El periodista Ignacio Álvarez volvió a hablar este lunes sobre el caso de la supuesta violación grupal en el Cordón, en su programa La pecera (Azul FM).
La denunciante de la violación grupal fue despedida recientemente, a lo que los oyentes del programa radial le consultaron a Álvarez si sentía remordimientos. "La verdad que no estoy arrepentido, para nada", respondió el periodista.
"Ella trabajaba como niñera, en una casa", dijo Álvarez al aire y explicó que sus empleadores no la despidieron por haber reconocido la voz de la víctima en los audios transmitidos por Azul FM, sino que se enteraron por "una amiga de ella" que, según supo el periodista, estaba segura de que lo ocurrido en el Cordón no había sido una violación.
Álvarez reiteró que las acusaciones de la denunciante eran una mentira, desde su punto de vista. "No hay nada que pueda probar que esto fue una violación", dijo. El periodista afirmó que esto convertía a la supuesta víctima en una mentirosa, por lo que cuestionó sus capacidades para desempeñar su trabajo: "Es estar en contacto con niños ¿vos vas a dejar al cuidado de tus hijos alguien que mintió de esa manera?", preguntó a la audiencia.
Para subrayar su punto, el periodista añadió que la supuesta víctima había estado certificada varios meses por las consecuencias psicológicas que el episodio del Cordón le habían causado. "No podía trabajar pero sí podía salir de joda", cuestionó Álvarez al aire, luego de admitir haber tenido acceso a publicaciones de Instagram de la víctima.
El descargo al aire de Álvarez fue una respuesta a las medidas cautelares que le impuso el Tribunal de Apelaciones de Familia de 2° turno para que el periodista no intente acercarse o comunicarse con la víctima. Según publicó El Observador, el 19 de febrero Álvarez se comunicó con la hermana de la denunciante a través de su cuenta de Instagram, ofreciéndole "una forma de ayudar a todos para que esto termine de la mejor manera".
El tribunal lo tomó la comunicación como una prueba de violencia psicológica. "¿Te das cuenta de la cabecita de los jueces uruguayos que tenemos en un Tribunal de Apelaciones?", cuestionó al aire.
El equipo técnico del Poder Judicial realizó un informe sobre la víctima, y allí se determinó que los mensajes "aumentaron la angustia y temor" de la denunciante, lo que provocó "que se viera afectada su vida cotidiana y, en especial, su entorno familiar y que provocara efectos negativos en su trabajo”.
El periodista justificó que intentaba "darle la chance a la supuesta víctima de que ofrezca su versión de los hechos. ¿Quiero controlar su conducta? ¿Esto es lo que interpreta la Justicia uruguaya?", expuso.
Álvarez defendió que su cometido era que se "reconozca la verdad", mientras que la denunciante no quiere que se siga hablando del tema. "Vos no querés porque no te conviene, no querés que se sepa la verdad porque quedás mal parada", dijo el periodista y aseguró que la denunciante teme que se desmorone su fachada de víctima.
Afirmó que los varones denunciados solo son culpables de amenazarla con difundir un vídeo íntimo, no así de violación. "Cuidado, porque en nombre de esa supuesta fragilidad (de la mujer) se pueden cometer injusticias terribles como la que se está cometiendo ahora", advirtió.
Álvarez afirmó en que va a continuar "investigando todo lo que quiera", ya que defiende el trabajo periodístico para que se conozca "la verdad de las cosas". "Si me quieren llevar en cana, que me lleven", concluyó.
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