La columna se ha explayado varias veces sobre el cambio de fondo de la política comercial norteamericana. Mientras Trump lanzaba aumentos de tarifas y recargos, amenazas, prohibiciones y executive orders como si fueran flechas, Biden cambió el estilo y está dedicándose a persuadir a sus aliados mundiales, empezando por Europa, de alejarse de China, no solamente de no firmar tratados de libre comercio, sino de no participar ni invertir ni comprar en áreas designadas como supuestamente estratégicas, que en rigor son aquellas en las que EEUU está más atrasado, como en el caso del 5G, la IA, y cualquiera otra actividad que no le convenga o donde no pueda competir en calidad, avances tecnológicos o en precios.
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