La Corte Electoral habilitó el plebiscito promovido por el precandidato nacionalista Jorge Larrañaga para reformar la Constitución y aprobar cuatro mediadas para combatir la inseguridad.
La reforma, promovida bajo la campaña "Vivir sin miedo", plantea la creación de una Guardia Nacional compuesta por 2.000 efectivos militares para que colabore en determinadas tareas con la policía. Además, se propondrá que los delincuentes que hayan cometido delitos graves cumplan toda la pena en prisión sin libertades anticipadas; que se cree la figura de la reclusión permanente revisable a los 30 años en delitos gravísimos como homicidios múltiples o violación y homicidio a menores; y que se regule los allanamientos nocturnos en lugares donde se sospecha "fundadamente" que se están cometiendo delitos.
Larrañaga –que ya había alcanzado el mínimo legal de 260.000 adhesiones en diciembre del año pasado– había anunciado semanas atrás que la campaña había logrado superar las 400.000 firmas.
Ahora, el precandidato anunció que la Corte Electoral habilitó el plebiscito después de validar 407.000 firmas, y hará una presentación formal de la noticia a la hora 17 en el Palacio Legislativo.
El organismo, de acuerdo al documento difundido por el sector Alianza Nacional, solo descartó 31.576 rúbricas por razones técnicas.
A fines de abril, el segundo favorito a ganar las internas blancas según la mayoría de las encuestas, había expresado su enojo con algunos herreristas que tras oponerse a su campaña ahora habían deslizado la posibilidad de apoyarla.
"Van a empezar a ensobrar porque como saben que esto tiene el respaldo de la gente van a ir en consonancia con la gente. ¿Ahora se empiezan a alinear con la reforma que hemos impulsado?"; había cuestionado Larrañaga en entrevista con el programa radial Panorama de la 1410.
En efecto, dentro del sector Todos que lidera el favorito a ganar las internas blancas, Luis Lacalle Pou, hay dos listas que expresaron su intención de apoyar el plebiscito del senador wilsonista.
"Ahora empiezan a decir tibiamente, tímidamente que van a ensobrar, ¿por qué? Porque hay indicadores que señalan que más del 80 y pico por ciento de los blancos quieren la reforma. Entonces, esto es un acto de conveniencia política. (...) Bienvenidos, porque yo le doy para adelante porque en definitiva quiere que esto salga, pero hay una dualidad notable de comportamiento: cuando estuvimos durante todo el año pasado juntando firmas decían: 'No, yo no firmo'", disparó.
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