Fútbol > LA DESPEDIDA DE DIEGO

El anecdotario de Forlán

Fue traductor de Cristiano Ronaldo, testigo de las broncas de Fergusson, convivió con la fama de Beckham y le pidió al Maestro Tabárez que no repitiera más una frase
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27 de diciembre de 2019 a las 21:56

Su obsesión por el orden. El día que le pidió al Maestro que no repita más una frase. El espejo de Cristiano Ronaldo y ser compañero de un ídolo mediático como Beckham. Las broncas de Ferguson. Y la camiseta que le hubiese gustado vestir y jamás se pudo dar el gusto.

A lo largo de todos estos años de carrera Diego Forlán fue abriendo el baúl de sus recuerdos para contar anécdotas que lo tuvieron tanto de protagonista o como simple testigo dentro de un camarín plagado de estrellas.

Como la pelea entre el histórico técnico de Manchester United, Alex Ferguson, y el ícono que cambió el mundo de los jugadores de fútbol, el inglés David Beckham.

Diego era un joven metido en medio de un vestuario cargado de galácticos.

Partido por la FA Cup entre Manchester United y Arsenal. En determinado momento del juego contragolpe de Arsenal. Gary Neville, que había trepado al ataque, no estaba. La pelota va por encima de la cabeza de Beckham que hace un gesto como diciendo: “andá a correr vos”. Gol de Henry. Manchester eliminado.

“En el vestuario, ya con un Beckham que se estaba por ir, veo que empiezan a insultarse con Ferguson. Uno le dice una especie de boludo, un insulto más subido de tono, y el otro la sigue. Se empiezan a insultar y uno quiere tener siempre la última palabra”, afirmó Forlán en entrevista con Fox Sports.

“Cuando Ferguson se va y parece que se terminó la discusión, el otro (Beckham) le dice algo más. Ahí Ferguson se da vuelta y ve un botín en el piso y le tira un puntazo que le pega en la ceja y lo corta. Vemos sangre y pensamos ‘¡No, a este no!’. En ese momento, se iban a pelear y Roy Keane y Van Nistelrooy los separaron”, rememoró.

 

La prédica del Maestro

De los años que compartió con Oscar Tabárez en la selección uruguaya, Diego no olvida un prédica del entrenador de absolutamente todos los partidos.

 “¡Hoy entramos 11 y salimos 11!”. Así culminaba las charlas el Maestro antes de entrar a la cancha en partidos decisivos. ¿Cómo terminaban los partidos? ¡Siempre con alguna expulsión! Por suerte, los resultados igual eran favorables. Esta situación siempre generaba risas y grandes charlas entre los jugadores para ver cómo le decíamos que por favor no lo dijera más. Fue al terminar el partido contra Ecuador, en la altura de Quito en 2009, cuando ganamos 2-1, donde nos dimos cuenta que el Maestro se había olvidado sus clásicas palabras previas al partido y el equipo no solo había terminado con 11 jugadores, sino que había dado un paso enorme hacia la clasificación. Fue así que las risas y alegría abundaban en ese vestuario y, como uno de los referentes del equipo, no me quedo otra que sentarme junto a él y decirle: “Maestro, con todo respeto, ya lo hablamos con el resto de los jugadores y cada vez que dice:‘Entramos con 11 y salimos con 11’, nos echan a algún jugador. Por favor no lo diga más”. Entre risas me contesto que lo iba a tener en cuenta y de ahí en adelante no lo expresó nunca más”, contó Forlán en el prólogo del libro de Tabárez.

 

El espejo de Cristiano

En aquel Manchester United, Diego compartió vestuario con un portugués que hacía sus primeras armas fuera de su país sin imaginar que con el tiempo tendría nombre y apellido propio: Cristiano Ronaldo.

Diego oficiaba de traductor de Cristiano. “Él recién había llegado a Manchester United y lo que me decía Ferguson, yo se lo traducía. Había llegado en agosto y en enero, que se jugaban muchos partidos, el técnico me dice 'Diego, llamalo, va a tener dos semanas libres y se puede ir a la casa'. '¿Y yo?', le contesté. Aparte era enero, imaginate, yo me podía ir a Punta del Este. Y Ferguson me explicó que lo decidió porque era pibe, recién llegaba al club y se tenía que adaptar”, contó el exfutbolista hoy técnico de Peñarol.

Diego rememoró que Cristiano se miraba constantemente al espejo. “Tenía un espejo al lado y era todo el día en el espejo, tremendo”.

 

Orden

Diego es fanático del orden. Cuando defendía a la selección fue catalogado por el utilero Edgardo Di Mayo como el más ordenado del grupo. En sus años en el Complejo Celeste o en los viajes compartía la habitación con Diego Lugano que era todo lo contrario y lo volvía loco dejando la ropa tirada por todos lados.

“A Diego le conozco todas las mañas. Es muy especial. El ordena todo, tiene la rayita de la baldosa que es la marca donde deben estar las chancletas”, reveló el popular Minguta en charla con Referí.

