El 6 de enero de 2020, tan solo 42 días después de ser electo, el presidente Luis Lacalle Pou tuvo una conversación telefónica con el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, y le planteó de forma directa la voluntad del gobierno uruguayo entrante de negociar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Pasaron 982 días desde esa conversación y, a pesar de que la diplomacia uruguaya en Washington ha tocado todas las puertas y todos los tomadores de decisiones en esa capital saben lo que el gobierno de Lacalle Pou propone, no hay indicios de que se vaya a cumplir con ese objetivo. “Está en otra sintonía”, dijo a El Observador una fuente al tanto del asunto.
En Montevideo se asume, no sin frustración, que la relación comercial con Estados Unidos no se habrá de expandir en dos ejes fundamentales: profundidad y velocidad. Sin embargo, reconocen algunos movimientos alentadores, como la instancia de intercambio que habrá en noviembre entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Departamento de Estado.
Que esa relación no se haya sacudido se explica por múltiples factores. Uno de ellos, según entiende el gobierno uruguayo, es la falta de un embajador estadounidense en Montevideo, lo cual se subsanará con la llegada de Heide Fulton en los próximos meses.
Se suponía que Lacalle Pou y el presidente Joe Biden habrían de encontrarse durante la Cumbre de las Américas que se celebró en junio en Los Ángeles. Estaba previsto que se sentaran al lado en la cena presidencial y tuvieran algunas horas para conversar en ese marco.
Pero el covid positivo del mandatario uruguayo, pocos días antes del evento hemisférico, imposibilitó ese encuentro. En el Ejecutivo uruguayo ahora confían en que en algún momento del período se dará un encuentro entre ambos mandatarios en la Casa Blanca, aunque el gobierno estadounidense aún no cursó la invitación.
El lento transitar de este vínculo se contrapone con los avances que hubo con China, país con el que se cerró un estudio de factibilidad conjunto y se prepara el inicio de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio. "Vamos a arrimar la pelota hasta la línea del arco", dijo el presidente este miércoles en entrevista con radio Carve.
A pesar de que Estados Unidos ha exhibido una mayor preocupación por el avance chino en la región, en el gobierno uruguayo relativizan ese escenario de competencia como un juego de suma cero. Fuentes oficiales dijeron a El Observador que en el país del norte hay comprensión sobre las necesidades comerciales, sobre todo cuando existe un rico intercambio con la segunda economía del planeta.
Este jueves, el actual subjefe de misión interino y consejero de Asuntos Políticos y Económicos de la embajada de Estados Unidos en Montevideo, Eric Geelan, dijo en una entrevista con el programa Así nos va de radio Carve que la relación era “excelente”, que desde Washington veían a Uruguay como un “socio importantísimo” y uno de los preferidos para “trabajar conjuntamente”.
Geelan también fue consultado por una entrevista que dio Lacalle Pou al programa Hard Talk de la BBC en Londres, en la que dijo que la administración de Biden no estaba “mirando al sur” y que eso era un “problema” para Uruguay.
El funcionario diplomático señaló que el diálogo bilateral previsto para noviembre entre el Departamento de Estado y el Ministerio de Relaciones Exteriores era una “respuesta” a esas declaraciones y un “nuevo mecanismo” que estaban desarrollando.
“No es la primera vez que hace estas declaraciones. Él (Lacalle Pou) preferiría que Estados Unidos tuviera otra política comercial y que estuviéramos empujando acuerdos de libre comercio, pero la realidad de la política doméstica de comercio es lo que es y no es eso lo que Estados Unidos está mirando ahora”, respondió y valoró que los amigos "cuenten lo que les gusta y lo que no les gusta”.
En este sentido, Geelan fue tajante respecto a dónde podrían incrementarse las relaciones comerciales. “Debemos mirar dónde el mercado no tiene impedimentos, es ahí donde hay oportunidad de profundizar y aumentar”, contó y mencionó por ejemplo el área del software por encima de otras exportaciones tradicionales como la carne.
La intención de Uruguay es duplicar el cupo para la venta de carne, fijado en 20 mil toneladas sin arancel. “20 mil más nos vendría al pelo”, dijo Lacalle Pou el miércoles en una entrevista con radio Rural. El tema fue planteado por el canciller Francisco Bustillo cuando se reunió en Washington con el secretario de Estado, Antony Blinken, y también mencionado por el presidente en conversaciones informales con personas cercanas al gobierno de Biden.
Geelan consideró que el país podía avanzar en la venta de carne que sea “carbono neutro”, que estaba empezando a producir y está dirigida a un “nicho muy interesante de mercado”.
Además, Uruguay busca modificar el sistema generalizado de preferencias ya que cuando el país crece sale del sistema y eso significa que pase a pagar un arancel de más de 30% lo que lo deja sin posibilidades de competir .
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