Dos grupos mafiosos se disputan el negocio de drogas ilegales en Ciudad de México

El día anterior, la diputada del estado de Morelos Gabriela Marín Sánchez también fue asesinada a balazos en Cuernavaca por un sicario que la esperaba en una motocicleta. Todo indica que fue una venganza narco.

Las cifras parecen escapar a cualquier conflicto que no pueda llamarse guerra: México registra unos 340.000 asesinatos, la mayoría atribuidos a las organizaciones criminales, desde que en diciembre de 2006, el entonces presidente Felipe Calderón lanzara una ofensiva contra los grupos mafiosos que no mostró resultados.

En todo caso, puso en evidencia los vínculos entre militares, policías y políticos con bandas que manejan cifras multimillonarias, no solo por el traslado de estupefacientes a Estados Unidos y Europa sino por el control del mercado mexicano y las disputas entre las distintas bandas al interior del país.

Con la extensión de su poder en México, el Ejército dejó filtrar documentación a la prensa que da dimensión de lo que pasa en las 16 alcaldías de la capital. Después de San Pablo, Brasil, Ciudad de México es la segunda ciudad más poblada de América latina con 22.000.000 habitantes.

Allí operan una decena de bandas, con apoyo de los grandes cárteles del norte del país. Sicarios, secuestros, extorsiones y, sobre todo, acuerdos de dinero, les permiten burlar el control de las autoridades. Los politólogos y analistas hace décadas que llaman “estado fallido” al poder político en ese poderoso y pujante país.

Los archivos hablan de dos carteles con mucho poder: Unión Tepito y Jalisco Nueva Generación, este último con tentáculos en todo México.

Pese a los esfuerzos de la alcaldesa Claudia Sheinbaum, de desplegar más efectivos de la policía y la Guardia Nacional en el sureste de la ciudad, la más violenta, la cifra de asesinatos se mantiene en alza: en 2020 hubo 1.784 homicidios; en 2021, 2.129 y hasta agosto de 2022 se registraron 1.545.

Según archivos militares, el grupo afincado en el barrio de Tepito, es el más violento. El grupo narco homónimo se convirtió en uno de los cárteles más fuertes a nivel nacional, compitiendo con los afincados en el norte mexicano. Tepito se centra en la capital, no como los de Sinaloa y Cartel Jalisco, que están en todo México.

Según las filtraciones, Tepito tiene 300 sicarios en unos ocho distritos de la ciudad, los de mayor poder económico y financiero. Su jefe es Eduardo Ramírez Tiburcio, alias El Chori. El otro capo de la organización es Alberto Fuentes Castro, apodado El Visco.

El grupo que disputa los negocios con Unión Tepito es un desprendimiento llamado Fuerza Antiunión, que se unió con el poderoso cartel Jalisco Nueva Generación. Tiene unos 150 sicarios. Sus líderes son Eusebio Hernández Vázquez, alias El Cejas, y Uriel Flores Conchas, El Uriel.

Jalisco Nueva Generación está en todos los estados del país y desde hace dos años pisa fuerte en Ciudad de México. Fue fundado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho. Ese cartel es el principal enemigo de la alcaldesa Claudia Sheinbaum, quien asumió el gobierno en 2018 y es una de las principales figuras políticas de México, posible sucesora de AMLO.

Jalisco Nueva Generación tiene en la ciudad como jefe a Omar Ramsés, apodado El Calaca. Según los papeles del Ejército, el objetivo de El Calaca es “acotar el poder de la Unión Tepito” y cuenta con los recursos que tiene el grupo criminal en su base central, Jalisco.