Luego de detectar en forestaciones de Tacuarembó y otras zonas del país ganado intoxicados por ingerir el hongo Ramaria (Clavaria) flavo-brunnescens, más conocido como hongo de los eucaliptos, que es altamente tóxico, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) emitió una alerta.
Este hongo causa una enfermedad llamada bocopa, que por su cuadro nervioso puede llegar a confundirse con fiebre aftosa o encefalopatía bovina, informó el MGAP, es por eso que se recomienda la vigilancia epidemiológica en todo el país.
Esta enfermedad ocurre cada otoño ante la aparición del hongo y afecta principalmente a bovinos y ovinos, aunque también puede aparecer en equinos, cerdos domésticos y jabalíes.
Según datos históricos de la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave) –que sigue la enfermedad desde 1957–, la letalidad del bocopa alcanza el 38% en bovinos y el 49% en ovinos.
Actualmente, un equipo de veterinarios integrantes de la División de Sanidad Animal de la Dirección General de Servicios Ganaderos, del MGAP, monitorean la situación realizando visitas a predios de productores, luego de que aparecieran casos de intoxicación de ganado por ingesta.
En el ministerio se recomendó a los productores ganaderos solicitar asistencia profesional veterinaria ante la aparición de la enfermedad, y comunicar todos los casos a los Servicios Departamentales de Sanidad Animal, además de consultar para entregar muestras de los hongos o de los animales infectados a los laboratorios de la Dilave.
Una vez que un ganado ingiere el hongo de los eucaliptos, comienza a perder peso, se babea por ulceraciones extensas y por el desprendimiento del epitelio de la lengua, pierde pelo (especialmente en la cola), sufre el desprendimiento de las pezuñas o los cascos y los animales astados pueden sufrir incluso el desprendimiento y la caída de los cuernos, explicó el MGAP.
Además, en algunos casos –más comúnmente en ovinos–, los ganados pueden tener signos nerviosos graves, como convulsiones y hemorragias en la cámara anterior de los ojos.
El bocopa se considera una enfermedad emergente en Uruguay, porque año a año, junto con el crecimiento de la forestación y los sistemas silvopastoriles, los brotes van aumentando, indicaron fuentes del ministerio. El hongo crece de forma masiva en otoño, principalmente luego de veranos secos.
Tras el verano pasado, en el que hubo un déficit hídrico que en la mayoría de los departamentos llevó al MGAP a declarar la emergencia agropecuaria, técnicos de la cartera prevén que aparezcan más casos de la enfermedad entre abril, mayo y junio. Esos son los meses de mayor incidencia y mortandad.
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