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Estrategias para mejorar tu empleabilidad

En el contexto actual, es crucial invertir en la marca personal y las redes de contacto
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04 de mayo de 2020 a las 14:38

Quizá tenías en mente un cambio profesional para este año, como cambiar de empresa o incluso de carrera, aunque tal vez entonces la situación económica no le parecía urgente ni dramática. Y no tenía prisa.

En pocos días todo ha cambiado. El panorama laboral se ha vuelto gris, y los proyectos de reinvención profesional chocan con la duda de si es sensato ponerse a buscar empleo ante la amenaza de paro que se adivina para los próximos meses.

¿Tiene sentido emprender una búsqueda activa en previsión de que puedas perder tu empleo?

Nekane Rodríguez, managing director global afiliates en Lee Hecht Harrison (España), explica que lo verdaderamente sensato en estas circunstancias "es invertir en uno mismo para labrar acciones que ayuden a tener éxito". Recomienda empezar a trabajar la empleabilidad, porque "no hay nada más crucial ahora mismo que invertir en esto". "Si te despiden o pensas que te van a despedir no quiere decir que debas aceptar una oferta de trabajo, pero es necesario invertir pensando en opciones. Debes pensar si te mantenés en el mismo sector y en el mismo puesto; si te dedicas a formarte; si conviene convertirse en un nómada del conocimiento; o si debes dedicarte a una actividad diferente".

Otra de las estrategias que sugiere es "plantearse cómo poner en valor aquello que se puede aportar". Por eso es necesario trabajar la marca personal, pero desde la perspectiva de aquello que te hace único profesionalmente. Debes trabajar tu red de contactos y tener un plan financiero adecuado a las circunstancias.

María José Martín, directora general de talent solutions de ManpowerGroup (España), señala que en este momento de gran incertidumbre "los profesionales necesitan orientación, al tiempo que las empresas requieren también directrices sobre cómo actuar en una situación en la que lo más importante es seguir cuidando de la salud y el bienestar de sus equipos y tratan de minimizar el impacto del Covid-19 en su actividad". Coincide con Nekane Rodríguez en que "si hay algo que se va a poner de relieve con esta crisis, es la necesidad de mantener siempre nuestra empleabilidad, y eso pasa por estar en modo de aprendizaje continuo. Es el camino para ser profesionales que aporten valor independientemente del puesto que ocupen".

Martín añade que como profesionales, debemos pensar que una empresa contrata a una persona por su aporte de valor, porque cree que le ayudará a acelerar la transformación de su propio negocio o a mejorar el vínculo con sus clientes y empleados. "Esa debe ser nuestra orientación, teniendo en cuenta que la empleabilidad ya no depende tanto de lo que se sabe, sino de lo que se puede aprender, porque los ciclos de aprendizaje son cada vez más cortos. Si pensamos en cualquiera de nosotros, deberíamos pensar cómo evolucionará nuestra posición y qué se requerirá en el próximo nivel para estar preparados", añadió.

Todos debemos tener en la cabeza cómo nos actualizamos, reinventamos, a quién pedimos que nos acompañe en ese camino, qué conocimientos debemos incorporar para avanzar en nuestra carrera profesional y seguir siendo empleables", indicó Martín. 

Para Jesús Vega, experto en recursos humanos, "lo único sensato ahora es plantearse la posibilidad de cambiar o de buscar empleo. La carrera profesional de aquellos profesionales que son más cotizados y deseados laboralmente es la de los que no sólo se preocupan por su empresa sino por su carrera. Debemos actuar como si fuéramos una empresa y convertirnos en profesionales capaces de vender nuestros servicios, incluso a varias empresas. Y debemos tener (o empezar a construir) una marca personal notoria. Es necesario invertir en notoriedad. Esto vale para tiempos de economía expansiva y recesiva, pero ahora resulta imprescindible".

Para Ovidio Peñalver, socio director de Isavia (España) "aguantar agazapado hasta ver qué pasa con el sector, la empresa o el trabajo puede resultar peligroso: si sale mal, ya será tarde para reaccionar y moverse en un mercado en el que habrá más competidores y menos oportunidades".

Peñalver añade que no se pierde nada por anticiparse, "y eso supone renovar su misión y visión profesional, y analizar qué queremos hacer dentro de 2 ó 5 años. Y es necesario formarse. Este es un buen momento para MOOCs o cursos online, e incluso de pensar en emprender y tomar la iniciativa. Puede comenzar por algo que le lleve unas pocas horas a la semana para probar si merece la pena pasar a la acción".

Marcar la diferencia

Ser capaz de generar la propia empleabilidad es determinante, y mucho más ahora. Hoy no tiene nada de extraño pensar en la posibilidad de cambiar de ocupación, de sector o incluso de profesión y de carrera. A nadie le puede parecer ya insensato abandonar su puesto actual o su empresa para dedicarse a carreras o actividades que nada tienen que ver con lo que ha hecho hasta ahora, y los expertos confirman que la estabilidad en el empleo no se refiere ya a mantener el mismo trabajo en la misma empresa, sector o incluso en la misma carrera.

