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El bautismo político de Felipe VI
En su discurso más fuerte desde que es rey, apeló a unidad y atacó a independentistas catalanes
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04 de octubre de 2017 a las 05:00
Desde que fue investido nuevo rey de España el 19 de junio de 2014, Felipe VI se había mostrado en público para atender más que nada actividades protocolares o de índole social.
Pero este martes, el joven monarca realizó una jugada fuerte, la primera de ese tipo desde que sustituyó a su padre Juan Carlos.
Con particular firmeza y energía, Felipe VI defendió la institucionalidad democrática de España y fustigó la actitud de los dirigentes independentistas catalanes, que el domingo pasado promovieron un referéndum para separar a Cataluña del resto del país y que había sido prohibido por la Justicia.
En un discurso emitido por televisión a todo el país, el rey no mostró vacilaciones y culpó a la dirigencia catalana –encabezada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont– de poner en riesgo la democracia y de pretender quebrar la unidad y soberanía nacional.
La reacción del rey se produjo apenas cuarenta y ocho horas después que la consulta popular en Cataluña, fuertemente reprimida por la Guardia Civil y la Policía Nacional, lograra una adhesión de 90% (unos 2 millones de votos), según datos del gobierno regional.
El discurso fue realizado el mismo día en que una masiva manifestación acompañó una huelga general en Cataluña y en un momento en que el gobierno central, encabezado por Mariano Rajoy, recibe presiones de la comunidad internacional, para buscar canales de diálogo con los dirigentes catalanes.
Su alocución también coincidió con la intención de Puigdemont de promover una declaración unilateral de independencia, apenas se divulguen oficialmente los resultados de la consulta.
La aparición pública del rey generó rechazo y aprobación de acuerdo a las posturas sobre el referéndum.
El partido de izquierda Podemos consideró que con su discurso el rey "no representó" a todos los españoles y "unió su destino" al Partido Popular, en el poder.
A su turno, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, aseguró que los dichos del rey "alimentan la tensión y el conflicto" con Cataluña. "No estuvo a la altura del momento político", dijo.
La visión del PP fue distinta: el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, pidió que su mensaje de "responsabilidad" tenga el respaldo de todo el sistema político.
En tanto, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, compartió el mensaje y dijo que el país requiere "esperanza y liderazgo".
"¡Las calles serán siempre nuestras!", "¡fuera las fuerzas de ocupación!", gritaban los participantes de distintas marchas y concentraciones organizadas por toda la ciudad, ante la sede del Partido Popular, que ejerce el poder, o la delegación del gobierno español en Cataluña.
España atraviesa por una de sus peores crisis políticas de los últimos 40 años, desde que el ejecutivo independentista catalán decidió organizar un referéndum de autodeterminación a pesar de que la Justicia lo prohibió.
Centenares de policías intervinieron el domingo pasado en centros de votación, en los que dispersó violentamente a los militantes concentrados frente a esos espacios para protegerlos y lograr que la votación se concretara.
Este martes, en Barcelona, muchos manifestantes intentaban mantener este espíritu pacifista, pero la tensión era palpable en algunos puntos como frente a la delegación del gobierno español en la región, protegida con un triple cordón de vehículos de la policía nacional, vallas y agentes de la policía catalana.
También participaban de la movilización decenas de bomberos de la región que, al mismo tiempo que protestaban, intentaban mantener distancia entre los manifestantes y el edificio.
Multitudes se aglomeraban en las calles, andando sin dirección clara.
Cerca de la plaza de la Universidad, frente a la que se encuentra la universidad más antigua de la ciudad, ocupada desde hace semanas por estudiantes, se podía leer en una pancarta "Cerrado por revolución".
La huelga fue acompañada por el deporte catalán, encabezado por el club FC Barcelona.
Pero este martes, el joven monarca realizó una jugada fuerte, la primera de ese tipo desde que sustituyó a su padre Juan Carlos.
Con particular firmeza y energía, Felipe VI defendió la institucionalidad democrática de España y fustigó la actitud de los dirigentes independentistas catalanes, que el domingo pasado promovieron un referéndum para separar a Cataluña del resto del país y que había sido prohibido por la Justicia.
En un discurso emitido por televisión a todo el país, el rey no mostró vacilaciones y culpó a la dirigencia catalana –encabezada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont– de poner en riesgo la democracia y de pretender quebrar la unidad y soberanía nacional.
La reacción del rey se produjo apenas cuarenta y ocho horas después que la consulta popular en Cataluña, fuertemente reprimida por la Guardia Civil y la Policía Nacional, lograra una adhesión de 90% (unos 2 millones de votos), según datos del gobierno regional.
El discurso fue realizado el mismo día en que una masiva manifestación acompañó una huelga general en Cataluña y en un momento en que el gobierno central, encabezado por Mariano Rajoy, recibe presiones de la comunidad internacional, para buscar canales de diálogo con los dirigentes catalanes.
Su alocución también coincidió con la intención de Puigdemont de promover una declaración unilateral de independencia, apenas se divulguen oficialmente los resultados de la consulta.
La aparición pública del rey generó rechazo y aprobación de acuerdo a las posturas sobre el referéndum.
El partido de izquierda Podemos consideró que con su discurso el rey "no representó" a todos los españoles y "unió su destino" al Partido Popular, en el poder.
A su turno, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, aseguró que los dichos del rey "alimentan la tensión y el conflicto" con Cataluña. "No estuvo a la altura del momento político", dijo.
La visión del PP fue distinta: el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, pidió que su mensaje de "responsabilidad" tenga el respaldo de todo el sistema político.
En tanto, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, compartió el mensaje y dijo que el país requiere "esperanza y liderazgo".
Multitudinaria manifestación y huelga
Decenas de miles de personas –alrededor de 700 mil según distintas estimaciones– se manifestaron este martes en Barcelona en el marco de una huelga general en esta región española contra la violencia policial ejercida para impedir el referéndum ilegal del domingo pasado."¡Las calles serán siempre nuestras!", "¡fuera las fuerzas de ocupación!", gritaban los participantes de distintas marchas y concentraciones organizadas por toda la ciudad, ante la sede del Partido Popular, que ejerce el poder, o la delegación del gobierno español en Cataluña.
España atraviesa por una de sus peores crisis políticas de los últimos 40 años, desde que el ejecutivo independentista catalán decidió organizar un referéndum de autodeterminación a pesar de que la Justicia lo prohibió.
Centenares de policías intervinieron el domingo pasado en centros de votación, en los que dispersó violentamente a los militantes concentrados frente a esos espacios para protegerlos y lograr que la votación se concretara.
Este martes, en Barcelona, muchos manifestantes intentaban mantener este espíritu pacifista, pero la tensión era palpable en algunos puntos como frente a la delegación del gobierno español en la región, protegida con un triple cordón de vehículos de la policía nacional, vallas y agentes de la policía catalana.
También participaban de la movilización decenas de bomberos de la región que, al mismo tiempo que protestaban, intentaban mantener distancia entre los manifestantes y el edificio.
Multitudes se aglomeraban en las calles, andando sin dirección clara.
Cerca de la plaza de la Universidad, frente a la que se encuentra la universidad más antigua de la ciudad, ocupada desde hace semanas por estudiantes, se podía leer en una pancarta "Cerrado por revolución".
La huelga fue acompañada por el deporte catalán, encabezado por el club FC Barcelona.
