Diego López, Gustavo Méndez, Eber Moas y Álvaro Gutiérrez, dan la vuelta olímpica tras ganarle a Brasil en el estadio Centenario

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Cuando Álvaro Gutiérrez y Diego López fueron campeones juntos y compartieron habitación

Los entrenadores de Nacional y de Peñarol fueron compañeros en la Copa América de 1995 en la que se consagraron campeones
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13 de abril de 2019 a las 05:03

Álvaro Gutiérrez y Diego López tienen un pasado común que incluyó charlas, guitarreadas, y hasta partidas de Super Nintendo, el juego de consola que fue furor a mediados de la década de 1990. Es que los ahora entrenadores de Nacional y de Peñarol compartieron habitación por un mes en la concentración de Uruguay durante la Copa América de 1995 y, aunque no volvieron a encontrarse tras aquellos años de selección, todavía se guardan afecto por esos días de convivencia que terminaron con un título soñado.

En un plantel liderado por Enzo Francescoli y Pablo Bengoechea, Gutiérrez y López integraban el grupo de “los tranquilos”, según definieron ellos y también otros compañeros de equipo consultados por El Observador.

Gutiérrez, un espigado centrocampista de 1,90 metros con dos copas América arriba, y López, un defensor de 20 años que se preparaba para su primer torneo grande con la selección mayor, compartían cuarto en Los Aromos – el lugar de entrenamiento de Peñarol que esa vez usó el equipo uruguayo- con el zaguero Eber Moas. A su habitación también llegaban con frecuencia para matar los tiempos muertos en la concentración el zaguero José Herrera, el arquero Óscar Ferro y el lateral Tabaré Silva.

Gutiérrez, expectante, ante el rechazo de José Herrera y la mirada de Edmundo

Los ahora entrenadores y rivales clásicos recordaron su convivencia durante entrevistas que brindaron al programa El diario del lunes emitido por Canal 4 – del que es panelista el arquero de ese equipo, Fernando Alvez- y al ser consultados por El Observador contaron cómo fue su vínculo en aquel torneo que terminó con Uruguay campeón.

Las habitaciones para esa oportunidad las armaron los futbolistas por afinidad. “La verdad que la pasábamos muy bien (...) Dentro de un grupo siempre tenés más cosas en común con algunos que con otros. No es que haya diferentes bandos, pero siempre un poco se buscan los que les gusta estar más tranquilos, los que les gusta hablar de ciertos temas”, explicó Gutiérrez a El Observador.

Hablaban de fútbol, sobre todo, pero también de música, de autos y hasta de dónde invertir el dinero que iban haciendo en sus carreras. Gutiérrez y Ferro eran los encargados de los chistes y el mediocampista también tocaba la guitarra, un hobby que mantiene hasta hoy y que asegura mejoró con el paso de los años.

Alejado de la cumbia que en general copaba los planteles de esa época, lo que más tocaba eran canciones de rock argentino. “Tenía la guitarra ahí pero no era que estaba tocando todo el día”, recordó. “Los redondos nos gustaban a todos pero estaba difícil de tocar a lo Skay Beilinson”, apuntó el exfutbolista sobre el guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota,.

Ya a la distancia, López tiene una versión distinta sobre la frecuencia con que su compañero mezclaba acordes. “Yo era chico y la verdad que no hablaba mucho. Lo que si me acuerdo es que Álvaro estaba con la guitarra y cuando se ponía a tocar me iba a la habitación de Tabaré (Silva) y me quedaba allá. Estaba Eber (Moas) que a veces le hacía el aguante y se quedaba, pero alguna vez me parece que también se quedaba tocando solo”, recordó mientras se reía.

Héctor Núñez fue el entrenador de Uruguay en la Copa América de 1995

Los dos recuerdan que la de la Copa América fue una concentración larga de más de un mes y que, mientras no podían pasar tiempo con su familia, buscaban actividades para matar el tiempo mientras se recuperaban del cansancio de los partidos.

En épocas donde el internet no era habitual, otro de los pasatiempos era jugar al Super Nintendo. “Había un juego de autos y el pepe (por José) Herrera terminaba todo sudado cada vez que jugaba. Le agarrarba un estrés bárbaro”, dijo entre risas el entrenador tricolor.

López, en tanto, reconoció que era callado, muy callado, y admitió que ese silencio a veces lo hacía poner nervioso. “Yo no hablaba nada y cuando comíamos cada dos por tres me hacían hacerle una pregunta a Enzo (Francescoli) y yo me ponía todo colorado, porque antes se daba que si a vos no te preguntaban no abrías la boca, entonces yo no hablaba nada. Me acuerdo que el Enzo me embromaba por eso”, contó.

El recuerdo

Diego López barre en el piso en el partido inaugural de la Copa América, ante Venezuela

Diego López había debutado en la selección mayor en octubre de 1994 contra Perú. En su casa todavía guarda la foto de ese equipo, en el que también jugaba Gutiérrez, según apuntó durante la charla con El Observador. En la Copa América el defensor disputó 19 minutos en la goleada del partido inaugural, donde Uruguay le ganó por 4 a 1 a Venezuela. El defensor entró en sustitución de Óscar Aguirregaray.

“Tengo muy lindos recuerdos porque yo era muy chico y entonces como que veía todo con otros ojos. Para mí esa copa fue un sueño, porque como todo gurí siempre quise estar ahí, y hasta salimos campeones y pude dar la vuelta olímpica”, dijo el por entonces defensor de River Plate.

Gutiérrez, en tanto, con casi 27 años ya estaba asentado como el volante central del equipo de Héctor Nuñez. Además, en ese torneo, convirtió uno de los penales en la definición de la final ante Brasil con que Uruguay se llevó su 14 Copa América.

Y aunque luego sus carreras los llevaron por distintos destinos, tanto Gutiérrez como López recuerdan con estima esos años.

“La verdad es que nos llevábamos muy bien. El Memo (así lo apodan a López) es una persona muy tranquila y también teníamos la afinidad de que él se inicio en River y yo en Bella Vista, entonces había un vínculo por el Prado”, dijo el ex volante central que por ese entonces jugaba en Nacional y luego pasó al Valladolid de España.

López contestó de manera similar cuando fue consultado por su relación con el ahora entrenador tricolor “Aunque nunca fuimos amigos, con el flaco siempre tuvimos una buena relación. Lo que pasa que por nuestras carreras después no nos cruzamos mucho pero siempre se da eso de por lo menos seguir un poco los resultados a la distancia”, dijo el exfutbolista que en 1996 emigró a Racing de Santander, de España, y luego completó su carrera en Cagliari de Italia. Allí también inició su carrera como director técnico y permaneció hasta mediados de 2018, cuando volvió a Uruguay para dirigir a Peñarol.

Aunque desde que el entrenador regresó al país los excompañeros todavía no se vieron, años después de aquella Copa América que los juntó, y ya con canas, López y Gutiérrez esperan darse un abrazo en la fecha 12 del Torneo Apertura, cuando Peñarol y Nacional los pongan esta vez en bancos opuestos.

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