Los agricultores uruguayos analizan una decisión clave que tomarán a fines de octubre: cuánta soja sembrar en la campaña 2022/23. Con una referencia de un área de 1.165.000 hectáreas (fue lo que se sembró en la campaña pasada, según datos del sector privado) y valores cercanos a los US$ 500 por tonelada, “puede llegar a darse un incremento, no muy grande, capaz de entre un 5% y un 10%”, estimó a El Observador Roberto Verdera, presidente de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO).
Los valores de la soja en el mercado internacional para “esta época no son malos”, consideró. A la vez, el precio de algunos insumos, como el de los fertilizantes, que habían aumentado cuando el comienzo de la guerra entre Ucrania y Rusia comenzaron a bajar, destacó.
Si bien "los precios son volátiles", a los valores actuales y con un rendimiento "normal" se puede llegar a un resultado positivo, agregó Jorge Andrés Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Rural de Soriano (ARS).
El valor del grano, los costos productivos y las previsiones meteorológicas son los tres pilares en los que se basa la toma de decisiones de los productores.
Mathías Mahilos, presidente de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), sostuvo: “Hoy por hoy uno percibe que no habrá una reducción de área, tampoco hay un entusiasmo mucho mayor, pero estamos reafirmando las áreas para la campaña que viene”.
Una de las cosas que más preocupan es el desarrollo del fenómeno climático Niña, ya anunciado para este próximo verano, y por el que se prevé que habrá lluvias por debajo de los registros habituales.
“Me imagino que no habrá grandes sorpresas, a no ser que pase algo, que nunca se sabe, que levante los precios altísimos o los baje, o que realmente el clima nos vaya convenciendo de que no será el correcto”, indicó. Si bien los pronósticos los mantienen con “una alerta amarilla”, según recordó “la campaña pasada fue Niña y terminó siendo una muy buena zafra”.
Comentó que la siembra de soja de primera, que comenzará entre el 20 de octubre y el 1º de noviembre, “está bastante resuelta”. Los campos ya están siendo preparados para eso. La siembra de soja de segunda se decidirá más adelante, dependiendo de las cosechas de cultivos de invierno y las perspectivas de lluvia que se vayan apreciando.
En la campaña pasada, la soja, el principal cultivo en el área agrícola nacional y el que mayor facturación genera por las exportaciones, tuvo rindes récord cercanos a los 3.000 kilos por hectárea, y generó una facturación próxima a los US$ 2.000 millones.
Rodríguez añadió que es previsible que en Soriano el área de siembra de soja se mantenga estable: "No creo que crezcamos mucho". Incluso se puede dar "una pequeña flechita para abajo en favor del maíz", para el caso de la soja de segunda, adelantó.
En cuanto a resultados agronómicos, el maíz de segunda "ha marcado ser muy estable en rendimiento. El piso de rinde está en niveles que permiten cubrir los costos y eso es importante", dijo, y adelantó que seguramente la siembra aumente en Soriano, porque el cultivo "es muy prometedor".
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