Con la trilogía de discos integrada por Aquello (1981), Siempre son las cuatro (1982) y Mediocampo (1984) Jaime Roos no solo tuvo un incremento en su popularidad, sino que también terminó de establecer un sonido propio, y de consolidar su identidad artística. Parte de esa identidad, y una razón clave de su popularidad, fue su trabajo con la murga y el candombe, dos géneros que supo tomar, fusionar y resignificar, al punto que los integró definitivamente en el sonido tradicional uruguayo, y los sacó de sus círculos más cotidianos para llevarlos a toda la sociedad.
Escuchá el segundo episodio del podcast Jaime: historia de un pionero
Las transformaciones del candombe y la murga que trajeron sus canciones, y como popularizó esos géneros, son el eje de este segundo capítulo