El “plan de impacto” en limpieza avanza a paso lento en la capital

El plan incluye la colocación de 3.000 nuevos contenedores, el pasaje de 58 circuitos de recolección a 66, y la instalación de un centro de recepción de basura inédita por municipio, entre otros mejoras, con un costo total de US$ 30 millones.

Un atraso importante que sufrió el Plan Director de Limpieza se debió a la demora en la llegada de nuevo equipamiento. En enero, la IMM informó que los nuevos camiones recolectores y contenedores llegarían en marzo. Según Canessa, hay que esperar un poco más. En julio llegarán 13 barredoras mecánicas para los municipios para la limpieza de calles internas con cordón. Pero las nuevas barredoras de gran porte destinadas a las avenidas y bulevares no estarán disponibles hasta los primeros meses de 2013. La comuna compró seis de estas y actualmente tiene tres en funcionamiento.

Sí llegaron los camiones con levante trasero y los contenedores especiales para el plan piloto de clasificación domiciliaria de residuos secos que comenzó a funcionar este mes en 340 edificios de Pocitos, una experiencia que pretende borrar el fracaso que significó la bolsa y los contenedores naranjas. Pocitos, incluido en el Municipio CH, es una de las zonas más pobladas de Montevideo, donde es una postal habitual ver basura fuera de los contenedores.

Otro punto cuestionado es el de los contenedores. La recolección de residuos correspondiente a los contenedores metálicos se realiza tres días a la semana excepto en Carrasco y Carrasco Norte, donde la frecuencia es de dos días a la semana y se prevé sumarle un día. La recolección de los contenedores plásticos se realiza tres días a la semana, al igual que el sistema de recolección manual.

Basurales endémicos
Uno de los objetivos del plan es reducir en el 40% los basurales endémicos de la ciudad. La División Limpieza trabaja en forma permanente en 250 espacios, ubicados en su mayoría en los barrios periféricos, donde vecinos de la zona y de las cercanías y camiones arrojan miles de toneladas de residuos y escombros. En 2011, se recuperaron un poco más de 40 espacios.

Uno de los anuncios realizados en fecha reciente es el arrendamiento de hasta 16 cámaras por un valor de $ 700 mil. Serán colocadas en distintos basurales y espacios recuperados para realizar tareas de vigilancia y fiscalización de los individuos que incumplan el artículo D.1918.1 del Digesto Municipal que prohíbe tirar basura en la vía pública. La experiencia ya se realizó en la esquina de Coronel Raíz y José María Silva y permitió la identificación de infractores. Aquí también se dispuso de un equipo que realizaba guardias. Según dijo la intendenta Ana Olivera al programa Pisando fuerte, de Metrópolis FM, “se filmó hasta las matrículas de los vehículos, y los responsables, que eran empresas, fueron multados”. Canessa indicó que se trabaja con asesoramiento legal para utilizar las filmaciones como prueba.

Guardia Ambiental
La División Limpieza no tiene la suficiente capacidad para realizar vigilancias callejeras. Lo que se conoce como Guardia Ambiental está compuesta por 48 funcionarios que no tienen capacidad de multar, según explicó Canessa y, además, no todo el plantel está destinado a recorrer la ciudad. Algunos están dispuestos de forma permanente en los ecopuntos (plantas de pre-clasificación de residuos).

Néstor Campal, director de la División Saneamiento de la IMM, había dicho a El Observador en 2011, que la operativa de este equipo es compleja porque “se necesitan tres personas en el mismo lugar y en el mismo momento”. Deben trabajar en conjunto un inspector de la Guardia Ambiental, otro de Inspección General y un policía, porque siempre se trata de una falta cometida por un particular. “Tienen que haber tres inspectores hasta para controlar la caca del perro en un parque”, ejemplificó.

Por tal motivo, el edil nacionalista Enrique Arezo presentó en la Junta Departamental de Montevideo una propuesta para la creación de la figura del guardia ambiental, con un formato operativo similar al defensor del Vecino (una institución creada por la Junta y cuyo titular es designado por esta), para que “custodie los intereses ambientales de los montevideanos”.

Entre sus funciones, el guardia ambiental debería controlar los problemas ambientales cotidianos: el control de las emisiones de monóxido de carbono de los vehículos particulares y del transporte público, la contaminación acústica, la contaminación por basurales endémicos; deberá denunciar la falta de recolección de los contenedores y los actos vandálicos contra cementerios, monumentos, edificios y espacios públicos de la ciudad.

Arezo entiende que el guardia ambiental deberá coordinar con el Departamento de Desarrollo Ambiental pero, además, ser autónomo, para ejercer con “mayor independencia su labor”. Aunque Canessa no estaba al tanto de la idea, comentó a El Observador que el defensor del Vecino ya le envía las denuncias correspondientes.