Alexander Skarsgård

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El director de La bruja y El faro estrena su película más brutal en Uruguay: El hombre del norte

Se estrenó El hombre del norte, una historia de venganza vikinga que el cineasta Robert Eggers dirige con maestría
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14 de abril de 2022 a las 05:02

El cine enseña a desconfiar. Hay demasiados casos de promesas que no se cumplen, de genios incipientes que no concretan y de esperanzas puestas en señales que luego no terminan de generar lo que todos, al final, esperamos: grandes películas. ¿Cuántos nombres naufragaron en el mar de las expectativas sobredimensionadas? Muchos. Pregúntenle sino a M. Night Shyamalan, que en algún momento fue proyectado como el próximo Steven Spielberg y así quedó: yendo de historias rescatables a fiascos inmirables. Pero a veces pasa. Y lo que a veces pasa también es que uno, como espectador, a sabiendas de todas las veces en las que nos comimos un garrón, sigue teniendo fe. Porque es imposible no tenerla cuando aparece alguien como Robert Eggers, un cineasta que debutó en 2015 con La bruja —obra maestra de la que se seguirá hablando durante muchos años—, que confirmó su maestría con El faro en 2019 y que, con más presupuesto, ambición y un elenco abultado, delineó en su tercera película una de las propuestas más brutales, entretenidas y desquiciadas del 2022. Se trata de El hombre del norte, que acaba de llegar a los cines uruguayos. 

Fue así: la noticia de que Eggers estaba preparando una historia de venganza de vikingos hizo frotar muchas manos. El histórico pueblo nórdico hoy está de moda, es uno de los soft spot de la cultura pop contemporánea, pero quienes hayan visto La bruja y El faro sabrán que en manos de este estadounidense de apenas 38 años cualquier atisbo de normalidad puede terminar retorcido en las profundidades de una psiquis absolutamente dominada por el gusto a la oscuridad y sus placeres. Y, claro, por el talento impresionante que tiene para contar historias que, si bien no se sumergen en los códigos más comerciales del terror, tienen una raigambre en el género que es inapelable. Ese es, entonces, el lugar desde el que Eggers, confeso fanático de la Historia —de la de su tierra, Nueva Inglaterra, en donde situó sus anteriores dos películas, pero también de la del resto del mundo—, se para para contar el relato de El hombre del norte, una epopeya vengativa que, según cuentan las leyendas, inspiró el Hamlet de Shakespeare.

Alexander Skarsgård

La conexión tiene sentido si abrimos la trama de la película al medio: Amleth, un príncipe vikingo del siglo X, ve cómo su tío asesina a su padre, secuestra a su madre y usurpa su trono. Amleth se convierte en un fugitivo, en un exiliado que encuentra en la guerra y la barbarie un destino útil para su ira de lobo hambriento, pero su destino está cruzado inevitablemente por una promesa: la de vengarse, algo que se juró de niño mientras veía como su familia le era arrancada de cuajo.

A pesar de la simpleza de su argumento, El hombre del norte está lejos de ser una experiencia lineal o llana. El último trabajo de Eggers, el primero bajo la égida de un estudio y para el que contó con más de 90 millones de dólares de presupuesto, es una mole de mitología vikinga, alaridos en la noche, batallas brutales, actores en trance, escatología, una trama con más vueltas de lo que parece, cuerpos llevados al extremo, salvajismo, oscuridad, hechicería, momentos salidos de un viaje de ácido y el toque distintivo de un autor que, a pesar de la mejoría de sus condiciones laborales, no se vendió. Y esto, en esta industria carnicera y despiadada, es para destacar. El hombre del norte es una película de Eggers. Su firma, su autoría cada vez más consolidada, está presente en cada uno de sus 136 minutos de duración. Es una experiencia apabullante, un proceso que demanda un vínculo casi físico con el espectador.

Alexander Skarsgård y Anya Taylor-Joy

Y es que a pesar de sus numerosos “viajes” a otros planos del entendimiento —el personaje de la cantante islandesa Björk, en su regreso al cine tras Dancer in the dark de Lars Von Trier, tiene algo que ver con eso y no es la única—, en El hombre del norte predomina el físico. La expiación física, la venganza física, el sacrificio de la carne. Eso está en los músculos hiperdesarrollados de Amleth, interpretado por un bestial Alexander Skarsgård, pero también en la fiera delicadeza del personaje de Anya Taylor-Joy, o en la vejez cansada y malentendida del villano, interpretado por Claes Bang. También están, como más ejemplos del poder que tiene un elenco enorme, Nicole Kidman, Ethan Hawke y Willem Dafoe. Todos ellos, enmarcados por los espectaculares y atemorizantes paisajes islandeses, pondrán la venganza a prueba y llevarán los destinos de sus personajes a las puertas mismas del Valhalla. 

Eggers suele documentarse mucho para sus películas, y suele llevar esa investigación a la pantalla con resultados particularmente acertados. Si en La bruja el inglés antiguo y las costumbres de los pioneros eran clave, y en El faro lo eran los diarios de los fareros de Nueva Inglaterra del siglo XIX, en este caso las costumbres vikingas más bárbaras y menos romantizadas son un factor clave para vehiculizar la historia. Es probable que El hombre del norte sea la visión más tribal que hemos tenido en la cultura reciente de este pueblo, con bailes, ceremonias y costumbres bárbaras a los que se les destina un tiempo importante en pantalla. Y es un acierto. La zambullida a este mundo despiadado, que se rige por reglas que en muchos casos no son terrenales, es total.

Bjork

El cineasta ha dicho recientemente en algunas entrevistas que si bien se siente orgulloso del resultado final, no quedó del todo conforme con su pasaje por el cine “de estudios”. Acostumbrado a la libertad de creación de sus primeras experiencias detrás de cámara, Eggers se chocó contra las expectativas de las cabezas de la industria, que querían una película mucho más “tradicional” y fácil de vender de lo que él pretendía. Por eso, para su próxima historia —se rumorea que está trabajando en un remake de Nosferatu— Eggers pretende volver al estado de creación que alcanzó en etapas anteriores. Pero él no debería desalentarse: El hombre del norte demuestra que lo logró. Su película más reciente es un bombazo gigante cargado de sangre, mitología y significado que es difícil sacarse de la cabeza. La película ya se ganó su lugar entre lo más impresionante del 2022 y él, la confianza. Así como Amleth, Eggers parece tener espalda para cargar con lo que haga falta, sean brujas en el bosque, faros encantados o la misión casi suicida de un vikingo que tiene una sed insoportable de sangre y una espada filosa, muy filosa.

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