Agro > MEDIOAMBIENTE

Un campo cada vez más limpio

La recolección de bidones de fitosanitarios creció 242% desde 2013 y el total de productos recolectados aumentó 33% el último año
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18 de mayo de 2019 a las 05:01

Importadores de agroquímicos y fertilizantes, fabricantes locales, distribuidores, aplicadores y agricultores están cinchando juntos para que el campo uruguayo esté cada vez más limpio. Que la riesgosa práctica de dejar tirado en la chacra un tanque o transformarlo en un precario bebedero sea parte de la historia y que suceda lo adecuado: acondicionar los envases, llevarlos a un destino seguro y que allí se disponga la destrucción o se de paso el reciclado.

El programa Campo Limpio se activó en Uruguay en 2005, de la mano de involucramientos voluntarios, con una gestión coordinada por la Cámara de Agroquímicos y se potenció desde 2013, cuando se decretó la ley 152/013 que obliga a las empresas a gestionar los envases del modo adecuado y se creó la Asociación Civil Campo Limpio.

Su objetivo es gestionar los envases de fitosanitarios y fertilizantes, focalizados en asegurar un manejo responsable de los mismos, respetando las pautas establecidas por la Dirección Nacional de Medio Ambiente y la legislación vigente. Lo que se busca es limpiar los campos, contribuir a una agricultura más sustentable y amigable con el ambiente y la comunidad y disminuir el uso de derivados del petróleo reciclando el plástico.

Así, la cantidad de toneladas de bidones de fitosanitarios recolectada aumentó sin pausa, creciendo desde 2013 a 2018 un 242%. El año pasado, en el balance que hizo Campo Limpio del programa de gestión de envases del agro, se detectó un crecimiento en la recolección total de productos de un 33%, considerando bidones de fitosanitarios y otros segmentos como silobolsas, plastillera de fertilizantes y cartón.

Carlos García Pintos, presidente de Campo Limpio, destacó a El Observador que “la evaluación es muy positiva, hubo una muy buena respuesta de la industria, tenemos 85 socios activos, incorporamos a los fertilizantes líquidos y sólidos al programa y estamos recolectando el 35% del plástico de fitosanitarios y de fertilizantes líquidos y el 33% de la plastillera de los fertilizantes sólidos”.

“Venimos creciendo con fuerza, por más que se han ido achicando las áreas agrícolas y el uso de insumos como fertilizantes y agroquímicos”, expresó Aldo Invernizzi, gerente de Campo Limpio, programa que involucra a todos los actores de la cadena productiva, pero es 100% financiado con aportes de 85 empresas importadoras y/o formuladoras de productos agroquímicos y fertilizantes, existiendo un apoyo muy valorado de distribuidores, productores, intendencias, juntas locales y gremiales del agro.

“Ese crecimiento”, remarcó, “habla muy bien de los productores, que son quienes llevan los envases a los centros de acopio”.

 

 

 

Otro síntoma claro de crecimiento en 2018 fue que se inauguraron tres centros de acopio, en Bella Unión, Vergara y Lascano, llegando a 15 distribuidos estratégicamente en el territorio nacional.

 

En el marco de algo que promueve un adecuado respeto por los recursos naturales y cuida la salud de la gente en los ámbitos productivos, Invernizzi elogió que cada vez se suma más gente al programa y que en la ya vinculada persiste la actitud de trasladar envases, “no se hizo una vez como para sacarse un problema de arriba”.

Cuando se decidía abrir un nuevo centro, alguno pensaba que como en la zona había productores con dos o tres años de envases acumulados iban a llevarlos y saturar al centro y luego detener esa actitud, pero se ha visto que vuelven y el flujo se mantiene e incluso crece.

Sobre la decisión de cuándo y dónde abrir un centro de acopio, es una decisión estratégica con base en los volúmenes que se utilizan en cada zona y la logística, sobre todo la distancia entre cada centro. Los 15 existentes cubren bien las zonas de mayor actividad, con buena presencia en áreas agrícolas, ganaderas, tamberas y arroceras.

En el caso de envases de agroquímicos, están los rígidos como bidones, baldes o botellas que se les debe hacer el triple lavado para permitir su reciclado; hay envases de agroquímicos que no son triple lavables, todo lo que es flexible para contener granulados, así como los bag in box, que no se pueden reciclar y deben ser destruidos. Las cajas de cartón donde vienen botellas también  van al reciclado. Por otro lado están los envases de fertilizantes y se reciben bolsas y bolsones. En el caso de los silobolsas lo ideal es que vengan con el menor barro y/o grano posible, mencionó.

