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Diplomacia presidencial: Lacalle Pou sale por primera vez de Uruguay para almorzar con Bolsonaro

El mandatario realizará una visita fugaz a Brasilia para completar el movimiento pendular iniciado en un asado con Alberto Fernández
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01 de febrero de 2021 a las 05:03

Casi un año después de haber asumido en el cargo, Luis Lacalle Pou realizará el miércoles su primera salida al exterior como presidente de la República. Será una visita fugaz a Brasilia, acompañado de Francisco Bustillo, para almorzar de manera informal con Jair Bolsonaro y Ernesto Araújo.

Más allá del carácter simbólico del primer viaje, el encuentro con el brasileño permitirá completar el movimiento pendular iniciado a fines de noviembre con un asado en Anchorena con Alberto Fernández.

Este movimiento pretende ser el sello de la administración de Lacalle Pou y se replica en la relación con China y Estados Unidos. En su primer discurso en el Mercosur, los primeros días de julio, el mandatario desarrolló esta idea al señalar que Uruguay no podía “caer en la falsa dicotomía de estar más cerca de uno que del otro” y que los países que han triunfado en su desarrollo “han estado cerca de los dos”.

El almuerzo del miércoles fue coordinado por los cancilleres y se producirá en un momento particular de la relación entre Uruguay y Brasil, con el comienzo de la vacunación de forma masiva contra el covid-19 en la frontera.

Bustillo dijo a El País que será una “muy buena instancia” de intercambio para ambos países. “La intención no es otra que poder avanzar en el relacionamiento bilateral, y poner sobre la mesa todos los temas de la rica relación que históricamente existió entre Uruguay y Brasil. Es un muy buen encuentro para poder intercambiar sobre la proyección internacional. Vamos a poder conversar en forma reservada sin dejar de lado ningún tema de los que nos importan a los dos países, para seguir creciendo juntos en el continente con proyección hacia el mundo”.

La gestión sanitaria en los departamentos limítrofes ha sido el tema central de los diálogos entre ambos países, tanto a nivel de presidentes como de cancilleres, ministros y autoridades regionales.

Brasil comenzó semanas atrás a inmunizar a la población con dosis de la CoronaVac, la vacuna china desarrollada por la farmacéutica china Sinovac, que se produce en San Pablo, y Uruguay compró.

La llegada de estas dosis está prevista para marzo, pero Uruguay no negoció su adquisición a través del Instituto Butantan –ubicado en San Pablo–, formalmente el único habilitado para distribuirlas en la región, sino con otro intermediario cuyo nombre es confidencial pero que cuenta con el aval de la matriz china en Pekín.

La gestión de estas vacunas ha sido motivo de enfrentamiento entre Bolsonaro y el gobernador de San Pablo, João Doria, ya que el presidente brasileño es un escéptico del covid-19. Pese a esto, Bolsonaro y Araújo se han puesto al frente de las negociaciones diplomáticas para traer de China insumos para producir más rápido las vacunas, ante las demoras registradas en Butantan.

Esos retrasos –el laboratorio recién podía distribuir dosis a Uruguay desde mayo– fueron los que hicieron que Lacalle Pou decidiera saltearse a Butantan y consiguiera un acuerdo para recibirlas desde marzo. El gobierno aún no ha explicado desde qué país vendrán las vacunas.

Más allá de la conversación sanitaria, la salida de Lacalle Pou buscará ser el primer impulso de la diplomacia presidencial que pretende desarrollar y con la que buscará tejer acuerdos comerciales para mejorar el acceso de los productos uruguayos en los distintos mercados.

El presidente ha tenido que postergar las salidas al exterior debido a la gestión de la pandemia y los cierres de fronteras de los países como forma de disminuir los contagios. Su intención inicial era viajar poco pero a países que son socios estratégicos de Uruguay: los miembros plenos del Mercosur (Brasil, Argentina y Paraguay), y visitas a las potencias comerciales y políticas de escala mundial (China, Estados Unidos y Bruselas, la sede de la Unión Europea).

En el caso de Brasil, el presidente tiene un interés particular en obtener el aval político de Bolsonaro para el desarrollo de la hidrovía del río Uruguay, un tema sobre el que conversó con Alberto Fernández en Anchorena.

El proyecto para posibilitar la navegación al norte de la represa de Salto Grande tiene un costo de US$ 181 millones y se prevé realizar con fondos privados.

El presidente de la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande, Carlos Albisu, es un dirigente cercano a Lacalle Pou y quien ha venido desarrollando las conversaciones regionales. Según ha manifestado, el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, también está "muy comprometido" con el proyecto porque "sabe que a Entre Ríos y el litoral uruguayo les va a cambiar la vida con esta gran obra".

Albisu señaló que la primera reunión por el tema fue el 13 de marzo y participaron integrantes del gobierno brasileño, sobre todo gente de Río Grande del Sur, quienes le comunicaron a Lacalle Pou su intención de empezar a sacar la carga de la zona por los puertos uruguayos. "Ven que a través de una hidrovía del río Uruguay está la posibilidad de abaratar costos y mejorar la logística sacando gran parte de la mercadería, que sobre todo es madera pero también granos", había dicho a fines de junio tras un encuentro con Lacalle Pou.

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