Opinión > TRIBUNA

El FA y el plebiscito de reforma constitucional

El FA y el plebiscito de reforma constitucional: la opinión de Ricardo Peirano
Tiempo de lectura: -'
30 de septiembre de 2023 a las 05:02

El plebiscito de reforma constitucional impulsado por el PIT-CNT para derogar las AFAPs, fijar la edad mínima de retiro en 60 años y establecer que las pensiones mínimas se ajusten con el salario mínimo nacional ha generado un problema no solo al Uruguay -en caso de aprobarse- sino al propio Frente Amplio, que se encuentra dividido sobre su contenido y sobre su oportunidad.

Analizando declaraciones de los principales dirigentes frenteamplistas de los últimos días se ven claramente tres líneas de acción y pensamiento. Antes del pronunciamiento de la central sindical, ya se sabía que el MPP no acompañaba la idea de reformar la Constitución para tratar estos temas y que prefería ir por la vía de modificar la ley que acaba de aprobar el actual gobierno. Esa parecía ser una postura predominante en el FA, consciente de que las materias de la reforma de seguridad social no son propias de la Constitución, que introduce una gran rigidez a temas tan mudables como opinables.

Lamentablemente para el Frente Amplio, el PIT-CNT tenía una idea distinta. Y no solo decidió introducir la edad de jubilación como materia constitucional -un disparate atómico por donde se lo mire- sino también eliminar las AFAPs, algo que ni siquiera estaba en el programa de la coalición de izquierda ni lo estuvo en los 15 años en que gobernó con la suficiente mayoría parlamentaria para derogar las administradoras de fondos de pensión por ley, y estudiando bien las consecuencias.

Ante este hecho consumado y la necesidad de empezar a conseguir primero, las firmas para habilitar la convocatoria a plebiscito. y luego su aprobación en la elección de octubre de 2024, el Frente Amplio se ve en la necesidad de pronunciarse. Puede apoyar la iniciativa, puede rechazarla o puede dar libertad de acción. Por este último andarivel parece dirigirse dada la división interna en torno al proyecto.

Es interesante, con todo, ver como tres visiones respecto al mismo. Por un lado, el senador Oscar Andrade, del Partido Comunista, dijo que si bien no comparte totalmente el plebiscito de reforma constitucional, “no hay otro camino que acompañar al movimiento sindical”. Y razonó en términos estratégicos: “que alguien que conozca algo de historia del Uruguay me explique cómo es que haces un diálogo social para avanzar en seguridad social con una izquierda que esté enfrentada al movimiento sindical”. Y luego fue más fondo, a algo no tan estratégico sin esencial: “en un momento el movimiento social define y tenés tres posibilidades: hacerte el distraído, enfrentar al movimiento social o acompañarlo. Yo lo acompaño”. O sea, el movimiento sindical decide, y la fuerza política debe acompañar aunque no le guste.

Este punto de vista se refuerza en la interna del FA con lo expresado por Gonzalo Civila, Secretario General del Partido Socialista, quien entiende que más allá de todo el plebiscito sobre la seguridad social es un arma formidable para el avance de la izquierda en la sociedad, despreciando las consecuencias nefastas que esta reforma tiene a corto y largo plazo.

Las declaraciones de Andrade generaron una respuesta inmediata de Alejandro “Pacha” Sánchez, senador por el MPP (sector del FA opuesto al plebiscito). Sánchez discrepó con Andrade tanto en la oportunidad de reformar la constitución como en el contenido de la reforma. Señaló que no es oponerse al movimiento sindical sino decir que el movimiento sindical ha tomado una postura que no es conveniente. O sea, si el movimiento sindical tiene libertad para proponer esta reforma, también el FA puede considerar que no es conveniente y tomar otro camino.

Y su discrepancia con Andrade y con el movimiento sindical se basa en tres puntos.  Por lo pronto, con equiparar el salario mínimo con las jubilaciones mínimas, ya que ello puede afectar a los trabajadores en el futuro. Un gobierno tendrá que pensar dos veces cual será el impacto del aumento del salario mínimo en las jubilaciones. También se mostró contrario a eliminar las AFAPs con un argumento de hierro: cuando la “ley de cincuentones”, 50.000 personas se pudieron pasar al BPS y solo lo hicieron 10.000. Por último, también se manifestó en contra de petrificar la edad de jubilación. Y añadió que en materia de seguridad social es preciso avanzar por ley ya que los cambios en el mundo del trabajo son vertiginosos y no se puede quedar atados.

Una tercera línea de pensamiento, más contundente quizá, es la del senador Mario Bergara, quien aspira a que el FA no acompañe el plebiscito. "No compartimos que se coloquen aspectos concretos en la Constitución, la Constitución no está para eso".  Y, lo que es más importante, señaló enfáticamente: "No compartimos algo del contenido de esa papeleta, que es la eliminación de las cuentas personales es decir, esas cuentas que tienen nombre y apellido de cada trabajador, en donde están sus ahorros con fines jubilatorios que plantean fusionarse en un fondo común". Y agregó que "El Frente Amplio no está planteando la eliminación del ahorro individual, por lo tanto lo que está contenido en la papeleta va a contrapelo de lo que está en las bases programáticas que hoy está discutiendo el Frente Amplio".

Es lógico que en una coalición haya visiones distintas. Pero esas visiones son tan distintas que tensionan a la coalición y le plantean un claro desafío porque el plebiscito se va a mezclar en la campaña y porque, además, el resultado del plebiscito, en caso de ser favorable, va a marcar muy fuerte un eventual gobierno del FA desde el primer día. Y si el plebiscito no es aprobado quedará una herida, un resquemor de que si se hubiera puesto toda la carne en el asador se habría conseguido.

El FA debe pensar muy bien que es lo que va a hacer. Porque este plebiscito rompe aguas. Corta una tradición de seguridad jurídica de muchos años, afecta los ahorros de un millón y medio de uruguayos, y afecta los equilibrios financieros del país y su capacidad de financiamiento. Y va a afectar la disposición de mucha gente, externa e interna, de invertir en el país. No es fácil hacerse el distraído o mirar para el costado. En este plebiscito se juega nuestro futuro por muchos años. Asoma como nunca la hora de la ética de las responsabilidades de Max Weber, por encima de la ética de las convicciones. El FA debe demostrar que está a la altura.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...