En estos días de malas noticias debe saber que el cambio radical es posible -y a cualquier edad-, aunque no es tarea fácil y no todo el mundo puede llevarlo a cabo.

La clave está en maximizar en otro sector, puesto o actividad lo que sabemos hacer. Y para encontrar esos caminos alternativos debemos tener unas competencias básicas para aplicarlas en otro sector.

¿Sirve el currículum? Sí, pero no cualquiera

¿Tenemos que seguir enviando currículums si buscamos trabajo? La respuesta es "sí". Pero no vale cualquier currículo. Llegar a la entrevista sigue siendo el objetivo de cualquiera que pone en circulación una vida laboral. Y este encuentro entre reclutador y candidato es un filtro determinante para comprobar que alguien miente.

Debes tener en cuenta que el currículum tiene utilidad siempre que se acompañe de estrategias que van encaminadas a diferenciarse del resto de candidatos, y a mostrar valor añadido de una forma no tradicional.

Si decides renovar tu currículum para emprender una nueva búsqueda debes tener en cuenta que en él se valora sobre todo la trayectoria profesional y las referencias. Un currículum tradicional resulta ya muy difícil de actualizar, y no ofrece posibilidades de diferenciación. Y no dice a qué se ha enfrentado la persona y cómo es en realidad. Recuerda que en el nuevo escenario laboral priman las nuevas habilidades y capacidades, y los éxitos pasados en una compañía no aseguran éxitos futuros en otra.

Ajusta tu experiencia profesional a cada entrevista, en función del puesto que se deba cubrir. Se trata de presentar lo que sabes y lo que has hecho, y que quede claro cómo puede responder a los requisitos del puesto concreto.

Un currículum basado en logros proporciona descripciones de los resultados que son claras y que se pueden medir. Y su influencia real tiene que ver con demostrar resultados y no con la apariencia o la simple visibilidad. El objetivo del currículum es proporcionar al empleador una imagen clara de las habilidades y logros del candidato, y que éstos sean fáciles y rápidos de leer.

Ofertas invisibles y vida en redes

Las ofertas invisibles (las que no se publican) condicionarán cada vez más la búsqueda de empleo. Implican que sean cada vez más importantes los contactos personales y menos el currículum. Tené muy en cuenta el valor del networking si buscas un nuevo trabajo.

También debes considerar el peso creciente de tu vida en las redes sociales, y cómo influye el hecho de que los reclutadores puedan acceder a ellas. Así pueden conocerle y comprobar la realidad de sus datos y sus verdaderos resultados profesionales. Saber gestionar nuestros perfiles sociales y crear una marca personal que sea real y efectiva en las redes es algo imprescindible para quienes buscan empleo, y por eso conviene que nuestra huella digital sea cada vez más profunda.

Conocer a quien te puede ofrecer un empleo

En el difícil trabajo de buscar empleo, una de las claves es conocer a los reclutadores -quiénes son y cómo trabajan- y adaptarse a las exigencias de quienes pueden contratarle para un nuevo empleo. Saber cómo piensan y actúan los reclutadores implica una ventaja decisiva en la carrera por un trabajo.

El poder de rechazar las ofertas

Ahora, como aspirante a un puesto, tenés más poder de decisión para rechazar ciertos empleos. Tené en cuenta que las empresas saben que los candidatos ya no se quedan esperando pasivamente la respuesta del reclutador sino que muestran una actitud proactiva y filtran cada vez más las posibilidades que se les ofrecen.

Adaptarse a los nuevos modelos de trabajo

No podrás reinventarte profesionalmente ni encontrar un trabajo si no estás dispuesto (y formado) para trabajar de una forma diferente, con nuevos modelos de actividad y relación laboral. Las fórmulas de empleo que vienen impactarán en nuestra carrera profesional, en la forma de encontrar trabajo, y en cómo nos valorarán y recompensarán las empresas.

Saber qué queremos y lo que haremos en el futuro

Aunque nos cuesta mucho imaginarnos a nosotros mismos en el futuro, resulta determinante conocerse y poder imaginar qué haremos dentro de cinco o diez años. Conocernos implica plantearnos seriamente si estamos dispuestos a cambiar de actividad. Conviene tener muy claro qué es lo que deberíamos estar haciendo ya. Es necesario visualizar las propias capacidades y nuestra actitud, la movilidad y cuánto tiempo y dinero supone el cambio a otra actividad diferente.

La capacidad de imaginar nuestro futuro profesional es una ventaja competitiva, más aún en un mercado laboral que cambia vertiginosamente. Nos obliga a adaptarnos a las nuevas capacidades que exigen los reclutadores y a seguir el rastro de las profesiones y carreras de éxito. Hay quien piensa, sin embargo, que la mayor habilidad para predecir es aprender constantemente, ser resiliente o adaptarse a nuevas situaciones.

Y una advertencia final: tener una visión muy clara de la carrera buscada puede ser bueno, porque puede guiarnos como una brújula, pero también puede limitarnos en nuestras decisiones, nos impide ver oportunidades que quizá no son obvias en nuestra conexión con lo que deseamos. Y nuestra vocación nos puede limitar.

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