Artesana
Martín Viggiano

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El Zinfandel encontró su lugar en Las Brujas

Artesana, una bodega de mujeres con grandes vinos tintos
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02 de abril de 2013 a las 00:00

Por Valentín Trujillo y Martín Viggiano

La historia de Artesana, una pequeña bodega de la localidad canaria Las Brujas, es tan nueva como singular. Se trata de un emprendimiento que comenzó en 2006 y que hoy, con cuatro cosechas encima, y sin siquiera haber explotado todo el potencial de su establecimiento, ya tiene reconocimientos internacionales.

Tiene como “gancho” varias cosas. La gestionan dos mujeres y el propietario es un extranjero que luego de visitar varias veces Uruguay quiso plantar viñas, aunque su oficio de petrolero esté muy lejos de las parras y las uvas.

En Artesana se producen tres variedades de uvas tintas: Tannat, Merlot, y Zinfandel. Esta última, procedente de Croacia y desconocida para el paladar del uruguayo, en Sudamérica tiene sólo lugar allí en Las Brujas.

Artesana es una bodega de mujeres. Tiene nombre de mujer, fue pensada por mujeres y la gestionan dos mujeres. En las etiquetas de sus cuatro vinos (todos tintos) aparece la silueta de una mujer, y a juzgar por la elegancia del Zinfandel en nariz y boca, esa parece ser también una elección muy femenina.

Aunque su dueño es un hombre. Ser trata de Blake Heinemann, un empresario estadounidense, vicepresidente de la cadena de estaciones deser vicio Sunoco, y amante de la cultura vinífera por su origen californiano, un estado donde la cepa Zinfandel no es una rareza. Hace una década atrás aproximadamente, Heinemann llegó a Uruguay y visitó algunas estancias del litoral, en Soriano. Luego recorrió algunas bodegas de Canelones, donde conoció a la enóloga Analía Lazaneo y le preguntó si sería capaz de armar un proyecto de una bodega. Lazaneo llamó a su amiga Valentina Gatti y le propusieron a Heinemann una bodega boutique, sin saber el deseo real del empresario. Y grande fue su sorpresa cuando Heinemann les dio luz verde y recorrió con ellas varios predios de la zona de Las Brujas, hasta que dieron con las 30 hectáreas donde se ubica hoy Artesana.

Un tinto de 15,8%

Pero hay matices al perfil femenino de la bodega. Bien podría decirse, desde la ignorancia o el preconcepto, que al tener detrás esa presencia femenina la bodega podría desarrollar cepas blancas. Pero no. Los tintos que produce (Zinfandel varietal y reserva, un corte de Tannat-Merlot y un Tannat varietal), en cambio, presentan algunas particularidades muy recias. Un ejemplo: el Zinfandel reserva tiene un grado alcohólico de 15,8%, algo muy por encima de la media, que oscila entre 13% y 14%, lo que lo hace muy opulento.

Valentina Gatti (30) puso un ejemplo claro para poder identificar las características del Zinfandel. En la visita que realizó Sacacorchos a la bodega días atrás, dijo que tiene cosas del Pinot Noir. Y tiene razón, ya que por su color rojo rubí, no tan oscuro como otros tintos, y por sus notas especiadas y frutales recuerda muy bien a esa cepa. El Zinfandel 2011, que integra la oferta de la bodega, sin embargo, posee menos acidez que la mayoría de los Pinot Noir (por seguir el ejemplo) y algún otro atributo que lo hace misterioso y deslumbrante.

Las Brujas es una localidad canaria muy cercana al Rincón del Colorado, lindera a la cuenca del río Santa Lucía. El establecimiento tiene un privilegio muy particular: al ser muy fértil, presenta un desafío para las enólogas, ya que a la hora de elaborar vinos finos la cantidad en las plantas debe dejar lugar a la calidad. Es así que una de las claves está en el control de la producción en la viña. El descarte de fruta es más del doble. Por año se podrían cosechar cerca de 25.000 kilos de uva, pero al realizar la práctica conocida como “raleo” quedan poco más de 8.000 kilos. El “raleo” consiste en cortar racimos para buscar de forma equilibrada que la planta desarrolle todo su potencial en poca fruta.

El sábado, cuando se produjo la recorrida por el establecimiento para poder contar esta historia, todavía quedaban en los cuadros de Zinfandel algunos racimos muy maduros. Valentina contó que, aunque sea para testear, se elaborará un rosado con esa producción.

En los tanques de roble de la cava reposa quizá una de las novedades más importantes que Artesana tiene para 2013. Se trata de un tinto de corte, con las tres cepas tintas que se plantan en el establecimiento, pero de la cosecha 2011, considerada óptima. De allí saldrá un vino que promete, como todo lo que hacen hasta ahora estas mujeres en ese rincón de Las Brujas.

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