Joanne Orlando / The Conversation
La tecnología se ha vuelto esencial para la productividad y la comunicación en nuestra vida profesional y personal. Sin embargo, la razón más importante por la que los usuarios de todas las edades buscan su dispositivo no es para trabajar, sino para lo que se conoce como “navegación zombi”.
Estos son los momentos irreflexivos en los que apelás a tu smartphone a lo largo del día para evitar el aburrimiento. Por ejemplo, sacar tu teléfono mientras esperás a que la cena se cocine o cuando hay una pausa en un programa de televisión. Recurrimos a nuestro dispositivo cuando la tarea en cuestión se vuelve demasiado difícil, tediosa o simplemente insatisfactoria.
Nuestras horas de pantalla improductivas pueden aumentar, pero no tienen que gobernarnos. Con las nuevas herramientas ahora disponibles para monitorear el uso de la tecnología, hay cuatro pasos para ayudarte a comprender y quizás incluso cambiar tus hábitos.
Utilizá las funciones de tiempo de pantalla para examinar cómo usás la tecnología durante el día y durante una semana. Identificá el aspecto zombi que quieras cambiar. Esto puede ser, por ejemplo: reducir la cantidad de minutos / horas que gastás al usar una red social en particular o al ver YouTube o reducir la cantidad de veces que consultás el teléfono al día.
Identificá qué desencadena el aspecto del uso de la tecnología que deseás cambiar. Por ejemplo, si querés reducir la cantidad de veces al día que levantás tu teléfono, buscá la hora del día en la que lo hacés más seguido o si hay días específicos en la semana en los que sea una tendencia mayor. ¿Coinciden los tiempos de uso intensivo con otra actividad, tal vez sentado en el ómnibus?
Usá esta información para desarrollar un plan. La planificación anticipada puede incluir la configuración de momentos específicos en los que utilizarás o no tu dispositivo o de manera particular. Puede implicar asegurarse de tener otras opciones para evitar el aburrimiento, como tener un libro. Un plan es importante, ya que facilita el logro de objetivos y también aumenta el autocontrol. Probá el plan por un día.
Después de un día o una semana del plan, hacete las preguntas clave: ¿lo cumpliste?, ¿en qué condiciones funcionó mejor?, ¿te distrajiste?, ¿cómo volviste a él?, ¿fue un plan factible? (por ejemplo, un plan para reducir la cantidad de veces que consultás tu teléfono de 100 a 20 por día puede ser demasiado difícil de lograr en una primera instancia), ¿necesitás ajustar el plan para que sea alcanzable? Podés usar las nuevas herramientas de monitoreo de actividad para revisar tu plan y para ayudarte a lograr tus objetivos como establecer límites de tiempo para aplicaciones particulares.
La gestión del tiempo de pantalla se aborda mejor en pequeños pasos; hacelo de la manera en la que te sientas más cómodo.
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