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Dos niños muertos y la mira sobre las condiciones de detención

La Patrulla Fronteriza advierte que no da abasto con la cantidad de migrantes que llegan a diario
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29 de diciembre de 2018 a las 05:03

Miriam Jordan
New York Times Service

 

Un niño de 8 años proveniente de Guatemala falleció en la madrugada del martes mientras estaba en custodia en Estados Unidos. Es la segunda muerte de un menor detenido en la frontera con México en menos de tres semanas, lo que plantea dudas sobre la capacidad de los agentes federales a cargo de las sobrepobladas instalaciones fronterizas para cuidar a los migrantes que se enferman.

El número de familias migrantes y menores no acompañados que viajan por tierra a Estados Unidos ha aumentado el último año. Habitualmente, luego de ser arrestados por las autoridades federales mientras intentan ingresar ilegalmente al país o después de ser procesados en un puerto de entrada, son trasladados a instalaciones diseñadas para albergar a adultos.

El niño, Felipe Gómez Alonzo, murió poco después de la medianoche del martes en un hospital de Alamogordo, Nuevo México, a donde él y su padre fueron trasladados después de que un agente de la

Patrulla Fronteriza advirtiera lo que parecían ser signos de enfermedad, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Su muerte ocurre después de la de una niña de 7 años, también originaria de Guatemala, mientras se encontraba bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza.

Muchos detalles sobre las circunstancias de la muerte del niño siguen siendo desconocidos. No está claro si su condición era producto de la atención que recibió en las instalaciones, el resultado de un arduo viaje o una combinación de ambas.Las instalaciones fronterizas han concentrado a más niños de lo que se pretendía cuando se construyeron, lo que supone desafíos para los encargados de cuidar a las familias migrantes.

Al principio, se pensaba que el niño tenía un resfriado, pero el personal del hospital Gerald Champion Regional Medical Center descubrió que también tenía fiebre, según la agencia.

El menor fue retenido en el hospital 90 minutos adicionales para observación y luego fue dado de alta el lunes por la tarde con recetas de amoxicilina, un antibiótico comúnmente recetado, e ibuprofeno, que a menudo se usa para aliviar el dolor y reducir la fiebre.

El lunes por la noche, sin embargo, el niño sintió náuseas y vómitos, lo que llevó a las autoridades fronterizas a llevarlo de regreso al hospital, donde murió.

Se desconoce la causa de la muerte, pero se ejecutará una revisión interna, según la agencia, que dijo que había notificado al gobierno de Guatemala. Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional no respondieron de inmediato a las solicitudes de información adicional relacionadas con la muerte del niño.

El otro caso

Jakelin Caal Maquin, otra niña migrante de Guatemala, murió este mes bajo custodia de Estados Unidos en Nuevo México. La Patrulla Fronteriza dijo que Jakelin había muerto por deshidratación, pero su padre, Nery Gilberto Caal Cruz, cuestionó esa afirmación y dijo que “se aseguró de que ella estuviera alimentada y tuviera suficiente agua”.

Si bien los detalles sobre la muerte de este niño son escasos y hasta ahora no hay evidencia de que las condiciones de detención fueran la causa, la proximidad de las muertes de ambos menores ha renovado el debate sobre las políticas de inmigración del gobierno de Trump.

Profesionales médicos y activistas dijeron el martes que la segunda muerte de un menor en la frontera evidenciaba los riesgos de mantener a los niños vulnerables en lo que llamaban instalaciones sobrepobladas, conocidas como “hieleras” por lo frías que son. Se supone que los niños no deben permanecer en las instalaciones por más de 72 horas.

“Estas instalaciones no son un lugar para un niño, ni siquiera para un niño sano”, dijo Marsha Griffin, pediatra en la frontera entre Texas y México y copresidenta del grupo de interés sobre la salud de los inmigrantes de la Academia Americana de Pediatría.

“Las condiciones en las cuales estos niños están siendo retenidos son verdaderamente impactantes”, señaló Griffin, quien dijo que los niños que se enferman no están recibiendo la atención adecuada.

“Hace frío y son vulnerables a la influenza y la deshidratación”.

