Unos diez días antes del inicio de la Copa del Mundo, el "padrino" del fútbol croata tuvo que escapar a Bosnia huyendo de una pena de prisión de seis años y medio que le aplicó el tribunal de la pequeña ciudad de Osijek (este). El proceso había sido relocalizado, por temor a que el influyente Mamic disfrutara de la indulgencia de los jueces de la capital.

'Split les desea lo peor'

Antes del testimonio del defensor Dejan Lovren, el paso por tribunales en junio de 2017 de la estrella Luka Modric había sacudido la reputación del madridista, quien parecía incómodo en la audiencia. Sin haber cruzado jamás la mirada con Mamic, había intentado exonerarlo de cualquier tipo de malversación en una de sus transferencias.

Ese testimonio exculpatorio hacia Mamic produjo el enojo inédito de los hinchas (rápidamente borrado por su gran actuación en la repesca mundialista ante Grecia en el otoño boreal), pero le valió una investigación por "falso testimonio", un crimen teóricamente punible con cárcel, con hasta cinco años de prisión.

La selección no había tenido precisamente un camino de rosas para llegar a Rusia. "Lo peor es que toda la sociedad ha perdido la confianza en el fútbol", resumió a la AFP en abril pasado el exinternacional Dario Simic.

"Cada derrota suya nos hace felices. Split les desea lo peor", podía leerse en una bandera colgada sobre un puente, tras el partido perdido contra Brasil en un amistoso de preparación para Rusia-2018.

Eso ocurrió hace un mes. Una eternidad en el fútbol. Desde entonces, los nombres de Modric, del entrenador Zlatko Dalic, y del resto de los jugadores son cantados con alegría en esa ciudad del Adriático, así como en el resto del país.

Suker resiste

Pero para el periodista deportivo Robert Matteoni, los problemas no van a desaparecer, aun tras un recorrido épico en el Mundial: "El éxito de la selección y todos los otros problemas no están ligados", estima.

Los procesos por "falso testimonio" contra Modric y Lovren van a seguir su curso.

Davor Suker parece sólidamente instalado al frente de la Federación Croata, tras ser reelegido en diciembre pasado por un nuevo período de cuatro años.

Condenado a tres años de prisión en el proceso Mamic, Damir Vrbanovic sigue siendo el director ejecutivo de la Federación.

Desde su exilio en Bosnia, Zdravko Mamic parece no comulgar con el bajo perfil: "No me gustaría estar en la piel de la gente que me armó un caso como éste", dijo el empresario, prometiéndoles "una respuesta (...) jamás vista".

El club más grande del país, el Dinamo Zagreb, que hizo una estafa por millones de euros según cree la justicia croata, le ha apoyado, "convencido de su inocencia" y se declaró "conmocionado" por su condena.

Jutarji List, uno de los dos principales diarios del país, en un editorial espera que el camino de la selección en Rusia acelere el cambio iniciado con la condena de Mamic.

"Quizás el fútbol realmente vuelva a casa", escribió aludiendo a la canción que entonan con felicidad los hinchas ingleses "Football is coming home".

"El fútbol croata tiene la oportunidad de pasar una página horrible... y comenzar una nueva historia", agrega el diario.

Pero Jutarnji advierte que "después de haber sido rociado con el champán de la victoria, los cambios tendrán que ser profundos, no sólo cosméticos. Eso hará agigantar el camino de Dalic y de sus héroes".

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