El sueño de la juventud “oficial”

Metta World Peace parece el nombre de cantante de rap o hip hop, pero eso a Metta World Peace no le importa. Sin embargo,Ron Artest no fue el primer deportista en cambiarse oficialmente el nombre. En 1968, uno de los mejores basquetbolistas de la historia, Ferdinand Lewis Alcindor Jr., cambió su nombre y pasó a llamarse tal cual la historia lo recordará: Kareem Abdul-Jabbar. A la hora de ejemplificar, también aparece otro caso famoso. El de Cassius Marcellus Clay Jr., quien en 1963 cambió su nombre a Muhammad Ali, el boxeador más grande de todos los tiempos.

Pero los deportes no son el único espacio de la vida en el que encontramos gente que ha cambiado de manera oficial su nombre. Aquí muy cerca, cruzando la cordillera de los Andes, tenemos dos casos mundialmente famosos. Muchos de ustedes han leído a Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, sin embargo, no lo conocen por ese nombre. A mediados de la década de 1920 Reyes decidió cambiar su nombre. Literaria y oficialmente pasó a llamarse Pablo Neruda. En su tumba, situada frente al mar en Isla Negra, Chile, no dice Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (1904–1973), sino Pablo Neruda. Un caso parecido es el de una compatriota de Neruda, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga. Viendo que con ese nombre de llamativa longitud era difícil que los lectores se acercaran a sus libros, la señora decidió que había llegado la hora de rebautizarse. Lo hizo en 1914 cuando comenzó a llamarse Gabriela Mistral. Primero fue un seudónimo, luego su nombre oficial. Ganó el premio Nobel de literatura en 1945. No hay ninguna calle Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, pero decenas llamadas Gabriela Mistral.

Vivimos en un mundo de cambios. Con inaudita frecuencia, comparado con el pasado no tan distante, la gente cambia de auto, de casa, de trabajo, de esposa o esposo, de sexo, de nombre. ¿Por qué entonces no se puede cambiar de edad? Es lo que está tratando de lograr de manera oficial Emile Albert Rudolf Ratelband, conocido simplemente como Ratelband. El mediático personaje que se ha hecho famoso por autoconsiderarse el gurú del llamado “pensamiento positivo”, nació el 11 de marzo de 1949. Es decir, va camino a cumplir 70 años de edad. Ratelband dice que se siente mucho más joven de la edad que aparece en sus documentos oficiales, por lo tanto, pidió para rebajársela aduciendo razones laborales: en lugar de 70, en marzo próximo cumpliría 50. ¿Por qué no? Si hay señores que pasan a usar nombre de señorita, y viceversa, tras un cambio de sexo, ¿por qué no autorizar un cambio de edad? Para hacer efectiva su solicitud, Ratelband ha presentado la opinión de sus médicos, quienes afirman que el solicitante tiene el cuerpo de alguien “de 45 años”. Además, dice no sentirse en sintonía con la gente de su edad y que prefiere ser incluido en un tiempo que pertenece a pasado mañana, algo así como una edad atemporal. En tres semanas se sabrá si el hombre nacido en Arnhem, Holanda, consigue que su pedido sea aprobado y viva el resto de su vida con 20 años de edad menos, detenido en el tiempo donde decidió quedarse.