Kevin K. McAleenan, el comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza, dijo en julio que las instalaciones se construyeron en los años ochenta y noventa para albergar temporalmente a adultos migrantes, no a familias y niños.

“Fueron construidas para adultos solteros”, dijo. “Piense en ello como en una estación de policía, como en una detención de corto plazo antes de que sean entregados a una cárcel o a una instalación a largo plazo. No fueron construidos para manejar familias y niños”.

Después de ser detenidos por agentes fronterizos, en algunas de las instalaciones por donde pasan los niños proporcionan exámenes médicos limitados para sarna, piojos y varicela, según un informe publicado en mayo de 2017 por la Academia Americana de Pediatría. Se dijo que no se realizan historiales médicos completos y exámenes físicos.

“Los niños no deben ser sometidos a estas instalaciones”, recomienda el informe.

Dentro de las instalaciones, los detenidos duermen uno al lado del otro en colchonetas en el suelo. Sus pertenencias son retenidas y solo reciben una manta para cubrirse, según los migrantes que han estado recluidos allí.

Audrey Stempel, una enfermera que se ofreció como voluntaria en una clínica en un centro en Texas donde las familias liberadas de las instalaciones fronterizas pasan una noche antes de seguir adelante, dijo que los migrantes hablaban del “frío que tenían en estos centros de detención. ”

“Cuando los niños llegaron a nosotros, muchos de ellos estaban enfermos “, dijo Stempel, quien comentó que trató resfriados,  fiebres, infecciones respiratorias y otras dolencias, y que tuvo que trasladar a algunos niños al hospital.

Cuando la desgarradora caminata hacia la frontera se realiza durante las bajas temperaturas de los meses de invierno, los migrantes son especialmente vulnerables.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza “se adhiere estrictamente” a los estándares nacionales de Estados Unidos respecto de las condiciones de las instalaciones de tenencia temporal “incluido el control de la temperatura”, dijo un portavoz de esa agencia, y agregó que se había designado a un coordinador de menores para supervisar las condiciones.

Algunos adultos han dicho que viajan con un niño para aumentar sus posibilidades de ser liberados en lugar de permanecer en detención por un tiempo prolongado. Tras huir de la violencia en sus países de origen, solicitan asilo.

“Los niños menores están siendo traídos bajo condiciones traicioneras porque hemos incentivado esto”, dijo Dan Stein, presidente de la Federación para la Reforma de Inmigración de Estados Unidos, una organización nacional que presiona para reducir la inmigración.

“Los políticos que podrían resolver el problema no están corrigiendo el abuso a nuestro sistema de asilo, que está alentando a las personas a estar bajo estas condiciones”, agregó.

En una sesión de preguntas con reporteros durante la mañana de Navidad, Trump defendió las políticas migratorias de su gestión y exigió más fondos para un muro fronterizo. Mientras criticaba a los migrantes, el presidente estadounidense no mencionó la muerte del niño horas antes.

“Así que tienes drogas, tienes tráfico de personas”, dijo Trump. “Tienes gente entrando ilegalmente a nuestro país. No podemos hacer eso. No sabemos quiénes son”.

En una breve llamada telefónica, Hogan Gidley, un portavoz de la Casa Blanca, dijo que la muerte de un niño de 8 años era “muy triste” y que los funcionarios del gobierno estaban tratando de entender mejor lo que le había ocurrido en el Departamento de Seguridad nacional.

Varios demócratas del Congreso respondieron a las noticias de la muerte del niño con fuertes críticas al enfoque del gobierno de Trump en la frontera.

“Esta es una noticia devastadora el día de Navidad, un momento en el que muchos en todo el mundo buscan acercarse a sus familias y seres queridos, y mi corazón está con la familia de este niño”, dijo el senador Tom Udall e hizo un llamado para una investigación exhaustiva de lo sucedido.

Los funcionarios de Seguridad Nacional han tenido dificultades para responder a preguntas sobre cuántas personas han resultado perjudicadas como resultado de las políticas de detención del gobierno. La semana pasada, Kirstjen Nielsen, la secretaria de seguridad nacional, no pudo responder una pregunta sobre cuántas personas habían muerto bajo custodia del gobierno estadounidense. 

 

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