Por Juan Samuelle, enviado a Florida
En varias zonas del país los productores padecen lo que ya definen como una sequía. Al menos, hay un claro escenario de déficit hídrico que pone en jaque a los cultivos, entre ellos los involucrados en sistemas productivos de carne y leche. Sin embargo, una visita a la estancia San Alberto, de Sociedad Ganadera San Alberto, en San Gabriel, Florida, permitió recorrer una interesante secuencia de potreros con una producción forrajera impresionante, abundante, variada, sorprendentemente verde, lo que cautivó a unas 1.000 personas que concurrieron a Forrajeras 2022, la tradicional actividad organizada por Calvase.
Este año la propuesta se tituló “Camino a la excelencia” y exhibió en cuatro paradas del campo valores considerados clave en la gestión de las empresas anfitrionas, San Alberto y Calvase: “planificación, practicidad, ejecución y sustentabilidad”.
Tras agradecer a las empresas que apoyaron el emprendimiento, a los dueños de casa y a los cientos de visitantes, Ignacio Otegui, gerente general de Calvase, dijo a El Observador: “Lo maravilloso que se hace en este campo, más lo que proponemos desde Calvase y MegaAgro con nuestras soluciones 360, fueron un llamador perfecto, vino un montón impresionante de gente y eso nos dejó muy contentos, sobre todo por lo que nos dijeron que les aportó cada una de las charlas”.
“Acá, en San Alberto, se hacen las cosas muy bien, hay planificación, hay organización, hay ejecución, tienen una gestión empresarial del campo, hemos visto pasturas impresionantes, estamos en plena seca y de todas maneras vimos praderas de primer año muy buenas y praderas de tercer año también muy buenas, también verdeos muy buenos”, añadió.
“La gente preguntaba por qué está todo tan verde, por qué producen tanto, tan bien, y la respuesta está en el foco de la jornada, fue pasó por trasladar la importancia que tiene darle vida al suelo, algo en lo que Calvase trabaja mucho”, indicó.
Agregó que “es fundamental mirar la integración de todo el negocio en el que participa la pastura, no es solo elegir una semilla, es tener en cuenta la tecnología que se le incorpora a esa semilla, la fertilización, el manejo de la sanidad con los agroquímicos y poner el foco también en la importancia de tener un suelo en buenas condiciones”.
Ante una consulta, afirmó que si se hacen las cosas del modo adecuado, como en San Alberto, “todo lo que se vio acá en cada una de las paradas es trasladable a otros establecimientos”.
“Si te fijas en la gran mayoría de las pasturas en Uruguay se usan dos o tres especies, por lo general festuca, trébol blanco y lotus, o raigrás, trébol blanco y lotus, y acá vimos cinco, más incluso, porque la suma hace que te genera un ecosistema bajo suelo mucho más saludable, y lo que no te da una especie te lo da otra… hoy hablamos mucho del MOJ, de la materia orgánica joven, de los primeros centímetros, de cómo en el manejo con la ganadería o en la rotación con la agricultura le damos vida al suelo para que haya raíces sanas, para que haya microbiología, para que haya lombrices, para que haya una mejor absorción”, explicó Otegui.
“Todo esto es traspolable a todo el Uruguay, por supuesto, para eso, para contribuir, lo que Calvase está haciendo es cambiarle el chip a los productores, hay que ver los ambientes por supuesto, pero hay mucho para hacer si empezamos a priorizar el suelo y después definimos las especies”, señaló.
“Acá vimos cebadillas, que por ser bianual el primer año te da mucha comida, el segundo empieza a amainar y ahí empiezan los aportes de la alfalfa, la festuca, el trébol blanco, el lotus… estamos en un suelo cristalino, de un Índice Coneat 100, campos ácidos y vimos unos alfalfares tremendos, la gente dice que la alfalfa es para Colonia y algunos lugares de Soriano, pero estamos en Florida y vimos un espectáculo de alfalfa INIA Chaná, también la Crioula y la P30 de Baremburg, lo que pasa es que en muchos campos nos estábamos quedando sin suelo, venimos con un manejo que los dejó compactados y entonces lo que buscamos es que los suelos sean una esponja, que realmente los nutrientes estén disponibles para esas plantas, por eso hay que hablar de soluciones 360, de fertilización, de agroquímicos, del manejo, para que todas las patas estén asociadas para darle vida al suelo y que las semillas después, con su tratamiento, con toda la tecnología, expresen todo su potencial”, complementó.
En Sal Alberto, como se explicó, “hay altas cargas, entre 2,5 a 3 Unidades Ganaderas por hectárea, se producen más de 500 kilos de carne, 30 litros de leche de promedio, está muy arriba de los registros de otros establecimientos y lo consiguen en un suelo de cristalino, es decir que planificando bien y ejecutando bien, se puede”, concluyó Otegui.
Juan Miguel Otegui, al cierre de la actividad, agradeció a cada una de las empresas que apoyaron a Forrajeras 2022, a los productores visitantes, al equipo de Calvase y MegaAgro y a los dueños de casa: José “Pocho” González, Alberto González y Alejandro González, “tres generaciones de una empresa familiar, uruguaya, nos sentimos identificados con ustedes”, dijo, agradeciendo la generosidad por abrir las puertas de un establecimiento donde se hace un trabajo “tan exitoso a todo nivel, en la industria, en el campo y en la cabaña”, pidiendo un fuerte aplauso para premiar esa gestión.
Emocionado, contó una anécdota relacionada con la fecha de la actividad, un 11 de octubre: ese día hubiese cumplido 75 años su padre, José Miguel Otegui. “Qué mejor homenaje que recordarlo así, trabajando, con toda la familia, como él nos enseñó”, destacó.
Recordó que en una visita al frigorífico Las Piedras hablaron con Alberto de la coincidencia de la fecha y con “Pocho” González este martes 11 recordaron la cantidad de veces que José Miguel visitó la estancia, cuando ambos eran integrantes del Grupo San Ramón.
A propósito del valor de la familia, Otegui señaló que tiene en realidad 12 hermanos, los 10 de su familia y además José Pedro Aicardi y Santiago Raffo, “mis socios, mis hermanos 11 y 12”.
A los dueños de casa y a cada uno de las personalidades del panel de cierre, obsequió en nombre de Calvase y MegaAgro un juego de cuchillos artesanales. También “a un amigo con el que hace cinco años que estamos trabajando juntos, con la nueva genética que estamos trabajando, Eduardo Bayley Bustamante, presidente de Barenbrug-Palaversich, un gran valor”.
Finalmente, agradeció la presencia en la jornada de empresarios de Argentina y Paraguay.
Así se vivió 𝗙𝗼𝗿𝗿𝗮𝗷𝗲𝗿𝗮𝘀 𝗖𝗮𝗹𝘃𝗮𝘀𝗲 𝟮𝟬𝟮𝟮 🌱🙌
— Calvase (@CalvaseUy) October 13, 2022
¡Gracias a la familia y equipo de San Alberto, a los expositores, a los sponsors, al equipo de Calvase y Megaagro 👏 y a todos quienes nos acompañaron! 😉 pic.twitter.com/IwiVjBTMj2
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