Invernizzi puso énfasis sobre el valor que tiene que el productor no solo haga el traslado, sino que antes proceda del modo adecuado con el triple lavado y celebró “el compromiso cada vez mayor” que se percibe en los productores.

En los centros de acopio Campo Limpio procesa, es decir pica y prensa, los materiales recibidos a los efectos de ser eficiente en su transporte. Y se trabaja con varias empresas recicladoras que realizan productos a partir de estos materiales. El 98% de lo que llega a los centros de acopio se recicla, enviándose el resto a la destrucción. De lo que se recicla, algo tiene valor para los recicladores, por lo tanto el programa recibe un ingreso que ayuda a solventar parte de los costos de funcionamiento. En otros casos, los socios del programa tienen que pagar para lograr su correcta disposición final.

Este programa trabaja con varios recicladores, siendo el más importante, por el volumen que demanda, Abbaplast, empresa del rubro maderas plásticas. En una familia de más de 40 productos, destacan elaboraciones tales como tablas, postes, comederos, pallets, porteras y piques para alambrados, bancos, mesas y depósitos de residuos. Las otras empresas que trabajan con el programa realizan baldes negros, graceras y conductos eléctricos.

Invernizzi comentó que si se decide, por ejemplo, fabricar baldes negros con plástico recuperado, considerando el volumen que se está recuperando el mercado quedaría saturado de inmediato, por lo cual es necesario generar alternativas.

En ese sentido, García Pintos expresó que “los directivos de Campo Limpio y los socios queremos que el Estado, el gobierno central y las intendencias, promueva el uso de materiales elaborados con plástico reciclado, para cartelería en las rutas y postes de kilómetros por ejemplo, sería una muy buena señal del Estado hacia la sociedad, demostrando que le importa la sustentabilidad del medioambiente”.

Un buen ejemplo, mencionó, son los señalizadores instalados en el estacionamiento de la Reserva Tálice, en Flores. “Eso, adaptado, puede usarse en ciclovías o para señalar carriles, solo hay que adaptar el diseño a las necesidades”, añadió.

Por último, mencionó con alegría que en todo esto Uruguay es una referencia en el exterior. Brasil, que empezó mucho antes, donde el Estado está muy involucrado y hay un fuerte subsidio desde la industria, “nos lleva ventaja” y además tiene un mercado interno muy grande para producir bidones para fitosanitarios, opción que no está en Uruguay. “En el resto de los países el programa está y nosotros estamos muy bien vistos, según lo ha nombrado varias veces CropLife Latinoamérica”, institución que ha señalado que Campo Limpio en Uruguay “es un programa estrella y un ejemplo por la cantidad que está recolectando y el buen destino que le está dando”.

 

 

Triple lavado

El triple lavado de envases rígidos implica escurrir el envase vacío sobre el tanque del pulverizador y agregarle agua hasta un cuarto de su volumen, tapar el envase y agitarlo durante 30 segundos y verter el contenido en el tanque del pulverizador y dejarlo escurrir por 30 segundos. Ese procedimiento debe realizarse tres veces. Luego hay que perforar la base del envase para inutilizarlo e impedir que no se acumule en él agua de lluvia. Respecto a las bolsas y bolsones de fertilizantes, tras ser vaciadas para aplicar el fertilizante deberán ser sacudidas para eliminar los restos sólidos y se deben mantener secas para ser entregadas en la red de centros.

 

La cifra
150 años tardan los envases plásticos en biodegradarse.

 

 

El procedimiento

Según el decreto 152/013, el productor está obligado a llevar los envases vacíos que contuvieron agroquímicos y fertilizantes al punto de venta donde los compró o a un centro de acopio. Allí recibe una constancia detallando el número y estado de envases presentados que avala el cumplimento del decreto por parte del productor. No se paga por el envase entregado. En los centros de acopio se clasifica el material según tipo y color y se procesa, con prensado o chipeado, para reducir su volumen y ser enviado a reciclaje. Todo esto se hace en seco, sin generar efluentes, dando seguridad al entorno. Según la normativa, los envases descontaminados se consideran no peligrosos, su transporte no requiere vehículos especiales.

 

Lo dijo
“Queremos que el Estado promueva el uso de materiales elaborados con plástico reciclado” 
Carlos García Pintos, presidente de Campo Limpio

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