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Demoras en oficializar cargos complican la transición
Cuando los ministros, subsecretarios y directores generales designados por el presidente electo Luis Lacalle Pou se reunieron con quienes sucederán a partir del 1° de marzo en los primeros encuentros por la transición pautaron que a medida que se fueran designando a los jerarcas de las diferentes direcciones también comenzarían a participar del proceso. A tres semanas de que el Poder Ejecutivo cambie de cara esas reuniones no se han realizado porque el gobierno entrante todavía no oficializó las nuevas designaciones.
Si bien los nuevos ministros y subsecretarios comenzaron a delinear quiénes pueden ocupar las direcciones y en algunos casos tienen nombres concretos, todavía falta que Lacalle Pou les dé el visto bueno para poder concretarlos. Algo similar sucede con los entes autónomos y servicios descentralizados.
En organismos como Antel, Ancap y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) aguardan conocer quiénes integrarán los directorios y tienen pronto el material para hacer la transición de cada organismo.
“No se sabe quiénes van a estar a cargo de las muy diversas tareas que tiene el Mides”, dijo la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, entrevistada en el programa Todo Pasa de Océano FM y agregó: “Uno no puede absorber todo hasta los últimos detalles, para eso están los directores”.
El director del Instituto Nacional de la Juventud, Federico Barreto, dijo a El Observador que no conocer a sus sucesores “perjudica el proceso de la transición”.
En la misma línea, el ministro de Industria, Energía y Minería, Guillermo Moncecchi, dijo al ser consultado por El Observador que a las nuevas autoridades se les entregó “una pirámide” con las direcciones que tiene ese ministerio y pautaron que concretarían encuentros con los directores que fueran designando pero todavía no se les comunicó quiénes serán los sucesores.
En algunos casos, ministros y subsecretarios designados convocaron a posibles directores a trabajar pero no fijaron reuniones con autoridades actuales porque sus nombres aún no se oficializaron, indicaron a El Observador fuentes políticas.
Reunión con el FA
En los organismos públicos, el nuevo gobierno quiere primero definir los cargos para el Frente Amplio, para luego pasar a los de la coalición multicolor. Este lunes, el secretario de Presidencia designado, Álvaro Delgado, recibirá a una delegación del Frente Amplio para comenzar a negociar. En tanto, ya hay conversaciones con los socios por los cargos en entes y servicios descentralizados.
Las negociaciones con los socios de la coalición también las está llevando adelante Delgado.
La Mesa Política del Frente Amplio aprobó este viernes la conformación de una delegación integrada por su presidente, Javier Miranda, la vicepresidenta de la República, Lucía Topolansky, y el secretario general del Partido Socialista, Gonzalo Civila, para negociar directamente con el gobierno entrante.
Miranda dijo este viernes que la delegación va a liderar “el diálogo y la interlocución directa con el futuro gobierno” con respecto a los 33 cargos que ocuparán dirigentes del FA en el futuro gobierno.
El Observador informó el pasado 23 de enero que en la izquierda había malestar por los cargos incluidos en esa lista, especialmente por la ausencia de organismos como Antel y el Instituto Nacional de Colonización. Además, en el FA se criticaba que la nómina incluyera lugares cuya negociación corre por carriles separados, como las secretarías del Parlamento y los puestos en los órganos de contralor.
Semanas atrás, las autoridades del futuro gobierno comenzaron a sondear a técnicos que trabajan en el sector privado para ofrecerles ocupar la presidencia de las principales empresas públicas así como otros cargos de dirección en los ministerios, pero al menos tres lo rechazaron, según confirmó semanas atrás El Observador con fuentes del gobierno electo.
El principal freno que encontraron las futuras autoridades es el salario que perciben los presidentes de los entes, que está topeado, lo que hace prácticamente imposible competir con lo que pagan los privados que en muchos casos llegan a quintuplicar esos sueldos.
Los técnicos sondeados también mencionaron que estaban en momentos de máximo rendimiento de su carrera laboral que no podían dejar de aprovechar y señalaron el estrés de los cargos más allá de la vocación de servicio.