Forlán reveló que en la íntima el equipier de la celeste sabe donde deben estar ubicadas las cosas en su habitación.“Minguta dice que yo soy el único ordenado. Él sabe. Cuando me mueve las cosas me caliento. Con Mingu estoy desde juveniles. Aparte, ¡si la gente supiera las cosas que tiene que hacer! ¡El esfuerzo que hace! Cargar con los bolsos, cargar con todo, ahí lo valorarían mucho más a Minguta. La calidad de persona que es, un crack”, dijo Forlán a Referí.

 

Revuelo por Beckham

Diego fue compañero de David Beckham en Manchester. El inglés era un imán de atracción de gente. Las mujeres enloquecían por su pinta lo que era aprovechado por el plantel para escapar de situaciones donde había mucha gente o prensa esperando al equipo. Pero así y todo Diego contó que cierta vez se les ocurrió la idea de meterse en una pizzería con Beckham…

“Buen pibe, humilde, pero con Beckham era imposible. Lugar donde íbamos esperábamos a que saliera él para irnos nosotros después sin que nadie te molestara porque se enloquecían todos con David. Tiene asesores, se viste bien todos los días. En el vestuario es normal, muy buen pibe, sabés que es una estrella, obviamente. Una vez salimos de una fiesta del club y nos fuimos a un Pizza Hut y fue imposible, lo vieron y ¡se armó un revuelo!”, expresó Forlán en nota con Referí.

 

El penal de Ghana

Diego fue premiado como el mejor jugador del Mundial de Sudáfrica 2010 pero de aquella copa si hay un recuerdo que le resulta imborrable es el penal en el último minuto para Ghana por los cuartos de final.

Así lo rememoró en nota con Fox Sports:  “Cuando estás jugando mejor y se vienen los penales yo no quiero llegar. Es un castigo. Bueno, un foul en el último minuto… vos ya empezás a pensar, uhhh acá algo raro pasa. Y más a nosotros, los uruguayos, que todo nos cuesta. Tiran el centro y la pelota no salía más. Yo mirando de lejos, en la mitad de la cancha, la veía que rebotaba y rebotaba y la veo rumbo al arco y una mano de Luis (Suárez). Ya me veía en el avión volviendo a Uruguay. Parado en la mitad de la cancha, entregado. Penal. Cuando veo que pega en el palo se me movieron las piernas. ¡Esto no es Uruguay! Pensaba. Y luego los penales. Que viste que cuando hacés un gol en el partido y te toca un penal generalmente el que patea erra. Y me tocó patear el primer. Y luego el Loco. El día anterior pateó tres veces y la tiró las tres veces afuera. Pero yo estaba tranquilo. El golero no lo conocía al Loco. Estaba con el Mauri Victorino, que estaba arrodillado. Y dice, me parece que la va a picar. Y la picó y chau”.

 

Los zapatos

Diego sufrió un problema en Manchester que fue su adaptación a los zapatos intercambiables. Un día, charlando con el utilero, se enteró que Ferguson le comentó que debía comenzar a utilizar ese tipo de tapones. Hasta que en un partido frente a Chelsea, justo el día que debutaban José Mourinho y Didier Drogba en el equipo de Londres, a Forlán le tocó entrar.

“Me dan una jugada donde el control era todo, o quedas mano a mano o tiras el centro. Cuando voy a controlar me resbalo y terminó tirando el centro. Uno a cero marchamos”, contó Forlán.

El delantero percibió el error al no tener los tapones que le había indicado el entrenador y buscó salir rápido de la cancha. “Salí expreso, no salude a nadie y me fui al vestuario”.  Diego se estaba sacando los zapatos... ¿Y quién entra? ¡Sir Ferguson! Empezó a decir de todo apuntando a Forlán que se la tuvo que bancar callado. Con el paso del tiempo hicieron buenas migas y Diego mantiene trato con el histórico manager de Manchester United.

 

¿Qué camiseta le hubiese gustado defender?

Cierta vez, cuando los hinchas de Atlético Madrid se la habían agarrado con Forlán, el uruguayo reveló que solo besaba los escudos de dos camisetas: la de Peñarol y la de la selección.

Pero lo que pocos saben es que a Diego le quedó una cuenta pendiente. Vestir una camiseta que no se pudo poner. ¿Cuál si ya dijo cumplir el sueño de niño al ponerse la de Peñarol? ¡La del Athletic Bilbao! El club donde solo juegan los vascos.

Así lo reveló en el programa El Larguero: “Me hubiera encantado y estuve a punto de jugar e hice fuerza por jugar en Athletic de Bilbao porque mi abuela era de San Sebastián y a los 15 años se fue para Uruguay. Yo tengo muchos más años de vasca que muchos de los que están ahí. Estuve hablando con Zubizarreta en su momento. Yo jugaba en Manchester United pero yo quería jugar más partidos y le decía a mi hermano de irme a otros equipos. Sonaban algunos y le dije el Athletic de Bilbao. Terminó siendo uno de los equipos al que más goles le hice. Me pidieron la camiseta y las botas para dejarlas ahí”.

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