Este martes llegó a Montevideo una delegación de Azul, la compañía aérea brasileña que busca hacer del
aeropuerto de Carrasco un hub (centro de conexión). Una comitiva -liderada por su presidente, Antonoaldo Neves- había estado en Uruguay la semana pasada, cuando se había reunido con tres ministros: el de Transporte, Víctor Rossi; el de Trabajo, Ernesto Murro; y la de Turismo, Liliam Kechichian.
Ahora, además de volver a tener un encuentro con jerarcas del gobierno, en la mañana del martes los ejecutivos brasileños mantuvieron una reunión con directivos de
Alas Uruguay, la aerolínea nacional que empezó a volar a fines de enero y
suspendió sus operaciones sobre fines de octubre, según indicó a El Observador el subsecretario de Turismo, Benjamín Liberoff.
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Brasileña Azul prende motores para hacer de Montevideo su hub regionalEl gobierno quiere que, en caso de que Alas Uruguay no vuelva a estar en el aire, Azul contemple la posibilidad (en la medida de sus necesidades) de contratar a parte del personal de la aerolínea uruguaya. Así se lo transmitió desde las primeras etapas de la negociación el gobierno a la brasileña.
Meses atrás ambas empresas ya habían mantenido contacto, pero en momentos en que Alas Uruguay seguía volando y cuando todavía no se barajaba que la brasileña pasara a contratar a parte de la plantilla que se desempeñaba en la compañía nacional. En esa oportunidad, las negociaciones no llegaron a buen puerto.
Junto a Rossi, Murro y jerarcas de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (
Dinacia), Liberoff participó este martes del la reunión con los enviados de Azul.
Se busca, explicó, dar el puntapié inicial a la certificación de las aeronaves de la compañía norteña, para que puedan empezar a volar en Uruguay. El objetivo de Azul, indicó Liberoff, es realizar esto de la manera más rápida posible.
Sin embargo, una fuente vinculada al negocio aeronáutico indicó a El Observador que la certificación es un "proceso muy exigente" que podría insumir, al menos, 12 meses.
La otra opción -que podría acelerar los procesos- sería que Alas Uruguay transfiriera su
Certificado de Operador Aéreo (conocido como AOC) a la brasileña. En este escenario, sus aviones podrían estar en al aire en tres meses, estimó el informante. En este caso el problema es que el AOC lo tiene Dyrus, la sociedad anónima titular de la línea de crédito de US$ 15 millones que la aerolínea recibió a través del Fondes. De seguir este camino, la interrogante será qué pasará con este pasivo.