Fútbol > HISTORIAS DE UN GUERRERO

El mensaje de Vespa: "El fútbol te va a enseñar que en la vida no hay que andar mirando con quién se tranca"

Hijo de un obrero de la construcción y una modista, fue limpiador en La Pasiva y dejó mensajes y recuerdos que los hinchas no olvidan
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26 de julio de 2018 a las 09:58

A orillas del Pantanoso andaba corriendo de short corto, como se usaban en la época, albergando su sueño mientras su viejo, Baltasar, metía horas como oficial herrero de la construcción y su mamá, Olga, se las ingeniaba para colaborar con alguna tarea de modista.

Fue cuando lo vieron. Un hombre se arrimó y lo invitó a Wanderers. Fue a 10 partidos. El amor pudo más. Sus amigos jugaban en Cerro, no podía faltar.

El tiempo fue pasando y llegó a la etapa de tomar decisiones. Los libros no le gustaban. Eran años donde los viejos no andaban con mucha vuelta: "Bueno, mi amigo, si no va a estudiar va a tener que salir a laburar". Una historia como la de muchos uruguayos.

Líber la peleó. Mientras jugaba en las juveniles de Cerro realizaba algunas tareas de limpieza en La Pasiva para colaborar en la casa.

Hasta que Miguel Ángel Puppo lo ascendió al primer equipo. Llegó al Tróccoli y aquel botija menudito se encontró con hombres, entre los que se estaba el Indio Héctor Morán. La similitud en el juego, en la entrega, y hasta en la forma de llevar el pelo le valió ser el heredero del apodo. No se sacó más las plumas de la indiada. Fue el Indio Líber Vespa para siempre.

"Miguel Puppo me marcó mucho. Me hacía ir a las reuniones entres los referentes del plantel y los dirigentes para que escuchara", contó en una entrevista con El Gráfico de Argentina.

Su entrega por la camiseta de Cerro le valió quedar inmortalizado en un canto que al día de hoy entona la hinchada: "Cómo me voy a olvidar, de Líber Vespa, que es un villero...". Su buen momento despertó el interés del exterior.

Argentinos Juniors, el club de Maradona, fue a buscarlo. El técnico era el uruguayo Luis Garisto, un verdadero personaje. Vespa no lo dudó.

Al principio le costó. Se encontró metido en un club donde jugar bien era ley. Pero el Indio impuso sus propias reglas.

Como lo expresó en su cuenta de Twitter antes de partir: "El fútbol te va a enseñar que en la vida no hay que andar mirando con quién se tranca. Pocas sensaciones son parecidas a revolcar a un poderoso".

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Basta leer los mensajes de la gente por estas horas para ver el sentimiento que generó su entrega. Con la roja de Argentinos quedaron inmortalizados para siempre sus bailes imitando las danzas de los indios.

Después pasó a Rosario Central, donde ocurrió otro tanto. Los canallas lo adoran. Vespa reveló que jamás vio gente con tanta pasión.

En su web Libervespa.com, el propio protagonista contó lo que vivió en Central.

"Yo estaba jugando para AAAJ, institución de mucho prestigio y a la cual yo le tengo profundo cariño, ya que fue mi primer paso en el fútbol argentino. Me enseñaron, me cuidaron, me quisieron y todo eso hace que yo tenga un lindo sentimiento hacia ese club."

"Hacia 4 años que defendía esos colores e internamente sentía que mi ciclo estaba terminado."

"Meses antes, un representante amigo me dijo del interés de un equipo español de contratarme, era buen dinero, 3 años de contrato pero mi deseo desde siempre fue trascender en el fútbol argentino, así que para sorpresa del representante dije que prefería esperar una opción mejor."

"El tiempo corría y yo seguía en el Bicho, hasta que en plena pretemporada Patón Bauza me pide y mi representante me convence de ir a Rosario Central. La verdad es que fui sin estar convencido, no lo voy a negar, pensé que Rosario era un equipo más del fútbol argentino, pero bueno yo sabía que en Argentinos no iba a jugar y la única opción era el Canalla."

"Así que viajé a Rosario con mi representante, y firmamos rápidamente, me puse a entrenar y me di cuenta realmente a qué equipo defendía el día de mi debut, llegar a cancha de Racing de visitante, arrancar perdiendo 2 a 0 (el partido finalizó 5 a 3 en favor nuestro) y escuchar a nuestra hinchada de la manera que se escuchaba me hizo replantear aquello de jugar para "un equipo más" del fútbol argentino. Este cuentito viene a modo de agradecimiento a Rosario Central, club que me definió la palabra PASIÓN, a la hora de hablar de fútbol."

Su esfuerzo le valió defender a la selección uruguaya. Un histórico como Roque Gastón Máspoli lo convocó. Jugó contra Argentina en el Monumental. Y por más que Uruguay estuviera poco menos que eliminado, gustoso aceptó la convocatoria.

Acaso aferrado al mensaje que dejó en su cuenta de Twitter antes de su fallecimiento: "El buen guerrero mal herido no se queja. Se cura las heridas y espera su momento... que su convicción inevitablemente le hará llegar".

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