Hace un tiempo dediqué un Epígrafe a la necesidad que tenía de escaparme de la ciudad. Fue un momento en el que la pandemia, el recuento diario de casos y la inmovilidad me abrumó. Por ahí alguno me escribió que se sentía igual. Fue una buena “catarsis” literaria y por suerte esa sensación no duró demasiado, porque enseguida las vacunas empezaron a hacer efecto, empecé a ver a mis amigos con mayor frecuencia y llegamos hasta este momento, en el que estamos viviendo una vida más o menos normal. Sin embargo, hay ciertos efectos residuales del año y medio que pasó que se mantienen, y uno de ellos es la atención que hoy le presto a las plantas.
Hasta hace pocos años había tenido un par y todas se me murieron. No las cuidaba, las dejaba secar o las inundaba. Ninguna se salvó. No me pone orgulloso, pero así fue. En los últimos años, sin embargo, la cosa cambió: encontré que de verdad existe cierta satisfacción oculta –oculta para mí, al menos– en cuidar de una planta y que esta responda, en notar cómo crece y cómo uno es responsable de ese crecimiento. Experimenté pequeños picos de euforia las veces que noté nuevos brotes verdes en la espada de San Jorge, o nuevas “lianas” en el potus, o en el palo de agua, o cuando las suculentas empezaron a multiplicarse. Por otro lado, me dio mucha tristeza ver como el anturio fue agachando la cabeza hasta quedar marrón, apelmazado y podrido.
Pero esta veta tiene otros vínculos, entre ellos el literario. Por distintos motivos, últimamente me crucé con varias lecturas en donde las plantas funcionan como catalizador de la historia, como eje de algún ensayo particular o, simplemente, como una característica que se suma a los valores o ideales que le dan forma a un personaje.
Por eso, para hacerle honor a esta primavera extraña que alterna cielos despejados con días brumosos, y para acompañar el florecimiento de ese árbol impresionante que me cruzo todos los días en la esquina del diario y que no sé qué es, va esta selección de títulos sobre árboles, plantas, flores, yuyos y otras yerbas.
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