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De heladeras a animales muertos, cosas insólitas que limpian de las playas canarias
Fernanda tiene veintipocos años y es de Parque del Plata norte. A mediados de diciembre se inscribió en la bolsa de trabajo de una organización social y fue seleccionada para, por segunda vez, colaborar con la limpieza de las playas de Canelones en esta temporada. Por la tarea percibe un sueldo y afirma que lo mejor del trabajo, además de la remuneración social, es la vista. "Tenemos el trabajo con la mejor vista de todas", dice sonriente, en diálogo con El Observador. A las diez de la mañana de un día ventoso y nublado de enero, tiene la playa sola para ella y sus compañeros.
¿Cuáles son las cosas más insólitas que le ha tocado limpiar? Fernanda no duda ni un segundo y afirma que los "animales muertos" que aparecen en las playas son lo que más le impacta. No es que los cuerpos sean dejados directamente allí, pero como sucede con aquellas playas que tienen desembocaduras de arroyos y ríos cerca, el agua arrastra todo.
Richard Santos, coordinador del programa Educación y Trabajo de la ONG Juventud para Cristo (JPC), afirma que en los días de crecida o cuando el agua trae "resaca" por las lluvias, también ha visto de todo. Así, detalla que en nueve años de trabajo en el área de limpieza de playas llegó a ver heladeras, calefones, sillones y cocinas en las desembocaduras de los arroyos de la costa de Canelones.
En lo que respecta a los bañistas y a los usuarios, los días más movidos, según Santos, van desde el viernes hasta el lunes. "Después, cuando hay eventos climáticos como los de la últimas jornadas, con lluvias y arrastre de los arroyos, la intensidad del trabajo depende de cómo se comporte el clima", agrega. Por eso, la primera quincena de enero -con lluvias intensas y tormentas fuertes incluidas- hizo que el trabajo sea de nunca acabar. "En la mayoría de los arroyos hay asentamientos. Ahí descartan cosas y, cuando hay creciente o mucha lluvia, eso se arrastra y termina en la playa", explica.
Los equipos de trabajo -de entre dos, tres y cuatro personas- de JPC llegan a las playas alrededor de las seis de la mañana. La distribución del trabajo en los 69 kilómetros de costa de Canelones, desde el arroyo Carrasco hasta el balneario Jaureguiberry, depende del relevamiento que haya hecho Santos el día anterior. Todas las tardes, cuando los equipos terminan con su trabajo, hace una recorrida por las playas para chequear cómo ha sido el flujo a lo largo del día y en qué condiciones van a quedar para el día siguiente. Así, a la mañana tiene un panorama más claro respecto a qué se va a encontrar.
El director general de Gestión Ambiental de la Intendencia de Canelones, Leonardo Herou, dijo a El Observador que desde hace unos ocho años que la comuna canaria realiza una licitación para contratar organizaciones sociales que puedan ayudar en la limpieza de playas. "Se hace un llamado a licitación para organizaciones sociales que presten especial atención a los sectores más vulnerables de la zona y que permita cumplir con el objetivo ambiental y de servicio vinculado a la limpieza de playas", señaló Herou.
En los últimos llamados ganó JPC, que tiene trabajando a 60 personas de las localidades cercanas a la costa de Canelones. El equipo se completa con otras 40 personas que aporta la Intendencia de Canelones, así como camiones y tractores para levantar todo lo que embolsan en el correr del día.
Pese a estos vehículos que apoyan en la tarea, en la playa todo el trabajo es manual. Lo único que recorre la arena es un tractor que va recogiendo las bolsas y las arrima a la entrada de las playas, donde luego pasa un camión para recoger toda la basura. Una resolución de la administración del frenteamplista Yamandú Orsi determinó que el servicio de limpieza de playas fuera continuo todo el año. Sin embargo, el equipo de trabajo se amplía en el verano, desde el 15 de enero hasta el 15 de marzo, a 100 personas.
