El Consejo Constitucional chileno toma posesión en un nuevo intento para cambiar su Constitución

Esa Carta Magna, llegada la democracia con la asunción del demócrata cristiano Patricio Aylwin en 1990, fue modificada más de un centenar de veces. Sin embargo, no dejó de tener el espíritu de una norma autoritaria formateada por un dictador.

Llegadas las movilizaciones estudiantiles y populares de 2019, el centroderechista presidente Sebastián Piñera debió llamar a una Asamblea Constituyente. El auge de la izquierda y el triunfo del actual mandatario Gabriel Boric empujaron a que los constituyentes elaboraran un texto con infinidad de reivindicaciones que, para los sectores conservadores chilenos, resultaban imposibles de digerir, como la creación de un estado plurinacional o de propiedad social de ciertas empresas.

El conjunto de los medios de comunicación, incluyendo los públicos, fueron muy críticos de ese texto que, finalmente, debía ser plebiscitado. Y así fue que triunfó el “rechazo” en setiembre de 2022 por más del 60% de los votantes.

Un nuevo capítulo se abrió cuando se llamó a conformar otro ámbito constituyente, donde la mayoría de los integrantes son del Partido Republicano liderado por José Antonio Kast, una formación de ultraderecha.

Pero las divergencias no frenaron este nuevo ensayo, y esta semana se vivió un paso clave. En efecto, este miércoles tomaron posesión en Santiago de Chile los integrantes del Consejo Constitucional, encargado de darle la forma final al texto.

El fin de semana pasado, el presidente Boric aseguró que podría ser la última iniciativa de este orden durante su mandato. “Este Consejo se instala hoy porque logramos, recorriendo un largo camino, que primen los acuerdos y demuestra, además, nuestra fortaleza como país porque somos capaces de poner el bien común sobre los intereses particulares”, aseguró el presidente durante la ceremonia de asunción de los consejeros.

“La ciudadanía espera un proceso de colaboración, en donde las distintas partes sean capaces de ceder cuando sea necesario y encontrar puntos comunes en búsqueda de lo mejor para Chile”, agregó el mandatario.

Boric, pese a que no ganó su sector político, resaltó que cerrar ese proceso le haría bien al país. Esta vez, para evitar que el texto divida una vez más a los chilenos, se formó una Comisión de Expertos para evitar vicios legales y darles a los constituyentes un borrador que les permita hacer la nueva Carta Magna. Los analistas saben que, de lograrse, habrá una amplitud muy grande de interpretaciones. Es posible que resulte insatisfactoria para muchos. Es que un gobierno de izquierda radical y una mayoría de la sociedad que apoyó a la ultraderecha en la elección de los constituyentes no es un cóctel sencillo.

El Consejo Constitucional tiene un plazo de cinco meses para darle forma a una nueva propuesta. En ese período tiene la capacidad de “aprobar, aprobar con modificaciones o incorporar nuevas normas al anteproyecto de nueva Constitución”. Para este tipo de cambios es necesario que el organismo alcance un quórum de tres quintos de sus miembros.

Además, este consejo tendrá cuatro comisiones: Sistema Político, Reforma Constitucional y Forma de Estado; Función Jurisdiccional y Órganos Autónomos; Principios, Derechos Civiles y Políticos, y Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales.

Según la Televisión Nacional de Chile, “las comisiones deberán discutir y someter a votación todos los artículos, las enmiendas y propuestas de nuevas normas que se hayan presentado. Posteriormente, deberán realizar un informe que será emitido al pleno del Consejo Constitucional”.

El Consejo tiene 50 miembros, mitad mujeres, mitad hombres. Los republicanos de Kast tienen 23 de los escaños mientras que la coalición de Boric, Unidad para Chile, obtuvo 16 consejeros. La derecha tradicional, representada en Chile Vamos, se quedó con 11 escaños.

La Comisión Experta, de 24 miembros, estuvo integrada por mitades designados por las cámaras de Diputados y Senadores. Lograron redactar un borrador la semana pasada. El resultado fue un texto de 134 páginas, 14 capítulos más unas “Disposiciones Transitorias” y recibió el nombre de Anteproyecto de Constitución Política de la República de Chile.

Entre las diferencias más marcadas con el texto anterior, el que fue rechazado por el plebiscito, es la consagración de Chile como un “Estado social y democrático de derecho”, cuando el anterior lo había denominado “Estado subsidiario”. En esta oportunidad en cambio de “Estado plurinacional”, se establece el “reconocimiento de los pueblos indígenas como parte de la nación chilena”.

El rol de la Comisión Experta no terminó. Ahora podrá asistir a las sesiones plenarias del Consejo y tendrá derecho a voz, pero no a voto. Además, al tener una propuesta final de Carta Magna, los expertos designados podrán proponer mejoras para la redacción del texto.

La fecha decisiva será el 17 de diciembre. Ese día los chilenos están citados, una vez más, a votar un plebiscito en donde decidirán si aceptan o no el nuevo texto constitucional.