Destituyen al ministro de Economía cubano Alejandro Gil en plena crisis de los combustibles

La destitución de Gil se produce pocos días después de que el funcionario lanzara lo que definió como “una economía de guerra” que procura incrementar impuestos y recortar subsidios para equilibrar las cuentas públicas, iniciativa que apunta a corregir las “distorsiones” que llevaron el déficit fiscal a casi el 15% del Producto Bruto Interno (PBI) y dispararon una fuerte devaluación de la moneda local con el consecuente aumento de precios.

"Empezaremos a aplicar las medidas con la gradualidad requerida", había afirmado Gil al presentar las medidas, oportunidad en la que negó que se tratara de una política de shock, al tiempo que desestimó que la estrategia tuviera un carácter neoliberal.

“Las decisiones pretenden preservar las conquistas sociales, corregir las distorsiones existentes y brindar una mayor protección social a familias y a las personas en situación de vulnerabilidad", había dicho el ahora ex funcionario.

Durante el lanzamiento del plan, Gil había negado una posible reducción de la intervención del Estado en la regulación de los mercados, oportunidad en la que también descartó que el gobierno de La Habana esté procurando incentivar la libre competencia y la privatización de empresas.

Según lo anunciado, durante este año, además del fuerte aumento del precio de los combustibles, el gobierno debería incrementar los precios de las tarifas de electricidad, agua y otros servicios públicos; además de poner fin al subsidio universal a la canasta básica de alimentos, la herramienta de gran parte de las familias para acceder a un mínimo de productos.

Con relación a esta última decisión, el primer ministro, Manuel Marrero, había explicado durante la presentación que la idea del gobierno es pasar a “subsidiar a personas y no a productos” para asegurar “un esquema más justo y eficiente”, y que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social identificaría a las personas en base a su grado de “vulnerabilidad”.

“Movimiento de cuadros”

La salida de Gil la informó el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC). Según el artículo, la destitución fue propuesta por Díaz-Canel y aprobada por el Consejo de Estado y el Buró Político del Comité Central del PCC. La nota agrega que en su reemplazo asumirá Joaquín Alonso Vázquez, hasta ahora presidente del Banco Central de Cuba (BCC).

El artículo consigna, además, que, en reemplazo de Vázquez, al frente de la entidad asumirá Juana Lilia Delgado Portal, anteriormente directora de Operaciones y directora general de Tesorería del BCC, además de viceministra de Economía y Planificación.

La información publicada por Granma agrega otros “movimientos de cuadros”; entre ellos el de Elba Rosa Pérez Montoya, quien tras 11 años dejará de estar al frente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, función que asumirá Eduardo Martínez Díaz, actual presidente del Grupo Empresarial BioCubaFarma, de destaca labor durante la pandemia.

La renovación de funcionarios también alcanzó al sector de la industria alimentaria, hasta ahora dirigida por Manuel Santiago Sobrino Martínez, quien será reemplazado por Alberto López Díaz, actual gobernador de la provincia de Villa Clara y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Panorama desafiante

Por lo pronto, el paquete económico anunciado en diciembre incluye una reducción del 50% de los aranceles de importación para materias primas, insumos y bienes intermedios, además de un incremento de las tarifas arancelarias para las importaciones de bienes producidos en la isla; dos decisiones que apuntan a estimular la producción nacional.

Por otro lado, según lo anunciado, este año se modificará, de la mano de un grupo de trabajo del BCC, la tasa oficial de cambio de la moneda local con respecto al dólar, que desde 2021 se mantiene en 24 pesos por cada unidad para personas jurídicas y en 120 para las físicas, mientras que el mercado informal llega a los 273 pesos.

Según lo anunciado, el gobierno avanzará con una reducción de los gastos mediante una “revisión” a la cantidad de empleados estatales, iniciativa que contempla también una “revisión de Ley de Organización de la Administración Central del Estado”.

Los datos oficiales indican que la economía cubana sufrió en 2023 una contracción de entre el 1% y el 2% de PBI, por lo que no alcanzó la meta de crecimiento del 3%, datos que señalan una inflación anual del 30% y un incremento del 13% de la pobreza.

A este panorama debe sumarse la reducción del turismo, una de las principales fuentes de ingresos. En 2024, sólo 2 millones de extranjeros viajaron Cuba frente a los 3,5 que se habían calculado. Para 2024, según las estimaciones oficiales, se prevé que el turismo receptivo llegue a los 3 millones, cifra que sigue muy por debajo de los entre 4 y 5 millones previos a la pandemia.

(Con información de agencias)