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Crédito al consumo dejó atrás su letargo y tuvo su mayor suba desde junio de 2016
El crédito a las familias consolidó en octubre una tendencia que se venía dibujando desde agosto, cuando el financiamiento al consumo abandonó un largo período de letargo y comenzó a dar señales de aceleración. Esas señales coincidieron con una mejora de la confianza de los consumidores locales.
El Índice de Crédito al Consumo de El Observador (ICC-EO) tuvo en octubre un crecimiento de 2,7% interanual en términos reales, un ritmo de expansión que no registraba desde junio de 2016.
El indicador realiza un seguimiento de los préstamos concedidos a lo largo del mes a las familias uruguayas por la totalidad de las instituciones financieras que operan en el mercado local reguladas por el Banco Central –bancos públicos y privados, casas financieras, cooperativas y administradoras de crédito–.
La información procede de las declaraciones realizadas a la entidad reguladora por cada institución, se excluyen los préstamos hipotecarios y automotores y se miden en unidades indexadas para evitar el efecto de la inflación, debido a que es despreciable la importancia del crédito en dólares al consumo en el mercado local.
La primera señal significativa de crecimiento del crédito al consumo tuvo lugar en agosto, cuando el indicador aumentó 1,4% interanual. Ese incremento dejó atrás un período de prácticamente tres años en los cuales se alternaron mes a mes subas y bajas del ICC menores a uno por ciento.
El estancamiento del crédito a las familias se dio en un escenario en el cual el consumo privado perdió fuerza como motor de la economía local. Hasta 2017, período en el cual el crédito mantenía un leve crecimiento, el consumo de los uruguayos se expandía a una tasa de 4,6%. Sin embargo, un año después esa tasa se moderaba a 1,5% y en los 12 meses finalizados en junio, su incremento fue de apenas 0,3%.
Los datos de Cuentas Nacionales que miden la evolución del consumo no avanzan más allá de junio. Recién este mes se conocerá por parte del BCU los datos del tercer trimestre del año. El ICC alienta algunas miradas optimistas que sostienen que el consumo podría haberse reactivado moderadamente en los últimos meses.
El crédito al consumo no es el único indicador que abona ese optimismo. Los consumidores se encuentran más confiados en la salud de la economía y también en la de su propio bolsillo.
El Índice de Confianza del Consumidor de la Cátedra Sura de la Universidad Católica y Equipos Consultores se ubicó en octubre en terreno neutral con 50,9 puntos. La mejora fue significativa si se tiene en cuenta la tendencia, pero en particular, los niveles de igual mes del año pasado, cuando se ubicaba en terreno de moderado pesimismo con 42,7 puntos.
Dentro del indicador destacó la mejora de la percepción sobre la situación económica del país –de 51 a 61,4 puntos en los últimos 12 meses relevados– y de la situación económica personal –de 52 a 59,7 puntos en el mismo período–.
Esto es, los uruguayos miran con cierto optimismo la situación del país, en particular de cara al futuro y advierten un impacto en sus finanzas personales. La campaña electoral tuvo mucho que ver a la hora de inflar las expectativas y es posible que ese efecto se traslade a las decisiones de consumo y por lo tanto, de contratación de crédito.
